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Mensaje de esperanza

16/02/2013 El pestilente olor que despide la sociedad española en todos sus ámbitos, viene a descubrir hasta qué punto ha calado la cultura de la corrupción en los ciudadanos

El último descubrimiento de malas prácticas, nos remite a varios casos en que los promotores o autores de estas malas prácticas no son precisamente políticos, sino ciudadanos ávidos de dinero o de información que se lo facilite. La novia de Pujol, el empleado mal pagado, o la cocinera respondona, se suman al envenenador de Gijón, y a tantos y menos sonados casos de venganzas personales, que ponen de manifiesto la falta de escrúpulos y de responsabilidad de sus actos. Todos tienen en común una muy baja catadura moral, un total desprecio a la sociedad y una total ausencia de principios éticos y morales, que contaminan y pervierten al conjunto de los españoles. Todo vale, les da igual todo con tal de conseguir lo “suyo”, la parte del botín, el ascenso social, el asiento en primera fila, la cumbre del Poder… Siempre me he preguntado, quién es más corrupto? El gobierno que encarga una obra de Calatrava o Calatrava, que se forra con sus proyectos?

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Quien es más corrupto Pujol o la novia de Pujol? Los partidos políticos se corresponden con las sociedades, surgen de las sociedades como un cuerpo orgánico para la representación de sus intereses, por consiguiente, son el reflejo de esas sociedades. Así no es extraño, que en Valencia, desbordada de excrementos del señor Camps, el PP gane las elecciones y aplauda con ello la corrupción sobradamente conocida. Así no es extraño, que el PSOE, una vez tocado suelo electoral no haya bajado en las encuestas a pesar de sus recientes escándalos y de las sospechas de corrupción que pesan sobre José Blanco.

En vez de lucha de clases, tenemos corrupción de clases

Así no es de extrañar, que el diario conservador ABC, publique en primera plana una foto de Mariano Rajoy y Felipe González, dando a entender que no hay más alternativas y saludando la iniciativa de la derecha de abrir un nuevo proceso constituyente de la mano de los partidos homologados por los poderes fácticos. Decía en mi última entrada que buena parte (de la culpa) del actual estado de cosas en España, la tienen los españoles, los de a pie, los que se han instalado en la comodidad de dejar hacer, los que han imitado e incluso alentado la corrupción y el

enriquecimiento ilícito, los que han aplaudido el todo vale… como la novia de Pujol. Todos merecen el desprecio, todos merecen la cárcel, pero la novia de Pujol, y la justicia no parecen estar de acuerdo. Tan corrupto es el que corrompe como el corrompido, tan inmoral es el que roba como el que se beneficia del robo, el cómplice, el compinche, el facilitador, el que vigila el camino y el que calla habiéndolo conocido. Menos mal que nos queda una esperanza en esos cientos de jóvenes indignados, menos mal que nos queda la palabra, menos mal que sabemos que aún hay gente capaz de asumir el riesgo de luchar por una sociedad más justa y equilibrada. Los jóvenes españoles, puede que no tengan futuro, puede que no tengan jubilación, pero por lo menos tienen dignidad, algo que sus mayores parece que no han conocido. Menos mal que nos queda el 15M