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Un modernizador con claroscuros

RED UNIVERSITARIA, UNO DE SUS MAYORES LOGROS

El ex rector de la Universidad de Guadalajara optó por una modernización parecida a la porfirista: poca política y mucha administración

CARGOS

QUE OSTENTÓ

● Presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara

● Director del Departamento de Intercambio Académico

● Director del Departamento de Investigación Científica y Superación Académica

● Coordinador de la Feria Internacional del Libro

● Rector de la UdeG

AGUSTÍN DEL CASTILLO GUADALAJARA

Si el poder es una construcción imaginaria, Raúl Padilla López (3 de mayo de 1954-2 de abril de 2023) fue uno de los hombres más poderosos de Jalisco al menos durante 34 años a partir de su ascenso como rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en la que defenestró a la por cuatro décadas decisiva Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), detonó la reforma universitaria más importante en un siglo y creó las principales instituciones culturales sobre las que se funda la reputación internacional de Guadalajara.

“El poder es imaginación y lo demuestra Raúl Padilla; tiene la apariencia de ser más influyente y con mayores recursos de los que realmente posee, y eso es cortesía de la exageración de sus enemigos, que inventaron en gran parte ese mito”, deslizó alguna vez un experimentado político priista, compañero de Padilla en la Quincuagésima Quinta Legislatura (1997-2000), donde con la representación de apenas dos curules del Partido de la Revolución Democrática (PRD) logró bloquear importantes proyectos del gobierno del panista Alberto Cárdenas Jiménez, el más famoso de los cuales es el llamado “crédito japones” para saneamiento. Una victoria política que tuvo por efecto retrasar por 25 años la solución de los problemas de agua de la ciudad.

Al no conocerse en la UdeG algo parecido a la democracia interna, el “licenciado” (como lo mencionaban amigos y enemigos) optó por una modernización parecida a la porfirista: “Poca política y mucha administración”, y convenció al presidente Carlos Salinas de Gortari, e incluso al primer gobernador con el que coincidió temporalmente, Guillermo Cosío Vidaurri, de que era el camino para que la casa de estudios olvidara las grillas de la Guerra Fría e integrará a Jalisco en el desarrollo que demandaba el país.

Tal vez los odios más profundos en su contra nacen de ese proceso. Los políticos fegistas, con poca autocrítica al papel gangsteril y de simulación que el conglomerado estudiantil tuvo en momentos decisivos de la vida de Jalisco, no cesaron de denunciar la “traición” de uno de sus expresidentes y de quienes se le sumaron. Pero la anulación de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) redujo al mínimo la violencia estudiantil bajo el eje de una nueva Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de perfil más discreto y nunca enfrentada al “hombre fuerte” de la casa de estudios.

Padilla López, tapatío con raíces alteñas, egresó como licenciado en Historia y tuvo su primer cargo relevante en la Universidad en 1979, nombrado director del Departamento de Intercambio Académico de la UdeG. En el Consejo General Universitario (CGU), de 1980 a 1982 integró la Comisión de Educación y a partir de 1983, la Comisión de Hacienda. De 1984 a 1989 fue director del Departamento de Investigación Científica y Superación Académica, el cargo que lo preparó para la rectoría y que le dio plataforma para los proyectos más importantes que impulsó: la creación de laboratorios de medio ambiente en La Primavera y Las Joyas de Manantlán; la muestra de cine y, sobre todo, la Feria Internacional del Libro (FIL).

El 8 de marzo de 1989, el gobernador Cosío Vidaurri lo eligió de una terna que le propuso el CGU y tomó posesión como cuadragésimo tercer rector de la UdeG el 1 de abril, hace 34 años y dos días. Durante su rectorado se estableció la Red Universitaria, cuyo eje es la descentralización de la casa de estudios en centros universitario tanto temáticos como regionales. Es, sin duda, la iniciativa más importante para la educación superior que se ha realizado en Jalisco: hoy, 10 centros o subcentros regionales han permitido preparar a miles de jaliscienses que antes debían migrar a Guadalajara para tener acceso a educación superior. También data de esa época la consolidación de la autonomía universitaria y el arranque del proyecto de Centro Cultural Universitario (CCU), cuyo primer edificio se inauguró en 2007 y ha dotado a la ciudad de una infraestructura cultural de la que carecía. Padilla afianzó su hegemonía política sobre la UdeG al dejar la rectoría en 1995. Todos sus sucesores, con excepción de Carlos Briseño, aceptaron su liderazgo. El ex rector se afianzó como personaje de la transición política del país. Sus alianzas le dieron el control del PRD en Jalisco y una relación de lealtad al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, que tras la salida de éste del partido del Sol azteca se convirtió en hostil y ha marcado el derrotero complicado de la casa de estudios en los últimos cuatro años.

Líder de uno de los grupos políticos de Jalisco, el de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que ha incursionado en la política y extendido su presencia más allá de las fronteras de la institución; ex rector de esa casa de estudios que impulsó cambios que consolidaron la estructura universitaria y la vida académica; destacado promotor de la cultura y el arte, que consolidó eventos como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más importante en los países de habla hispana; acusado de cacique por sus críticos luego de mantener el control durante más de tres décadas de la UdeG; que resguardó su parcela de poder en medio de confrontaciones con gobernadores y mandatarios federales con los que mantuvo diferencias; hombre polémico, que se codeó lo mismo con premios Nobel de Literatura que con jefes de Estado de diferentes naciones, Raúl Padilla López falleció. Ex diputado local que combinó la política con la academia, al que el rector general Ricardo Villanueva señaló como quien dejó un gran legado para muchas generaciones, la noticia de su muerte circuló pronto en las redes sociales y se convirtió, al igual que “Universidad de Guadalajara”, en trending topic nacional. Miles de mensajes empezaron a circular con señales de duelo, reconocimiento y cuestionamientos. La UdeG publicó una esquela en la que de manera oficial mencionó que bajo su liderazgo la casa de estudios “se transforma para convertirse en la segunda universidad más grande de México”, y mencionó que Padilla López impulsó la creación de la Red Universitaria, “modelo único en el país, con el que se logró llevar la educación a todos los rincones de Jalisco y que hizo posible acercar la educación superior a los jóvenes de los quintiles más bajos”.

El que oficialmente confirmó en redes sociales la muerte de Padilla López fue el gobernador Enrique Alfaro Ramírez , paradójicamente con quien mantuvo una relación política cercana y también los enfrentamientos más agudos. La disputa de ambos políticos se prolongó a lo largo de los últimos meses, en las que el mandatario lo acusó desde “pillo” hasta de hacer “negocios personales”, sin ir más allá de la retórica, mientras le hacían coro desde Movimiento Ciudadano. La noticia de la muerte del ex líder universitario la dio a conocer Alfaro Ramírez de manera fría, árida, sin ningún reconocimiento público a la trayectoria de su ex adversario. El distanciamiento entre ambos se advirtió hasta en la noticia de su muerte.

Padilla López también recibió críticas desde Palacio Nacional, del propio presidente Andrés Manuel López Obrador; aunque los recientes acercamientos del Grupo UdeG con corcholatas presidenciales parecen marcar un nuevo escenario rumbo a 2024.

La UdeG bajo la égida de Padilla López ha sido un contrapeso crítico, en ocasiones uno de los escasos, a los yerros y dislates de gobernadores surgidos del PAN y ahora con el alfarismo. La solidez de su cuerpo académico ha propiciado desde las aulas universitarias señalamientos claros, argumentados, precisos, sobre políticas públicas erradas, cuestionables, y la tentación permanente de mancillar su autonomía e imponer la visión oficialista desde la propia UdeG. La universidad jugó un relevante papel al lado de los jaliscienses en la atención a la salud pública amenazada por la pandemia de Covid-19, sin duda fue un acierto reconocido hasta por sus críticos. Ocurrió con la conducción de Villanueva Lomelí, el equipo médico universitario, sus estudiantes, profesores y directivos, no exenta de roces con la administración estatal.

Vendrá un reacomodo al interior del grupo político de la UdeG. La ausencia del ex rector marcará un parteaguas tanto en la política interna como en la externa en la casa de estudios. Son nuevos tiempos. La renovación se impone, dentro y fuera.

Tras Fallecimiento

Coinciden en que UdeG debe mantenerse unida

JESSICA PILAR PÉREZ GUADALAJARA

Tras la muerte de su ex líder moral, la Universidad de Guadalajara (UdeG) debe mantenerse unida para definir su futuro, pero siempre en función de sus estudiantes, coincidieron políticos.

Los ex mandatarios estatales del Partido Acción Nacional (PAN)

Francisco Ramírez Acuña y Emilio

González Márquez concordaron en que el deceso de Raúl Padilla debe obligar a la Universidad a seguir unida y trabajar por la difusión de la cultura y la educación de los jaliscienses.

Ramírez Acuña confió en que los universitarios tomarán las mejores decisiones para el futuro de la máxi- ma casa de estudios y espera que lo hagan en un ambiente de tranquilidad. “Creo que van a tomar las decisiones con plena madurez y también el Consejo Universitario seguramente estará tomando las decisiones con absoluta responsabilidad; esperemos que no pase a mayores y esperamos que las decisiones sean para el bien de Jalisco”, comentó. Emilio González espera que la casa de estudios no pase por suspensiones de clases o huelgas. “Lo que esperamos que siga es ese orden en la Universidad que existía, nunca se suspendieron clases, no huelgas, no dañar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ése es un bien que le aportó, entre otros, Raúl Padilla a la Universidad de Guadalajara y que las autoridades actuales tendrían que preocuparse por preservar”, aseveró González Márquez.

El ex senador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Arturo Zamora Jiménez pidió que la casa de estudios tenga estabilidad interna y externa en todos los ámbitos para tener buenos vínculos de comunicación con todas las instancias.

“La Universidad internamente tendrá que hacer una profunda reflexión y tomar de alguna manera sus propias medidas internas, pero también establecer los lazos vinculantes de comunicación sin duda alguna que sean eficientes con el gobierno del estado y los municipales, y el gobierno federal”, aseveró el priista.

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