3 minute read

Los judíos

23/01/2013 Si hay un pueblo que sirva fielmente para explicar la política mundial, entender la cuestión nacional, la economía y el pluralismo, ése es el pueblo judío, pueblo errante, odiado hasta pretender su exterminio, y poderoso donde los haya

Las recientes elecciones celebradas en Israel, me sirven de escusa para recordar algunas de las magníficas lecciones que se pueden y se deben aprender del pueblo judío. Los judíos han hecho buenas muchas de las parábolas de su Biblia (menos conocida como Torá), que a su vez, en parte, han heredado los cristianos, haciendo que ambas culturas sean predominantes en el occidente blanco, en clara competencia con el islamismo, a lo que solemos denominar cultura judeocristiana. Los judíos han sido el chivo expiatorio de muchos gobernantes, en la España de la unificación, junto a los jesuitas fueron perseguidos y expulsados, durante el nazismo fueron

Advertisement

humillados y exterminados, pero al final el pequeño David (judío) venció al gigante Goliat, una especie de palestino de la época. Sus relaciones laborales con los egipcios durante las grandes obras de ingeniería de los faraones, se saldaron con la primera Huelga General que conoció la humanidad, que terminó con el abandono de las obras, de los territorios egipcios y el inicio de la Gran Marcha por el desierto, hasta alcanzar la tierra prometida, que siglos más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, les sería concedida (la tierra) por la gracia de su Majestad inglesa y con el beneplácito de la ONU, para disgusto de los herederos de Goliat, que con los años se tornaron bajitos y morenos de tanto tomar el sol en el desierto de la pobreza y la ignorancia. La travesía del desierto (La Gran Marcha), sirvió a los judíos para llevar a cabo su reconversión laboral y pasar de obreros de la construcción a crear las logias, que andando el tiempo se transformarían en gremios y más tarde en sindicatos. También les sirvió para crear nuevos mitos, como el del maná, las leyes escritas, el sentido de culpa, el arrepentimiento, la esperanza y sobre todo la conciencia de ser diferentes. Durante el auge y esplendor del Imperialismo romano, los judíos, se sublevan y crean la fracción del Mesías, una suerte de comunista que termina crucificado y convertido en mártir de la causa, fracción que con el tiempo se adueñará del imperio

romano para conducirlo a su decadencia y ocaso definitivo frente al islamismo triunfante y que le conduce a la diáspora, es decir a perderse por el mundo so pena de quedarse sin cabeza, así nace el "entrísmo" también conocido como infiltración en las filas del enemigo.

¿Hay una cultura judía? o hebrea o israelita?

Pero los judíos no se arredran y una nueva reconversión les lleva a transformarse en orfebres y comerciantes, que con el paso de los siglos les conduciría, gracias al auge del liberalismo económico, a fundar la banca y el prestamismo, (las entidades financieras… para entendernos). Los judíos, descubrieron el sicoanálisis, véase si no la interpretación bíblica de los sueños, (las vacas gordas y las vacas flacas) antes que Sigmund Freud, y con ello la teoría de las crisis cíclicas de la economía capitalista. Claro que los judíos son pluralistas, demócratas y liberales, aunque a uno de ellos Karl Marx, se le ocurrió que había que hacer, a partir de la historia de los judíos una teoría de la historia de la economía y escribió El Capital, a otro de ellos Sigmund Freud le pareció bien el invento de Marx y creo la teoría del sicoanálisis. Ganaron la Guerra de los 6 días, no por su superioridad militar… tenían menos analfabetos, más periódicos, más bibliotecas, más universidades, más investigadores, mejor sanidad pública…

los árabes, eran y siguen siendo un pueblo atrasado e ignorante gracias a sus gobiernos corruptos. Poco se sabe de corrupción entre los judíos, la excepción, confirma la regla. Pero no me hagan caso, todos esto no es más que un ataque neurótico que me produce la corrupción de los políticos en España.