Punto Fijo - Coro, lunes 23 de febrero de 2009
“¡Caramba, es tremendo muchacho! Estacio de Sá es mi vida, es mi alegría. Estoy feliz de estar aquí”, dijo exhaltado José Marcelo Martyns, un voluminoso miembro de esa escuela de samba, mientras danzaba y cantaba. Estacio de Sá, fundada en 1955 con
el nombre Unidos de Sao Carlos, cayó al grupo de ascenso en 1997 y en el 2007 volvió al de privilegio, pero quedó última y volvió a bajar de nivel. “La Estacio de Sá está saliendo, viene para subir”, gritaba uno de hombres que empujaban los carros alegóricos para
su ingreso al desfile en el Sambódromo de Río, una avenida flanqueada de tribunas con capacidad para 70.000 espectadores. “Es el corazón de la escuela, es lo que comanda todo ese pueblo, sin la batería no hay Carnaval en ningún lugar”, afirmó Moacyr da Silva, director de la batería de la escuela. El plato principal del Carnaval de Río se sirvió en la noche del domingo, cuando
comenzó el concurso de dos días de del Grupo Especial, que tendrá como espectador especial al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Un total de 12 agrupaciones disputaron el título de campeona, que será anunciado el miércoles junto al de la escuela de samba que descenderá y la que subirá desde la segunda división. Una de las escuelas de samba más populares e importantes, Beija Flor (Picaflor), buscará su tercer título consecutivo desarrollando la relación del hombre con el agua, a través del baño de lluvia. El domingo también destacó Grande Río, que dedicará su trama al Año de Francia en Brasil, para lo cual trajo.
Tradición 27
Una garota vestida de Diabla. Muchos la acompañarían hasta el infierno / Foto AP
El ingenio de los participantes estuvo de manifiesto en el Sambódromo / Foto AP
Hacer comparsas como esta, necesitan organización durante todo el año / Foto AP
La picardía de las brasileñas y sus atrevidos atuendos, son parte de la tradición del mejor carnaval del mundo / Foto AP