Y dominad la Tierra. Enrique Shaw

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“...Y DOMINAD LA TIERRA”

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I. El mundo tiene un significado: a) Sentido de la creación ¿Tiene alguna vocación la humanidad? En caso afirmativo ¿cuál es? ¿Tuvo razón aquel biólogo que decía que es la aventura ciega y estúpida del protoplasma destinada desde sus comienzos al fracaso y a las tinieblas infinitas? La fe abre al creyente perspectivas apasionantes con respecto al destino humano. La visión cristiana del mundo es netamente optimista: el cristiano es un hombre que cree en el amor. Dios no es ni un dios oriental, totalmente indiferente a todo lo que sucede a su alrededor, ni un dios griego que se di- vierte a expensas del hombre: Dios es amor. Creer en la doctrina cristiana de la creación es creer en el amor. Es poner el amor en el origen del ser, explicando la existencia del mundo por el gran cariño, por el afecto inmenso que Dios nos tiene. Es concebir el mundo como un don y comprender que el universo está orientado por un designio de generosidad. Es tomar conciencia de que el hombre ha sido creado por amor, para hacer vivir sobre la tierra y luego en el cielo tal imagen particular de Dios. En otras palabras, para el cristiano el mundo es un misterio cuya llave es el Amor: es de Alguien, existe por el amor de Alguien, va hacia Alguien. Hay un plan que se cumple en etapas progresivas, que se desarrolla en etapas cada vez más perfectas y acabadas. No es un desarrollo ciego, «dialéctico» como dicen los marxistas, sino que tiene que ser completado por el hombre. Dios es más que el artista que exterioriza Su amor a la belleza haciendo una obra bella; le da vida a Su obra. La creación es conjuntamente la expresión de la omnipotencia divina y del Amor de Dios que asocia al hombre a su perfeccionamiento. Y en el séptimo día de la Creación9, el día de reposo para Dios, el día 9

Gn 2, 23.


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