A sotavento, había una puerta entreabierta en la que se leía “Camarote”. Miró aden-‐ tro. Un hombre dormía en una litera, su litera, un hombre grandote con un gabán de ma-‐ rinero y una larga barba y pelo rubio desparramado sobre la almohada roja. Y mirándolo desde la pared resplandecía su retrato -‐el retrato de su mujer-‐. sonriente y sonriéndole al hombre grandote que yacía dormido.