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Un futuro de paz para los niños

Por: Samuel Delgado Cedillo | Presidente OMPP/WOFP

Existen múltiples desafíos y complejidades que enfrenta la niñez en México. A pesar de los programas sociales que se han implementado, todavía el 60 por ciento de los niños carecen de acceso a la seguridad social. Actualmente en México residen 38.3 millones de menores, de una población total de 130 millones de habitantes. La incertidumbre económica surgidas a raíz del Covid-19 hace que el escenario para la infancia se torne más complejo. Si consideramos que la previsión de la caída en la economía podría rebasar el 9.2% del PIB. Esto podría desencadenar que 10 millones de niños caigan en la pobreza.

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Esto derivado de los despidos masivos y el cierre de las actividades económicas. A esto se le suman otros problemas, como la mala alimentación y la violencia ejercida en contra de los niños. Un botón de muestra de ambos casos es que el 33.2 por ciento de los niños padecen de sobre preso y obesidad. En el caso de la violencia, 6 de cada 10 menores de 1 a 14 años sufren violencia doméstica. Situación que se ha vuelto más grave a raíz del confinamiento por el COVID-19. El representante del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Christian Skoog, señaló que los efectos más graves de la pandemia, no se deberán tanto a causa de la enfermedad, sino más bien a las secuelas generadas a partir de las medidas impuestas por los gobiernos. Tales como el confinamiento, la falta de movilidad, el estrés y la situación económica de las familias.

Esto se ha visto reflejado en las 115 mil llamadas de emergencia al 911 por incidentes de violencia doméstica, acoso o violación sexual que se ha registrado desde el inicio de la pandemia en México en contra de las mujeres.

Sumándose a la violencia desatada por la llamada “guerra contra el narcotráfico”, iniciada por el entonces presidente Felipe Calderón. Este hecho es relevante, ya que la violencia se ha vuelto la principal causa de muertes en niños.

En los últimos años, la cifra de infantes muertos por violencia llegó a la cifra escandalosa de cuatro niños por días. En el 96 por ciento de los casos, se presume fue de forma intencional.

Como he venido exponiendo en mis artículos anteriores, el inmenso flujo de armas proveniente del norte ha hecho que más de la mitad de los asesinatos de infantes se haya dado por armas de fuego. Los estados donde se presenta el mayor número de estos casos son los estados de Tamaulipas, Ciudad de México, Puebla, Jalisco, Chihuahua y Nuevo León. Tan solo del año 2000 al 2017, se registraron 19 mil 121 defunciones por homicidio, donde 76 por ciento fueron niños y hombres adolescentes, principalmente entre 12 y 17 años.

No solo la violencia es la causante de este panorama desolador, sino también la nula labor que están desempeñando diversas fiscalías estatales que no han entregado en tiempo y forma información completa a la Comisión Nacional de Búsqueda. Si consideramos como lo manifestó Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación de México, quien evidenció que 11 de las 32 fiscalías en el país no han terminado de revisar y depurar la información. Hay que decir que entre diciembre de 2018 a diciembre 2019 hubo dos mil 720 niños desaparecidos, de los cuales mil 713 fueron hallados y mil siete (37%) aún no se sabe nada.

Todo este escenario obliga no solo a fortalecer el sistema judicial, capacitando a jueces en materia de derechos humanos y procesando a quienes hayan infringido la ley, sino también, dejar de politizar ciertos temas y trabajar de forma coordinada entre gobiernos estatales y el federal. Un Estado que no protege a sus niños, es un país condenado a no tener futuro.

#TodosUnidosporLaPaz

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