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Miércoles 20.7.2016 www.noreste.net
Diseño: Adrián Cabrera Editor: Dario Chavez
La Exiliada y El Azotador
GALEIA GALATEA
A
ntes de querer escribir un gran libro, se debe comenzar redactando cuentos que nos ayuden a desarrollar un estilo y así saber dar mil giros a una historia corta; el día de hoy te traigo dos cuentos, el primero de Luis Pineda que se considera veracruzano, y el otro del tuxpeño Pedro Paunero cuyo material lo puedes encontrar en internet. Iniciaremos con Luis Pineda quién nació en México y que acaba de compartir en su sitio web http://www.labrapalabra.com/ el cuento “La Exiliada”, y aunque se trata de una historia muy breve, podrán encontrar que tiene un gran parecido con la sociedad actual, tan actual que no tiene pena de llamar por su nombre a la televisora que critica, aunque más bien la crítica va dirigida hacia la sociedad y a lo que en esta se ha convertido, utilizando para ello una comunidad de ovejas negras y una blanca que simplemente no encaja con las demás. Al ser tan corto, bien vale la pena que busques el blog de Pineda y lo leas por ti mismo, lo harás en un suspiro, no es tan triste como su primer libro “Marea Negra”, pero sí te hará reflexionar un poco y en lo que como sociedad nos hemos transformado. Del otro cuento, el de Pedro Paunero, les puedo decir que me dejó un poco perturbada la mente, por lo que acuso al tuxpeño de destruirme la imagen de Papá Noel. Esta historia se encuentra disponible en
Parte
de las obras de Pedro Paunero aparece en las antologías Voltant per Catalunya i Méxic, El arte en la mochila, Diálogo entre culturas y Cuentos de Barrio
Luis Pineda, se graduó como médico cirujano de la UNAM línea gracias a la ReVista OjOs (www.revistaojos.com) y tal vez algunos ya estén familiarizados con el nombre del autor, pero muchos otros no. Paunero al igual que muchos lectores de este medio es tuxpeño, desde pequeño le gustó leer y escribir. Este relato en específico fue publicado en el libro “Tras la Huella de Sade”, editado por Paco Rallo en Zaragoza (España) y desde que lo empecé a leer me imaginó cómo sería el final, porque
inició hablando de Papá Noel y pensé que tal vez sería diferente, ¡tremendo error!. Le pregunté a Paunero cómo se le había ocurrido hacer un Santa Claus tan obscuro y me comentó que recurrió a leyendas que se han elaborado en diversas partes del mundo en torno a este interesante ser, para así él finalmente conformar el resultado de su imaginación; siendo sincera recuerdo que en alguna ocasión leí alguna extraña historia
de Papá Noel, pero ninguna como ésta. Leyendo la primera página me preguntaba ¿y esto hacia dónde va?, pero para el final de la segunda ya no lo podía dejar de leer, no supe en qué párrafo me atrapó. Si entran al blog busquen a Pedro Paunero y una vez en el cuento den clic en las flechas negras, que por no saber esto me mordí las uñas durante una hora. La historia no tiene narración, de repente me sentí
Luis Pineda es maestro
en creación literaria por el Centro de Cultura Casa Lamm con una tesis sobre el haiku. Obtuvo con “Verbalgia” el premio de cuento Antón Chéjov (2010)
Pedro Paunero, estudió la licenciatura en biología.
Marea Negra, uno de los trabajos más emblemáticos de Luis Pineda.
atrapada en el siglo pasado y en una Sex Shop, pero sin saber en qué país me encontraba, aunque Papá Noel es sólo la excusa para dar a conocer a otros dos personajes que en dos que tres páginas resuelven la historia y hasta que por fin entiendes de lo que se trataba el asunto. Este pequeño cuento se escribió hace 10 años, no precisamente para el libro en el que salió publicado, pero por desgracia tendrás que leerlo en línea o pedir por internet que te lo envíen en paquete a tu casa desde España porque sólo por allá se distribuye. Te dejo el enlace completo para que busques el cuento de Paunero (http://www.revistaojos.com/revistaojos51-colaboradores-pedropaunero.html), a quién también puedes seguir en su página de Facebook donde comparte sus trabajos. En la página argentina de Axxón (http://axxon.com.ar/) podrás encontrar más de sus historias de las que también te iré comentando. Por cierto, éste no es un cuento para menores de edad. Nos vemos en la siguiente columna.