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Los Trolls inundan la vida pública

05/09/2013 En la jerga de internet se les conoce como "Trolls", un Troll es un provocador que se dedica difundir mensajes incendiarios con el fin de crispar a sus lectores, esperando que estos entren al trapo, como el toro a la muleta del torero

Este tipo de personajes, encuentran en la red y en el anonimato (casi siempre) el mejor entorno para sus incursiones, especialmente en las redes sociales y en sus momentos más álgidos. Este tipo de bufones siempre ha existido, pero internet ha facilitado su proliferación en todos los terrenos. Cualquiera puede encontrarse a un Troll en cualquier momento, pastando entre las redes sociales o en un canal de YouTube, en los comentarios a pie de noticia, o revoloteando con sus pio, pio, en Twitter. Llegan a ser como esos bichitos pequeñitos que se pegan a los órganos genitales, conocidos como "calandracas" pero que en realidad son ladillas. Pero lo cierto es que el Troll, se ha convertido en una forma de ser para muchos políticos, en todo el planeta, haciendo el ridículo de la forma más estruendosa y sin el menor atisbo de vergüenza.

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En España destaca de forma aventajada el diputado de UPyD Toni Cantó, un muchacho que se ha especializado en decir sandeces, no sólo en su cuenta de Twitter, sino en el mismísimo parlamento. Le sigue de forma destacada en presidente de Cantabria, que no oculta sus desaforado deseo de ser candidato a la presidencia del reino de las españas, cuya habilidad con los dedos debe ser portentosa, a juzgar por la velocidad a la que twittea, esté donde esté.

Un Troll es una mosca cojonera

En vida de Hugo Chávez, los Trolls venezolanos y los anticastristas, tenían un mercado centrado en líder bolivariano, que antes de abrir cuenta en Twitter, amenazó con amordazar al pajarito por ladilla, pio, pio y tocapelotas, para después hacer de su Twitter un objeto de deseo, ansiado por sus seguidores en todo el planeta. Chávez, era la figura más representativa del Troll político, cuando quería un titular de prensa, se descolgaba con unas declaraciones fuera o subidas de tono, de cara a la galería, para provocar al enemigo y alcanzar la notoriedad deseada en cada momento. Nicolás Maduro, que pretende seguirle la senda, no le llega a la altura de la alpargata, pero parece dispuesto a morir en el intento a base de amenazas al estilo de "agárrenme que lo

mato" o "Esta es una revolución de amor", que me lo ha contado un pajarito. Desde la gusanera, hacen sus incursiones soeces, los anticastristas, que no dejan títere con cabeza, insultando a diestro y siniestro, sin el menor recato ni la más mínima consideración, hacia las madres de sus discrepantes. Ser un Troll, se ha convertido en una carrera que amenaza con extenderse contaminándolo todo, hasta desbordar los límites de lo admisible. Ni siquiera el mundo científico se escapa a las fechorías de los Trolls, cada cierto tiempo aparece "un estudio científico reciente" anunciando no se sabe qué barbaridad, obligando a consultar fuentes solventes, contrastar informaciones… hasta dar con la Trola. Trola es una bella palabra gallega, que define a la mentira, a los mentirosos se les llama Troleros.