TE ESTABA BUSCANDO
Y eso mismo es lo que nos dice Jesús a nosotros. Te estaba buscando. A veces nos despistamos y nos olvidamos de rezar. O a lo mejor nos olvidamos de ir a misa. Quizá no nos olvidamos pero lo vamos dejando pasar hasta que al final... Cuando volvemos a hablar con Jesús, Él nos dice: ¡TE ESTABA BUSCANDO! Y es que para nosotros es muy fácil encontrar a Jesús, solamente tenemos que buscarlo. Pero, ¿dónde lo buscamos? Pues en los pobres, en los abandonados, en las iglesias, en la oración o en los niños que están solos. En los mendigos que vemos en la calle, en los niños de nuestra clase que no lo están pasando bien o cuando le pedimos perdón a nuestros padres y madres por no portarnos muy bien. Ahí está Jesús. ¡Qué fácil de encontrar! Y lo mejor es que Él nunca nos dice NO. Él está esperando a que lo busquemos para hacerse encontrar. Para que lo llevemos con nosotros en cada cosa que hacemos. Él también nos busca, nos llama y nos necesita para que hagamos realidad todo lo que Dios ha soñado para nosotros.
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DEPÓSITO LEGAL: M.38700-1976 / Ilustración de portada: Pablo Rosendo
Al volver de Jerusalén, cuando Jesús solamente tenía 12 años, se perdió. Y no lo encontraban. María y José estaban preocupadísimos, pero eso ya lo irás descubriendo en las siguientes páginas. Cuando lo encontraron le dijeron: te estaba buscando.
por el mundo Brasil Quintans bouzada
Hemos viajado hasta para visitar a Sofía
Misionera Franciscana de la Madre del Divino Pastor
¡Bienvenidos niños y niñas de Gesto! Me hice misionera porque Jesús cautivó mi corazón para estar con los más débiles, con los niños. Al principio estuve en España, trabajando en los colegios que tiene aquí nuestra congregación. Hace unos años viví en Angola, pero ahora vivo en Brasil. En el extremo norte del país, en Boa Vista, junto a la frontera con Venezuela.
Me llamo Sofía, nací en Vilagarcía de Arousa, en Galicia y soy misionera de la Madre del Divino Pastor. Toda mi vida me he sentido misionera y soy feliz por serlo. Cuando era niña, me temblaban las piernas y se me agitaba el corazón cada vez que un misionero visitaba mi colegio o mi parroquia.
Hay muchas personas que tienen que salir de Venezuela por la fuerza, pues no tienen comida ni medicamentos. Le faltan las condiciones básicas para vivir. Salen niños con sus papás o con sus mamás, o incluso solos y muchos de ellos no tienen nada. Llegan desnutridos, enfermos, solos… y los niños no entienden porque tienen que salir de su tierra y de sus casas. ¿Te imaginas como se
Cuando llegan aquí, muchos hacen nuevos amigos.
Cuando tengo un ratito libre, me encanta jugar con los más pequeños.
sienten? Salen de sus casas, caminan durante días con mucho calor, llegan a un lugar nuevo, con un idioma que no entienden. Tienen que dormir en la calle o en un campo de refugiados. Aquí, en Boa Vista, hay 13 campos de refugiados y la población mayoritaria son niños y adolescentes.
Brasil
Mucho más que
FÚTBOL
A veces, parece que solamente conozcamos Brasil por sus buenos jugadores de fútbol. Pero... ¿sabías que es el país más grande de América del Sur y el 5º más grande del mundo? Por su territorio discurre el famoso Amazonas, un río que da nombre a la selva tropical más grande del mundo. Allí viven miles de especies animales únicas, así como tribus de personas que cuidan y protegen este “pulmón del planeta”.
Pues ahí es donde estoy yo, junto con mis hermanas, en estos campos de refugiados. Acogiendo, cuidando, queriendo y acompañando a estos niños y a todas las personas que llegan desde Venezuela. Tenemos que abrir los ojos y el corazón a estos hermanos venezolanos, pues están sufriendo. Los niños son eso, niños. Y ellos quieren jugar, quieren aprender, quieren crecer. Pero no pueden. Sus padres están sufirendo y ellos sienten también ese sufrimiento. No traen casi nada, algunos ni mochila. Pero lo que sí traen es mucho sufrimiento, mucha tristeza y mucho miedo. Nosotras aprendemos mucho de ellos, descubrimos en estas personas a Jesús. Por eso yo te animo a ser un niño misionero. A intentar descubrir a Jesús en tus amigos y en tus compañeros de clase, en los niños más rebeldes o que no se portan muy bien. En aquellos más frágiles está Jesús. Yo me siento feliz de ser misionera, religiosa, de ser Iglesia Católica. Jesús está en los márgenes de este mundo, con los descartados, con los olvidados. Acércate a estos, a los marginados. Y allí podrás encontrar a Dios.
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EL
ISTO CR Redentor
En Río de Janeiro, ciudad emblemática del Brasil, se encuentra la estatua del Cristo Redentor, conocida también como Cristo del Corcovado. Mide más de 30 metros de altura, como unas 17 personas una encima de la otra. Cristo se representa como símbolo de redención, símbolo de perdón y símbolo de protección. En esta figura, Jesús tiene los brazos abiertos. Esto refleja el espíritu de acogida que demuestra la Hermana Sofía en todo lo que nos ha contado. Además, es una señal de protección. Cristo protege bajo sus brazos al pueblo brasileño. ¿Qué te parecería visitar esta estatua, dar una vuelta por la selva del Amazonas y viajar hasta Boa Vista para conocer a la Hermana Sofía? ¡Es un planazo para ¿Crees que es la estatua de Jesús más este verano! O quizá, para cuando seas un poco grande del mundo? ¡Investiga! más mayor.
Acuérdate de rezar por la Hermana Sofía y por todos los niños y niñas que viven en el campo de refugiados de Boa Vista. Para que descubran que son los favoritos de Dios.
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Texto: Dora Rivas / Ilustración: Loreto Fernández
Beato Paolo Manna (1872-1952) El DESPERTADOR MISIONERO Paolo era un joven humilde del sur de Italia, que desde muy pronto se sintió llamado a ser misionero. Con 22 años, recién ordenado sacerdote, se fue a Birmania (hoy este país se llama Myanmar), donde “plantó” la Iglesia entre la tribu de los ghekkú; pero se puso enfermo y tuvo que regresar a Italia. Al principio lo pasó mal, porque le hubiera gustado quedarse para siempre en la misión, pero luego descubrió que, aunque ya no pudiera seguir allí, desde Italia podía hacer mucho para ayudar a que Jesús siguiera siendo conocido en todo el mundo. El padre Manna se dio cuenta de que a los cristianos de su época no les importaba demasiado lo que estaba ocurriendo en las misiones. Antes, en el siglo XIX, todo el mundo ayudaba, con la oración o con dinero, a que siguieran adelante, y, gracias a eso, muchos misioneros pudieron ir a evangelizar distintos países de África y Asia. Sin embargo, a principios del siglo XX, cuando las misiones más lo necesitaban, los creyentes les estaban dando la espalda, y el padre Manna no lograba entender por qué; antes todos parecían ser amigos de los misioneros y ahora les abandonaban. ¿No te recuerda un poco a lo que 12
nos pasa hoy? Aunque nos lo pidió Jesús, “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”, nos hemos vuelto un poco egoístas, y ya no nos preocupa tanto que muchas personas no hayan oído nunca hablar de Él. Es lo que el padre Manna descubrió al regresar a Italia. Por eso él ‒que había sido misionero en Birmania durante 10 años‒ iba a convertirse en el “despertador misionero” de los adormilados, de los que se habían olvidado de las misiones. Y eso a veces resultaba un poco molesto, porque ¿a quién le gusta que suene el despertador cuando está dormido? Pero era urgente levantarse para ir a trabajar, aquí o allí, por las misiones. Comenzó a escribir sin parar, sobre todo en una revista llamada “Las misiones católicas”, que él dirigía. Se dio cuenta de que eso funcionaba estupendamente como “despertador”. Al leer sus escritos, la gente se sacudía el sueño, como tú, cuando te llaman para ir al cole.
El padre Manna quería despertar primero a los sacerdotes, porque ellos eran los que mejor podían contagiar la fe, y no solo en el templo, sino en todo el mundo. Para esto, fundó con la ayuda del obispo san Guido María Conforti, la “Unión Misional del Clero” (hoy se llama “Pontificia” Unión Misional, porque al Papa le gustó tanto la idea que quiso dejar claro que él mismo se la recomendaba a todos). Y… ¡lo consiguió!: la gente, de la mano de los sacerdotes, volvió poco a poco a entusiasmarse con las misiones. Era como si el padre Manna hubiera tirado la piedra del interés por las misiones en un lago y se hubieran formado círculos concéntricos: primero, para “des-
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pertar” a los sacerdotes; luego, a los consagrados; y, finalmente, a todos los bautizados. De hecho, él tenía una especie de lema que lo explica perfectamente: “Toda la Iglesia para todo el mundo”. Nadie puede “pasar” de la misión, porque sería como pasar de lo que Jesús nos pidió. Nadie debería apagar el “despertador misionero”, porque sería como darte la vuelta en la cama y seguir durmiendo cuando tienes que levantarte. Eso estaría feo ¿no?
Paolo Manna murió en Nápoles en 1952. La Iglesia reconoció su dedicación a que Jesús fuera conocido por todos y lo beatificó en 2001. Ahora este inquieto misionero “de vanguardia y de retaguardia” puede descansar en el cielo, pero recuerda que él dejó sonando el “despertador misionero”, para que ni tú ni yo nos quedemos dormidos.
El 16 de enero de 2022 el misionerísimo Paolo Manna habría cumplido 150 años. ¿Quieres celebrarlo con nosotros en “Gesto”? Cuéntanos cómo podrías despertar , ‒como lo hizo el padre Manna‒,a los que todavía no entienden lo importante que es dar a conocer a Jesús. Será un magnífico regalo de cumpleaños.
¿Te ha gustado su vida?
En revistagesto.es puedes descargar un bonito coloreable.
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JERUSALÉN
Los recuerdos de la
A
Por Rafael Santos Barba
l fin llegamos a Jerusalén, y todas las familias celebraron la fiesta más fiesta de las fiestas, “la Pascua”. ¡Fue estupenda! Jesús, con sus doce añazos, la vivió con todo el corazón y con mucha alegría, porque ya era un judío hecho y derecho. Sus padres estaban felices...
Cuando fue la hora de regresar, los peregrinos y nosotros, sus acompañantes de cuatro patas, estábamos emocionados, pero también algo cansados. Nos animaba pensar que en el camino aún habría tiempo para conversar un poco más con amigos y parientes. Así que me tomé un montoncito de paja muy rico y... ¡lista para el viaje! Al ponernos en camino. Jesús no venía con nosotros. Nos sorprendió un poco, pero no nos pareció raro que se hubiera quedado en algún grupo de familiares: ¡llevaban tanto tiempo sin verse...! Sin embargo, nos empezó a extrañar cuánto tardaba, así que José tiró de mis riendas y fuimos a preguntar a los conocidos. Andábamos de aquí para allá, y María y José iban preocupándose más y más. ¡Nadie sabía nada de Él! Yo avisé a las mulas amigas de la caravana para que tuvieran sus grandes ojos bien abiertos... María decía: “¿Dónde está mi niño?”, y José intentaba calmarla, aunque estaba tan asustado como ella... ¡Qué nervios! ¿Qué habría pasado? ¿Dónde se habría metido Jesús?
CONTINUARÁ...
EN mis
ALFORJAS
Ilustraciones: Pablo Rosendo
el mapa de jerusalén
El mosaico de Madaba es la representación cartográfica más antigua de la ciudad de Jerusalén. Data del año 542 y por tanto, no existía en la época de Jesús. Quizá, si hubiese tenido un mapa, no se habría perdido cuando terminó la Pascua.
¿sabías que...
jesús Ya había estado en jerusalén?
Cuando tuvo 8 años, fue por primera vez con sus Padres a Jerusalén. Iba año tras año a las festividades del templo que estaba en Jerusalén. Ya desde entonces había despertado curiosidad entre sus amigos y entre los escribas y fariseos del templo. Se hablaba entre los parientes y amigos de Jerusalén de aquel niño tan prudente y piadoso, hijo de José, llamándole admirable.
la gente que volvía de jerusalén
Más de 250.000 personas eran las que viajaban cada año a Jerusalén. Es como un montón de estadios de fútbol. ¡Y un niño de 12 años se había perdido! Pues claro, José y María estaban muy asustados. Como no era el primer año que viajaban, ya tenían amigos entre los peregrinos, imaginaban que Jesús estaría con ellos pero... ¡NO! 19
LOS CAMINOS DE LA MISIÓN Los misioneros llevan el amor y la luz de Dios a todo el mundo pero, como sabes, hay zonas a las que es muy difícil acceder. ¿Cómo pueden llegar hasta el último rincón del planeta?
Alaska es una de los lugares más fríos de la Tierra y, hasta hace pocos años, el mejor transporte para moverse por allí era el trineo tirado por perros. Así se desplazaba de un pueblo a otro Segundo Llorente, un sacerdote y misionero leonés que dedicó su vida a dar a conocer a Jesús entre los inuit (esquimales). A cambio, ellos le contaban cómo abrigarse para sobrevivir al frío polar o cómo hablar a los perros para que le llevaran por el hielo. Una vez estuvo a punto de morir congelado, ¡y los perros de su trineo consiguieron sacarlo a flote!
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Ilustraciones: Pablo Rosendo. Texto: Ana Ramos.
En TRINEO
EN CANOA
“Sor Adrenalina” es el nombre con el que todo el mundo conoce a la hermana Adelina Gurpegui, que lleva más de 30 años moviéndose de comunidad en comunidad por la selva de Bolivia para ayudar a los más necesitados. Y la única forma de hacerlo es en canoa: ha llegado a navegar varios días, con sus noches, bajo la lluvia y con una linterna para poder ver (y esquivar) troncos y ramas.
En burro
¿Sabes dónde está Haití? Se trata de una preciosa isla del Caribe, que quizá te suene porque hace unos años sufrió un terremoto muy fuerte… Tan fuerte que dejó a gran parte de sus habitantes sumidos en la pobreza. Allí se encuentra Natalia Martínez, misionera que recorre las montañas con clínicas móviles para que no quede nadie sin atender, ¡y traslada los medicamentos y utensilios en burros!
En moto Pero los misioneros también usan transportes mucho más comunes en nuestro día a día. En algunos países de África, con una pequeña moto pueden ir de un pueblo a otro y, no solo dar a conocer a Jesús, sino también formar a personas que no han tenido la oportunidad de ir al colegio. Como ves, ¡los misioneros siempre se las ingenian para llegar a todo el mundo!
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EL LABERINTO HASTA JESÚS
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La
Ilustración: Paz Rodero
Jesús se ha perdido por Jerusalén y no hay forma de encontrarlo. María y José están preocupadísimos, imagínate. ¡Solo tiene 12 años! ¿Serás capaz de ayudarles a encontrar el recorrido y llegar así hasta Jesús?
Envíanos el juego resuelto y participa en el sorteo de un fantástico lote de los mejores libros infantiles. 27