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MEDICINA DEL DEPORTE

DR. EPIFANIO CASTAÑEDA LABRA epical_med@hotmail.com

Deporte y huesos

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Amigo lector de Noroeste, qué piensa usted de rejuvenecer, porque un servidor se abstiene de opinar, porque desde el punto de vista ciencia conforme pasa el tiempo todo lo existente es más viejo, pero, de acuerdo a su conformación (genética), alimentación y trato que le dé usted a su cuerpo durante la juventud tendrá su calidad de vida en su vejez.

Van a existir personas, sean estas profesionistas y no profesionales que “tienen una labia de convencimiento” que le hacen creer que tal o cual medicina o “tomas milagrosas” van a rejuvenecer.

En lo deportivo, un alto porcentaje de las personas hacen actividad física y/o deportiva para verse mejor lo cual tiene “algo de verdad”, ya que si se realiza de manera ordenada y se respeta la condición física y de salud lo más factible es que le vaya bien al individuo.

A nivel articular (unión de dos o más huesos), estas junturas están formadas por tejido blando (Tendones, ligamentos cartílago) y tejido duros (hueso), se fortalecen con el adecuado uso de las mismas, pero cuando su uso ya sea por fricción, exceso de peso, microtraumatismos, el componente capsulo ligamentario se ve afectado, por lo tanto la función fisiológica del mismo también tiene sus alteraciones.

En tejido duro (hueso), este se va alterar por enfermedades de la colágena, edad y nutrición, al verse alterado su conformación (traveculación), su funcionalidad también se ve alterado.

El tener huesos fortalecidos, requiere de varios factores como es una dieta equilibrada con alimentos ricos en calcio y vitamina D es esencial para mantener los huesos en buen estado.

La actividad física provoca la contracción muscular que favorece un aumento del trabajo en los huesos, ocasionando el depósito de calcio en los mismos, mejorando la circulación sanguínea, aportando más nutrientes, reforzándolos y creando una mayor masa ósea, tan relevante para el crecimiento de los niños y adolescentes, cuyos huesos crecen más rápido.

En personas sedentarias y que pasan largos periodos de tiempo con poca o ninguna actividad física puede resultar en pérdida de la masa ósea, lo cual aumenta los riesgos de osteoporosis o fracturas de los huesos.

La mejor manera de prevenir fracturas óseas es empezar a realizar actividad física sea esta deportiva o no desde temprana edad, si es en la niñez, estos su actividad debe ser de forma lúdica, y si esta se continúa en preescolar, pre adolescencia y adolescencia va a repercutir en el hueso ya que es en esta etapa cuando se alcanza la máxima densidad ósea.

Ya cuando se alcanza la maduración ósea (en promedio a los diez y ocho años), es necesario continuar con actividad física; como correr por media hora o más, mínimo tres veces a la semana, sin descansar más de cuarenta y ocho horas seguidas, con esto se consigue un aumento de la densidad mineral ósea en la columna y caderas. Cuando se corre, los investigadores afirman que una vértebra de la columna llega a soportar impactos de 1.7 veces superiores al peso corporal, favoreciendo un aumento en la capacidad de absorción del calcio, al igual que se incrementa la regeneración celular y se aumenta o se mantiene la masa ósea.

El ejercicio de impacto genera sacudidas que envían señales a las células óseas, y estas se activan para aumentar su fortaleza.

El mantener los huesos en condiciones para una buena calidad de vida, es necesario una buena alimentación, ejercicio y una buena salud, cuando se presentan algunas enfermedades crónicas que afectan el hueso, o en tratamiento donde se use la radiación (radioterapia) y quimioterapia, se debe indicar actividad física para disminuir los efectos indeseables de esta modalidad de tratamiento.

También desde esta columna le invitamos a cuidarse, las enfermedades nuevas están a la orden del día, siga las instrucciones del Sector Salud. Cuídese, qué le cuesta. Pase una Feliz Semana Santa, pero la verdadera.

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