Perú en el Umbral de una nueva era 2011

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IV.5. Descentralización de los servicios de infraestructura Desde 2002, el gobierno peruano dio inicio a un proceso de descentralización ambicioso. Las transferencias intergubernamentales a los ámbitos regionales y municipales aumentaron considerablemente, generando nuevos recursos que los gobiernos subnacionales usan sobre todo para inversiones en infraestructura. Se espera que esta tendencia continúe, pues algunas regiones seguirán recibiendo recursos adicionales del canon minero y otras tendrían acceso progresivo a préstamos subnacionales. No obstante, existen cuellos de botella significativos que impiden gastos eficientes a nivel descentralizado, como se refleja en las bajas tasas de ejecución presupuestaria de diversas regiones. Hay muchos factores que explican la baja eficiencia y eficacia del gasto descentralizado, como la existencia de problemas organizacionales, la fragmentación de las inversiones, las políticas de compensación poco atractivas, la alta rotación de personal, la falta de habilidades técnicas y de gestión, los procesos de evaluación ineficientes y el uso del mecanismo de la administración directa. Para solucionar tales deficiencias, es crítico que el Perú mejore su capacidad institucional a nivel descentralizado y que lleve adelante una experiencia piloto con una transición de políticas de infraestructura basadas en un enfoque de desarrollo territorial más integral.

¿Por qué es necesaria una mayor descentralización de la infraestructura? La reducción de las desigualdades entre las regiones consolidaría la descentralización. Con casi un tercio de la población peruana y el 53% del PBI nacional, Lima sigue teniendo la mayor participación en el desarrollo económico del país. La floreciente primacía urbana de la ciudad capital contrasta enormemente con la postergación de muchas regiones peruanas, sobre todo del área rural de la sierra. Como señala el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2009 del Banco Mundial, para solucionar los cuellos de botella e integrar a las regiones atrasadas del Perú se tendría que fomentar la migración interior y establecer los cimientos institucionales para una posible urbanización que ayudarían no solo a fortalecer a Lima, sino también a una red de ciudades peruanas secundarias. Además de las instituciones, las infraestructuras de transporte y comunicación son críticas para que los beneficios de la creciente densidad económica se puedan compartir ampliamente. Más allá de las diferencias en términos de desarrollo económico, las desigualdades entre Lima y las provincias están generando tensiones políticas y sociales que podrían afectar la estabilidad del país. Las últimas elecciones mostraron que Lima y algunas regiones del norte tienden a votar diferente que el resto del Perú. En este contexto, la descentralización ofrece oportunidades para promover un desarrollo más inclusivo y para mejorar la provisión de bienes públicos, haciéndolos a la medida de las preferencias locales. La competencia, la proximidad y la transparencia también son factores importantes para motivar a los gobiernos locales a responder mejor a las necesidades de la población de sus circunscripciones.

Capítulo IV Infraestructura como herramienta para impulsar el crecimiento con equidad 145


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