Boletin Perrigatos nº 9 - Septiembre 2013

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Articulo: Cuando el perro ladra, el bebe entiende Los bebés de seis meses aún no han aprendido a hablar. hablar Sin embargo, embargo ya entienden las emociones que hay detrás de los ladridos del perro, afirman los expertos. "Los bebés distinguen la agresividad en los

ladridos del perro cuando existe pero también sabe cuando los ladridos caninos son amables y amistosos", asegura Ross Flom, neurocientífico y psicólogo, que investigado cómo reaccionan los

pequeños ante los sonidos caninos.

Los bebés relacionan sin problemas distintos ladridos del perro con imágenes más o menos amigables Durante el estudio, Flom y sus colegas dejaron escuchar diferentes tipos de ladridos grabados a un grupo de bebés, desde sonidos enfadados hasta gemidos de perros más amigables. La sorpresa fue descubrir que los niños de seis meses no tuvieron problema para emparejar de forma adecuada los sonidos con imágenes más o menos agresivas de perros. ¿Cómo transcurrió la investigación?. Los bebés primero vieron las imágenes de dos perros. Una de un can con actitud agresiva y la segunda de un simpático animal, en posición amigable. Después, los ladridos de los perros sonaron en la sala de forma aleatoria. Los bebés miraron durante la mayor parte de d la l audición d ó la l imagen correcta del d l perro, en función f ó de d su actitud. d Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica 'Developmental Psychology'. Los bebés entienden las emociones del perro El perro expresa sus emociones de un modo muy visible. El can utiliza sus ladridos para expresar g o tristeza, su cola p para mostrar q que se encuentra feliz o asustado, p pero también la ansiedad, alegría posición de sus orejas y hasta la altura de su cabeza sirven para exteriorizar sus sentimientos. Los bebés que aún no saben hablar no son inmunes a este gran despliegue de señales comunicativas del perro. Incluso antes de conocer los enigmas del lenguaje verbal humano, los niños detectan las emociones de su entorno, incluidas las presentes en el tono de voz de sus padres y familiares. Por eso, son capaces de distinguir la tristeza o la agresividad de la felicidad en los ladridos del perro. Niños pequeños y perros: cosas en común Perros y bebés, tienen más cosas en común. El cerebro de un can funciona en algunos aspectos de un modo muy similar al de un niño. El investigador Stanley Coren, de la Universidad de British Columbia, ha estudiado cómo piensan los perros y su modo de resolver ejercicios matemáticos y lingüísticos más o menos complejos. De esta forma, el psicólogo experto en perros asegura que un can distingue un total de 165 palabras y gestos h humanos. U cifra Una if muy similar i il a la l de d un niño iñ de d dos d años. ñ Además, la presencia de perros en clases infantiles puede ayudar a los alumnos en edad preescolar a concentrarse en sus tareas, según concluye otro estudio realizado por la psicóloga experta en comportamiento canino, Nancy Gee. Fuente: www.consumer.es

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