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"NO PODEMOS hABLAR DE DESAFECCióN DE LOS CiUDADANOS hACiA LA POLítiCA, SiNO hACiA LOS POLítiCOS" gemma ubasart, Doctora en Ciencia Política.
ciones nunca había alcanzado cotas tan bajas: en mayo, justo antes de aquellas elecciones, el 22,1% de los ciudadanos, casi uno de cada cuatro, señalaba a la clase política y a los partidos como uno de los principales problemas del país, sólo por detrás del paro y la economía. El análisis de las encuestas indica, además, que el desprestigio de los políticos ha crecido en los últimos años a un ritmo vertiginoso: hace tres años, en septiembre de 2008, los políticos eran el 7º problema del país, sólo señalados por el 7% de los ciudadanos; al año siguiente, ya eran el 6º, según el 12% de los encuestados; en
septiembre de 2010 ya habían alcanzado ese triste tercer lugar para el 19,8% de los encuestados. Caldo de cultivo ideal para la expansión de un movimiento ciudadano, como el 15M, capaz de aglutinar a muy diferentes sensibilidades bajo un mismo paraguas: un rotundo y claro “no nos representan” vociferado en la misma cara de los políticos. En septiembre de este año, ese rechazo había crecido hasta el 23,3%. Sin embargo, a la vez, el país vive días de una inusitada ebullición política. “No podemos hablar de desafección de los ciudadanos hacia la política –explica Gemma Ubasart, doctora
AvAles contrA prácticAs “no Admisibles” Una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General en vigor desde enero de 2011 amenaza el futuro de partidos extraparlamentarios como el de Ciudadanos en Blanco (CenB), pero también el de las formaciones minoritarias de extrema izquierda y extrema derecha y el de algunos habituales ya en las citas electorales como Por un Mundo más Justo (PUM+J) o el Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal (PACMA). Esa modificación, que salió adelante con los votos de PP, PSOE, CiU, PNV y
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BNG, obliga a los partidos que no tengan escaños en el Congreso ni en el Senado a lograr la firma de, al menos, el 0,1 por cierto del censo electoral de la circunscripción por la que quieran presentarse. Y ello, dice el preámbulo de la ley, para “salir al paso de prácticas no admisibles desde la perspectiva de la seriedad del procedimiento electoral”, entiéndase, por ejemplo, la presentación de una formación apadrinada por la 'showwoman' Carmen de Mairena en las últimas elecciones autonómicas celebradas en Cataluña.
“Es una exigencia completamente antidemocrática –dice Félix Díaz, de CenB-, que se opone a la Constitución en la medida en que ésta reconoce el derecho de todos los ciudadanos a participar en la vida pública del país. Si es ya difícil, en nuestro caso, conseguir 150 personas para completar las listas electorales, recabar las 4.500 firmas que serán necesarias por ejemplo en Madrid... Muchos partidos pueden quedar eliminados y laminados por la exigencia de este aval”. En las últimas elecciones
generales, las celebradas en 2008, un censo electoral superior a los 35 millones de habitantes, hubiera obligado a estos partidos extraparlamentarios a conseguir 35.000 firmas para presentar candidaturas en toda España, casi tantas o, en algunos casos, muchas más de los votos logrados posteriormente: el PACMA se quedó por debajo de los 45.000; PUM+J, en 23.000; el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), en 20.000 y CenB se quedó en unos 14.000, igual que Falange Española de las JONS.