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El corrido mexicano

21/03/2013 Yucatán y Guerrero, mantienen las organizaciones de autodefensa, mientras el Estado es incapaz de garantizar la seguridad ciudadana

Unos al norte y otros al sur, no son los únicos comandos de autodefensa que existen en México, ante la desesperación de los ciudadanos frente a una delincuencia cada vez más implantada en todo el territorio de la república y con bases en las fronteras vecinas y más allá. La costumbre de que los ciudadanos empuñen las armas para defenderse de los forajidos, ya no pertenece a las escenas de cine, en las que las que los panchitos tenían que defender sus cosechas, ahora empuñan las armas para defenderse del narcotráfico y de sus mafias organizadas en clanes familiares, que campan a sus anchas con el beneplácito, cuando no con la convivencia de las autoridades locales e incluso federales.

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El reguero de sangre que baña tierras mexicanas desde el Río Grande hasta la península de Yucatán, no cesa y amenaza con extenderse hasta el estrecho de Panamá. Algunos medios saludan algunas iniciativas de Peña Nieto, pero la cruda realidad es que los ciudadanos mexicanos, sigue padeciendo de los mismos males de siempre. Los altos índices de analfabetismo, la economía informal, la persistencia de ciertas costumbres culturales y la mala influencia de una religión mal entendida y fomentada, son el caldo de cultivo idóneo para el crecimiento de muchos de los males que azotan a los mexicanos. Un populismo mal entendido, manipulado y deformado por cierto paternalismo, hace que los mexicanos confundan justicia con venganza, héroes con delincuentes, benefactores con capos, seguridad con armas y guerra con prevención, entre otros malentendidos fomentados y consentidos durante décadas.

Hay culturas que matan

El problema de México, tiene sus raíces en una deformación cultural, fomentada desde la iglesia católica, consentida por el Estado y explotada por el narcotráfico que ocupa el vacío del Estado.

Los pueblos incultos e ignorantes, son más fáciles de dominar, que los pueblos cultos y bien formados. Pero es gracias a las iniciativas de los ciudadanos como se van sobrellevando a duras penas las inclemencias que provoca la mala gestión de los gobiernos y en eso persisten en México numerosas iniciativas populares, gracias a las cuales se está produciendo un cierto despertar en las conciencias. Mientras tanto, es preciso desmontar buena parte del aparato corrupto construido a la sombra del PRI y durante los gobiernos de Salinas de Gortari y Calderón, entre otros, que han servido de plataforma para la creación de un Estado paralelo en la sombra. El hecho de que permanezca en la cárcel Esther Gordillo, es un buen síntoma, pero no es suficiente, la trama creada por ella sigue en pié, sus prácticas siguen siendo consideradas como algo natural y legítimo por buena parte de la ciudadanía. Y mientras esto exista, mientras se asuma como natural la existencia de la corrupción y la mordida, nadie puede dormir tranquilo en un país que vive a golpe de sobresaltos.