ORIENTACIÓN Era el primer día de clase; había muchas cosas nuevas: ya no éramos los más pequeños tampoco estaba ese profesor de lengua que me caía tan bien, ya no estábamos en la primera aula… y sobretodo había una nueva persona, y digo persona porque no era uno de los mil maestros que habían entrado nuevos no, era una persona especial. A continuación entramos en clase y unos segundos después entró nuestra nueva profesora doña Carmen Sánchez Martínez. Doña Carmen parecía una sargento; lo digo por todo el conjunto de físico y carácter. Era una señora de 28 o 29 años aunque parecía más vieja por esa vestidura, se le veía con las ideas claras. Su aspecto era raro llevaba unos pantalones verdes a la altura del ombligo o más con una camisa blanca con el gravado del escudo de España en la camisa y una coleta mediabaja . -Buenos días, me llamo doña Carmen, doña Carmen Sánchez Martínez y soy vuestra nueva tutora – dijo doña Carmen. Empezaron a hacer preguntas -¿De dónde eres?- dijo Miriam. -¿Estas casada?- dijo Fátima -¿Tienes hijos? Preguntó Ainara De repente una gran voz reventó nuestros tímpanos que gritaba: -¡¡¡SILENCIO!!! -dijo doña Carmen– cerrad el pico y no seáis tan cotillas que sois una pandilla de gallinas cacareantes, unos cotillas, lo que os iba a decir es que ahora en nuestra clase hay una niña con discapacidad . -¿Qué es la discapacidad? –dijo Víctor que era un poco corto. -Pues la discapacidad es aquello que le pasa a una persona cuando no les es útil algún sentido del cuerpo y necesita www.iesfuentebuena.com
ayuda por que no se desarrolla bien y no puede hacer todas las cosas que hacen los demás; sobretodo al principio cuando no los aceptan entre sus compañeros y les ponen motes y les insultan ¿sabes? -doña Carmen se emocionó- mi hermano también sufrió discapacidad de vista y le llamaban “el cegarruto” con un tono despreciable. Pero a lo que íbamos, esta niña se llama Alejandra y sufre discapacidad en las piernas y en la vista y os voy a contar su historia: un día esta chica de 14 años como todos vosotros ¿no?, o casi todos, un día iba en el coche de su padre con su familia y de repente un coche vino y se estampó contra ellos. Uno de sus hermanos murió y ella fue la más afectada por que iba en el lado que golpeó el coche y todos ellos se recuperaron. Pasaron 3 meses al accidente y Alejandra se incorporó al colegio y ¿qué pasó? Sus amigos no la apoyaban y se volvían en su contra, incluso una vez la tiraron con la silla de ruedas por las escaleras. De repente hubo un silencio absoluto; nadie hablaba. La primera en hablar fue Miriam ¿y por que se ha venido aquí? -A eso iba -dijo la maestra- ¿me dejáis? -Si, si, contestaron todos a la par. -Bueno continúo. Sus padres estaban tan afectados por la pérdida de un hijo y la minusvalía de su hija Alejandra, la mayor, así que decidieron venir aquí a este pueblo a hacer vida nueva. Alejandra hoy no va a estar con nosotros; pero mañana se incorporará y quiero que os comportéis tal y como es debido -la maestra paro y se escuchó un murmullo y ella
volvió a repetir- ¡como es debido! ¿os sabéis comprometer?-Si, si -dijeron- ¿y por que nos íbamos a comportar mal?; le vamos a ayudar-Así me gusta que os forméis con un gran corazón -dijo doña Carmen- que os ayudéis unos a otros y pensad que en un futuro esa persona os podrá ayudar a vosotros, pero no solo es eso, es lo que os satisface. Vale, tengo que reconocer que doña Carmen transmitía mucho sus mensajes y que era muy sentimental la verdad. Ya era la hora del recreo pero como era el primer día solo era de 10 a 1 así que estuvimos una hora y cuarto dentro y luego media hora fuera, todo el mundo lo comentaba y pensaban en lo mal que lo estaría pasando esta chica. Sonó el timbre y entramos adentro otra hora y cuarto pero tengo que reconocer que la primera parte se hizo muy ligera y la segunda eterna, porque estuvieron explicando los anexos, las normas, los proyectos… resumiendo un rollazo. El primer día ya había acabado. Sonó el despertador a las 7:30 pero por muchas ganas que tuviésemos de entrar a clase y conocer a la chica nueva daba perrera levantarse a estas horas después de habernos estado levantando en verano a las 11 o las 12 y que sin darnos cuenta el verano ya había pasado. Salí de mi casa y como todos los días del curso que me quedaban de aquí para adelante iría andando al colegio con mis amigas Llegó la hora de entrar a clase y ella estaba allí. Fui yo la primera que me presenté. -Hola, yo soy Sandra -dije-. -Hola, yo soy Alejandra -dijo ella-.
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