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Mapa 2. Cuál es el problema del uso del suelo en Caquetá (2018
Fuente: UPRA, Uso del suelo en Caquetá, 2018 (ANT, 2018, p. 2)
Estos porcentajes explican la preocupación que la Secretaría de Agricultura y Ambiente del departamento expuso en el documento del Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional 20122020, cuando argumenta que, pese a la importancia de la actividad ganadera, se está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de la población del departamento: hay un ejemplo de los riesgos para los habitantes del piedemonte que es la dependencia alimentaria: en el caso del Caquetá, la producción agrícola tradicional es muy baja, sólo alcanza el 3 %, mientras el restante 97 % de los cultivos lícitos se encuentran en pastos. (2012, p. 31) En este mismo sentido, el PDD plantea que: El sistema productivo rural se sustenta en la producción bovina y leche, renglón seguido están los cultivos permanentes y transitorios, los cuales presentan una serie de retos de gobernabilidad por cuanto se enfrenta a la deforestación descontrolada y la perdida de vocación agrícola por la falta de ordenamiento productivo y la baja efectividad en los procesos comerciales. (Gobernación de Caquetá, 2020, p. 11) No obstante, en pequeños predios suele integrarse, en sistemas productivos, el ganado, árboles y pastos en una misma unidad productiva, lo que contribuye, en pequeña escala, a la protección física del suelo, mantenimiento del microclima y cultivo de alimentos que solventan una economía de subsistencia. Dentro de este sistema productivo tiene un lugar relevante la mujer rural y campesina, que se dedica a la realización de actividades que aportan a espacios de producción como la finca o el predio, ocupándose de los huertos y frutales alrededor de la
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casa, cuya producción es destinada en su mayoría al autoconsumo.
Pese a que estas ocupaciones cuentan con poca valoración social y económica, diversas asociaciones de mujeres, dedicadas a la siembra de plantas nativas y frutales en sus fincas y huertos, están posicionando en el departamento la importancia de generar y sostener prácticas de cuidado ambiental y agroecológicas que mitiguen los daños ambientales causados por la ganadería extensiva, prácticas que aportan a la seguridad alimentaria de sus familias. Una líder ambiental del municipio de El Doncello manifiesta que: Para todos es conocido, esto no es un secreto, que las dos cosas que han marcado al Caquetá han sido la ganadería extensiva y los cultivos de coca, los cultivos ilícitos. Eso ha hecho que nuestro Caquetá se vea tan deforestado. ¿Que estamos haciendo nosotras? Cultivando nuestras plantas nativas, reforestando nuestras cuencas en cada una de nuestras fincas, cuidando nuestras aguas. Cuidando agroecológicamente nuestros cultivos con cero químicos. (Comisión de la Verdad, 2021)
Usos del suelo para cultivos de uso ilícito y las mujeres
El cultivo de hoja de coca ha sido considerado como una solución a los problemas económicos que parte de la población ha experimentado ante el abandono del Estado, reflejado en los “altos costos del transporte, la mala calidad de las carreteras terciarias, los altos costos en insumos que hicieron que el sector pecuario y agrícola fuera poco competitivo” (Rodríguez Coy & Acevedo García, 2019, p. 50). Esta economía sustentada en estos cultivos ha presentado con el tiempo variaciones en cuanto a su expansión y crecimiento, y a su vez ha permitido sustentar en paralelo otras economías de tipo lícito26 .
Dentro de estas economías las mujeres también han tenido un rol con complejidades, ya que en los testimonios de algunas se refleja que hacen parte de una cadena productiva en el que son el eslabón más débil al asumir las labores de cuidado y la alimentación de los trabajadores, cosecha y recolección de la hoja de coca. Todo esto sin tener reconocimiento económico, pese a la fuerte demanda que les representa: 21 años era empleada, pero sin sueldo, manejaba ganado, manejaba trabajadores. Que aquí hay que bañar, hay que vacunar, y así, sin sueldoy sola y hágale. Que no hay quien cargue el maíz porque los trabajadores arrumaban maíz, pero no cargaban. A las 12 del día empaque el almuerzo, siga y vaya a cargar el maíz y las bestias porque no había quién lo hiciera y como yo tenía y podía hacerlo, yo lo hacía. Allá el señor subía 2 o 3 meses que eran las cogidas y ya, el agua está cortada y los timbales llegaba y sacaba 15 o 20 kilos de coca séquela y mándela. Andábamos hasta cierta parte y ahí la recogía un señor. (Entrevista con mujer campesina. Cartagena del Chairá, 2021) Diferentes estudios han coincido en plantear que la economía cocalera ha generado impactos en la configuración de las relaciones de propiedad, tenencia y uso de la tierra en Caquetá. Un
26 En las décadas de los 80 y 90 se dio una dedicación casi que exclusiva a este cultivo por el fuerte debilitamiento de la agricultura debido a la aplicación de políticas de apertura comerciales (Fajardo, 2006 en Pastoral Social, 2016, p.5). Décadas después, motivos diversos como las fumigaciones y la persecución a este cultivo, hicieron que los campesinos dejaran de sembrar en grandes cantidades y utilizaran las reservas de dinero generadas con la siembra de coca para el sustento de otras economías, generando una diversificación de economías de tipo lícito e ilícito (CNMH, 2017) que continúa en la actualidad.
ejemplo de ello es el cambio sobre las prácticas cotidianas agrícolas por el abandono de los cultivos de pancoger, lo que ha generado que la mayoría de los productos de la canasta familiar sean traídos de otras zonas del país, a pesar de que se cuenta con la calidad de los suelos y la potencialidad del territorio para producir estos cultivos, como arroz, maíz o tomate (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2017, p. 309).
El panorama se complejiza por el vínculo entre los grupos armados y las bandas criminales con el cultivo de coca, pues también están inmersos en la producción, procesamiento y comercialización de estupefacientes. La acción de estos actores armados ha implicado el control sobre el territorio y de la población para tener mayor libertad de dinamizar el mercado y el tráfico de la coca por carreteras y ríos (Rodríguez Coy & Acevedo García, 2019).
Esta actividad se ha extendido en todo el Caquetá. En el 2019 había cultivos de uso ilícito en los dieciséis municipios, y ocupó el séptimo lugar de los departamentos con más área sembrada, aportando el 3 % al total nacional, con 4.511 ha y con la totalidad de sus municipios impactados por estos cultivos. En el 2020, el departamento del Caquetá ocupa el noveno lugar generando el 1 % del total nacional con 2.055 ha y 14 de sus municipios implicados en estas dinámicas27 .
Esta disminución se debe en parte a las acciones desarrolladas dentro del Plan Nacional Integral de Sustitución de cultivos de uso ilícito (PNIS). De manera particular, cabe resaltar que el departamento ocupó en el 2021 el cuarto lugar con mayor porcentaje de mujeres participantes, representando el 38 % (Nariño 50 %; Cauca 47 %; Putumayo 40 %) (Observatorio de Drogas de Colombia, 2021), lo que refleja el liderazgo y el importante rol de la mujer en el tránsito hacia modelos productivos alternativos.
No obstante, este proceso representa un desafío para el departamento debido al contexto de incumplimiento por parte del Estado. Según la Oficina de Paz de la Universidad de la Amazonía (2020), han existido incumplimientos del gobierno, retrasos en el cumplimiento de pago y falta de asistencia técnica para proyectos de seguridad alimentaria de las familias, lo que afecta de manera importante las condiciones de vida de las mujeres y sus familias.
Mientras tanto, otras mujeres y familias que de una u otra forma continúan ligadas a la economía de la coca por necesidad u otras razones, como la de seguir sin acceso a sus derechos sociales y económicos, ven necesario que el Estado haga un tratamiento diferencial sobre las familias en relación con los grupos criminales que sí ocupan un lugar de control en dicha economía. Para ellas, existe un tratamiento injusto por parte de las instituciones encargadas. El siguiente relato de una mujer así lo manifiesta: A un hijo mío lo cogieron con 25 gramos de coca, y me mandaron a llamar a mí. Lo mandaron a Puerto Rico y lo empapelaron. Entonces, el marido mío le dijo a una patrullera: Ustedes coger ese muchacho por 25 gramos de coca, mientras que los grandes que la voltean harto, sí andan libres y todo. ¿Y sabe que le contestó la patrullera? De malas él que se dejó agarrar. (Taller con Mujeres, Cartagena
27 Esta disminución de hectáreas cultivadas y, por ende, de municipios afectados se debe a la disminución sostenida en los últimos tres años, pasando de 2.980 ha erradicadas en el 2019 a 5.600 ha en el 2020. Entre los municipios con más hectáreas sembradas entre 2019 y 2020 se identificaron: San José de Fragua, La Montañita, Cartagena del Chairá y Solano; por su parte los municipios con menos hectáreas son El Paujil, Albania, Puerto Rico, El Doncello y Solita (UNODC, 2020).