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Palacio Nacional bombardea a la alianza
from MAZATLÁN 110423
by Noroeste
MARTÍN MORENO @_martinmoreno /
SinEmbargo.MX
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Por temor a perder la elección presidencial en 2024, desde Palacio Nacional ha comenzado a operarse una estrategia en contra de la alianza Va por México que, a jalones y estirones, se ha mantenido a pesar de todo. La instrucción de AMLO y su equipo es prioritaria: acabar con la alianza opositora para no correr ningún riesgo en las urnas el próximo año. Y es que los números les preocupan, y mucho, en Palacio Nacional: De acuerdo con recientes encuestas de las cuales hemos dado cuenta en esta columna, la alianza Va por México se encuentra a sólo 10 puntos de Morena en intención del voto para la próxima elección presi-
Editorial
La manera de mirar las cosas
No se pudo lograr el saldo blanco en esta Semana Santa y ya con los números dados por el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, las versiones del número de personas fallecidas se había quedado corta.
Fueron 23 fallecimientos, cinco por ahogamiento y el resto en accidentes de tránsito. Asimismo seis homicidios dolosos. Es preocupante y muchos los fallecidos en accidentes de tránsito y muy lamentable porque los hogares enlutados por los accidentes siguen creciendo.
Un dato que ofreció el Secretario es el aforo en playas y demás sitios turísticos fue de 2.5 millones de personas que salieron a pasear, lo que significa un aumento de 96 por ciento más que los que salieron a pasear el año pasado.
O sea, según el funcionario, el 75 por ciento de la población sinaloense, realizó alguna actividad en este periodo.
Otro dato, y creemos es para restar impacto, es que los homicidios dolosos no se presentaron en zonas turísticas, como señalando que los operativos funcionaron a cabalidad.
Pero, no, que no se les olvide que son 23 vidas perdidas. El saldo, a pesar del optimismo de las autoridades sigue siendo rojo.
Y, repetimos, creemos que el hecho de que haya salido tanta gente a pasear y celebrar sus días de asueto, está muy bien, pero sí tienen que entender que hay que socializar más los operativos y los cuidados que se deben tener.
No es solo tener su manera de mirar las cosas, sino que hay que ver con los ojos de los ciudadanos.
dencial, una distancia más que remontable a 14 meses de esa elección y, no obstante, la elección de Estado que se ejecuta con las tres “corcholatas” de López Obrador respaldadas y apuntaladas con todos los recursos del régimen: giras ilegales, eventos públicos fuera de la Ley, propaganda, placeo, publicidad, espectaculares, etc., y la promoción anómala que un día sí y otro también realiza AMLO en favor de sus mascotas presidenciables.
¿Y cuál es la estrategia salida de Palacio Nacional para aniquilar o, al menos, debilitar a la alianza opositora?
Primero, promover una supuesta y falsa salida del PRI de
Alejandro Moreno de la alianza Va por México, a través de plumas y voces que han difundido la versión de que “Alito” abandonará el pacto opositor. “No hay ruptura ni titubeos del PRI con la alianza. La alianza se mantendrá”, aseguró “Alito” a sus colaboradores en días recientes. Segundo, iniciar una campaña negra en contra de la alianza Va por México que propala un supuesto desmoronamiento del pacto PAN-PRI-PRD. “Lo que ocurre, es que en Palacio Nacional están muy nerviosos porque lo que se está desmoronando es el régimen obradorista, se les está cayendo el tinglado. Este Gobierno ha sido un fracaso y eso lo saben bien. Por eso quieren acabar con la oposición: para evitar la derrota en 2024”, asegura “Alito”. Tercero, divulgar un presunto y ficticio acuerdo entre “Alito”
Moreno y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, hoy fuertemente cuestionado por su ineludible responsabilidad criminal en la muerte de 40 migrantes en un campo de exterminio en Ciudad Juárez, y que depende de manera directa de Gobernación a través del Instituto Nacional de Migración (INM). Adán Augusto ha tratado de endosar la responsabilidad absoluta a otra “corcholata”: Marcelo Ebrard quien, sin duda, también tiene una alta dosis de culpabilidad, pero sin que esto exima al tabasqueño amigo del Presidente. Aseguran en el PRI que no hay ningún tipo de acuerdo entre “Alito” y Adán Augusto, y que esa versión falaz salió de Palacio Nacional. AMLO y Morena tienen pánico de perder debido al desastre del régimen socialista que todo lo destruye y nada soluciona. Y esas tres patrañas inventadas y propaladas desde Palacio Nacional -salida del PRI de la
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Alianza Va por México, el desmoronamiento de la alianza opositora y un pacto de “Alito” Moreno con Adán Augusto-, es la estrategia difamatoria para intentar doblar a la oposición rumbo al 2024. Así opera la campaña negra obradorista contra la alianza opositora.
***** López Obrador sabe que su Gobierno ha fracasado en economía, seguridad, crecimiento, salud, etc., y que durante los meses restantes sólo le queda rescatar, al precio que sea, la candidatura presidencial de Morena. Y en este lance, recurre a su patrón de Gobierno: mentir, atacar sin pruebas, difamar, ocultar, inventar. Sólo eso le queda al tabasqueño. No sabe hacerlo de otra manera. AMLO quiere aniquilar a la oposición rumbo al 2024. Sí, como lo hace Ortega en Nicaragua. Pero no lo logrará.
Buhedera
GUILLERMO FÁRBER gfarber1948@gmail.com @Farberismos
Ebrard se desnuda en su libro
JAIME GARCÍA CHÁVEZ SinEmbargo.MX
En el arduo camino hacia la candidatura presidencial, Marcelo Ebrard publicó recientemente un libro con el propósito de comunicar, de manera expresa y con precisión, que quiere ser Presidente de México de 2024 al 2030, y que quiere llegar a esa cima del poder desde la plataforma de Morena.
Siempre es de agradecerse que los políticos digan lo que quieren, sus ambiciones. Con Gramsci, desde hace mucho tiempo, creo más en los que dicen abiertamente tener esas pretensiones que quienes las niegan, mintiendo deliberadamente.
Esta clase de libros se han venido instalando como práctica en las democracias avanzadas, donde los líderes, a través de escritores fantasma, los producen con títulos altamente efectistas. Atendiendo a eso, es que estos textos siempre se han de ver con escepticismo y riguroso beneficio de inventario, porque nunca sabremos hasta dónde plantean con sinceridad y compromiso los objetivos que buscarían, de llegar al poder, y hasta dónde es simple mercadotecnia política, o una variante de lo que conocemos vulgarmente como “publirreportaje”, que es a lo que se dedica la colaboradora de Marcelo en este caso, la editora argentina Bárbara Anderson.
Sea lo que sea, no demerito ni el esfuerzo ni la publicación del libro de Ebrard. Simplemente lo considero, hasta ahora, parte de un propósito de alcanzar la Presidencia de la República, y en su caso, instrumento de contraste para el futuro, entre las palabras y los hechos que se pretenden, prefigurando un porvenir diferente.
Ebrard recurre a una semblanza autobiográfica: no se excede en vanidades, pero sí da a conocer desde su trayectoria inicial su afición por la política, particularmente la que se hace desde los instrumentos que brinda el poder.
Desde 2012, cuando aspiró a la candidatura presidencial por el PRD, en competencia con Andrés Manuel López Obrador, quien las tenía todas consigo, se ha advertido que el hoy Canciller mexicano hace de la modernización una bandera, que busca el apoyo de las clases medias, hoy despreciadas, y que persigue la instauración de un estado del bienestar bajo un perfil socialdemócrata, que no tiene historia concreta en el país.
Hasta ahora eso han sido palabras. En 2012, cuando en realidad no tenía posibilidades partidarias, optó por reconocer una encuesta que favoreció a López Obrador, y discreto se hizo a un lado, retirándose una larga temporada de la escena pública, a la que regresó cuando ya era inocultable que el entonces candidato tenía un camino pavimentado hacia el poder. Esto confirma lo que el mismo Marcelo dice en varias partes de su obra: estar en las instituciones, con poder, y desde ahí producir los resultados, alimentados en conviccio- nes de tipo político. Nada que no se haya planteado teóricamente en el pasado. Se trata de hacer política desde adentro, y el libro abunda en ese tipo de referencias, explícita o implícitamente.
No me queda duda de que el libro, es decir, sus ideas, rompe en más de un sentido con los dogmas del lópezobradorismo. Basta y sobra que no le apuesta a la polarización y, mucho menos, como es lógico e históricamente demostrado en la política mexicana, que no sería Ebrard, de ser Presidente, el dócil lacayo del actual mandatario. Además, no creo que ninguno que figura en la ruta de la sucesión, estaría dispuesto a eso, exclusión hecha a Adán Augusto López.
Estoy convencido de que a Andrés Manuel López Obrador el libro de Ebrard no lo conmoverá de ninguna manera, y además dudo que lo lea. Al contrario, tendrá más motivos para descartarlo.
López Obrador, a no dudar, elegirá a su candidato a sucederlo. Hoy se habla de que la señora Sheinbaum las tiene todas consigo, pero ya ven que la proclividad a prolongarse, que padecen los hombres carismáticos y providencialistas, siempre se continúan con mediocres, y si son paisanos, mejor. El libro de Ebrard, pasados 50 o 75 años, será una nota al pie de página de algún Daniel Cosío Villegas. Para el que esto escribe, la sucesión es incierta; puede derivar en decisiones que superen al gran elector, y entre ellas está el mundo de la globalidad imperial, que puede ver en Marcelo una posibilidad de rectificar, precisamente el camino de México, que dicho sea de paso, así se llama el libro.
05 abril 2023
Wikipedia: “ El síndrome de Münchhausen es un trastorno mental caracterizado por los padecimientos a consecuencia de crear dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente «crea» y hasta se produce autolesiones para lograr unos síntomas físicos y/o psicológicos con consciencia de acción, pero forzado a ello por una impulsión relacionada con su necesidad de consideración por terceras personas de ser asistido/a.
Está registrado en el DSM-IV como Trastorno facticio [300. xx]. En la Clasificación de la OMS CIE 10 F68.1, se define como la producción intencionada o el hecho de fingir síntomas o incapacidades somáticas o psicológicas (trastorno ficticio o artificial, no-natural de acuerdo con la Real Academia Española). Es un trastorno en el que el enfermo finge síntomas de forma repetida y consistente, en ausencia de un trastorno, enfermedad o incapacidad somática o mental confirmados. En el plano somático el enfermo puede producirse a sí mismo cortes o erosiones para sangrar o inyectarse a sí mismo sustancias tóxicas o inducirlas a otras personas. La simulación del dolor y la insistencia sobre el hecho de la presencia de sangre puede ser tan convincente y persistente que conduzca a investigaciones e intervenciones repetidas en varios hospitales o consultas diferentes, a pesar de la obtención de hallazgos negativos repetidos.
La OMS lo considera «paciente peregrino» -de hospital en hospital- y lo distingue de la «simulación» (ficticio, fingido o falso).
Diagnóstico El doctor Asher fue el primero en designar esta entidad patológica como síndrome de Münchhausen en 1951. Esta enfermedad epónima toma su nombre no de un investigador que la haya descubierto, sino del excéntrico Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen (1720-1797), quien se hizo famoso por contar historias de aventuras fantásticas que nunca le habían sucedido, como haber bailado en el estómago de una ballena o haber viajado a la luna.
Para ser diagnosticado es necesario que aparezca un patrón de síntomas fraudulentos y que el paciente se presente siempre como un enfermo físico en ausencia total de enfermedades mentales que puedan explicarlo. El paciente debe inventar o fingir dolencias.
No se trata de una simulación porque no lo hace para conseguir un beneficio propio o evitar responsabilidades. Un simuladorfalso- recibe un beneficio secundario por su papel de enfermo y es plenamente consciente de lo que está haciendo, como sería en el caso de querer evitar el alistamiento militar o ir a la cárcel, cobrar un seguro médico, etc. En cambio el paciente diagnosticado con síndrome de Münchhausen tiene una necesidad psicológica de asumir el papel de enfermo, lo cual implica un estatus psicopatológico en sí mismo. Es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por inventar dolencias para asumir el papel de enfermo. Se trata de mentiras patológicas. Es por esto que para poder diagnosticar este síndrome no debe aparecer ningún incentivo externo o beneficio secundario que justifique los síntomas.
El origen de su motivación y su necesidad de llamar la atención no son conscientes para el paciente. Esto no excluye la existencia de síntomas físicos o psicológicos verdaderos; el paciente lo hace con síntomas físicos o psicológicos fingidos o producidos intencionadamente.
Se trata de un síndrome crónico cuyo inicio suele coincidir con una primera hospitalización por una enfermedad física real o un trastorno mental. En el historial de estos pacientes suelen aparecer hospitalizaciones traumáticas reiteradas durante la infancia, un vínculo importante con un médico o la presencia de un grave trastorno de la