Nihil 2

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“Si todos los necesitados, en lugar de esperar, tomásen donde hay, y no importa con que medio, los satisfechos entenderían quizás más deprisa que hay peligro en querer consagrar el estado social actual, donde la inquietud es permanente y la vida está amenazada a cada instante.” Ravachol

NIHIL

Publicación Anárquica

Nº 2 Bs. As. 2º Trimestre de 2006 Edición Gratuita E Mail:nihil_public@yahoo.com.ar


La última acción posible es la que define la propia percepción, un cordón de oro invisible nos conecta: baile ilegal en los pasillos del juzgado. Si hubiera de besarte aquí lo llamarían un acto de terrorismo; así es que llevémonos las pistolas a la cama y despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos borrachos celebrando con andanadas, el mensaje del sabor del CAOS.

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO (Rimbaud) Fragmento

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ntaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde todos los corazones se abrían, donde corrían todos los vinos. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. –Y La encontré amarga.- Y la injurié. Tomé las armas contra la justicia. Huí. ¡Oh brujas, oh miserias, oh rencor a vosotros fue confiado mi tesoro! Logré que se desvaneciera de mi espíritu toda esperanza humana. Salté sobre toda alegría, para estrangularla, con el silencioso salto de la bestia feroz. Llamé a los verdugos para morder, al morir, la culata de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme con arena, con sangre. La desgracia fue mi dios. Me revolqué en el fango. Me sequé con el aire del crimen. Y jugué unas cuantas veces a la demencia. Y la primavera me trajo la horrible risa del idiota. Pero,hallándome recientemente a punto de lanzar el último gallo, se me ocurrió buscar la llave del antiguo festín, /

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donde quizá recuperara el apetito. La caridad es esa llave. -¡Esta inspiración demuestra que he soñado! “Seguirás siendo hiena, etc....”, exclama el demonio que me coronó con tan amables amapola. “Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoismo, y todos los pecados capitales.” Ah, demasiado harto estoy de eso: -Pero, querido Satán, te conjuro: ¡una pupila menos irritada! Y, en espera de algunas pequeñas infamias que se demoran, para ti que prefieres en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, desprendo estas horrendas hojas de mi cuaderno de condenado.

CONTENIDO

Qué es Nihil? Es una publicación anárquica que rechaza todos los valores morales, éticos, sociles, políticos, ideológicos, de clases, etc., ya que los mismos significan el ejercicio de la dominación por parte del poder estatal, del capital y de las distintas mediaciones contra los individuos/as. a fin de perpetuar el dominio de aquellos. Nihil, no se plantea eregir o plantear nuevos valores, ya que los mismos impiden a las individualidades el pleno ejerciciso de su libertad y autonomía individual. Nihil, se plantea que la Anarquía, no es ni orden, ni organización, sino todo lo contrario, es caos, destrucción, desmadre, revuelta e insurrección permanente contra todo aquello que nos convierte en esclavos, o que nos somete a servidumbre. Nihil, rechaza toda clase de organización, ya que la misma implica delegación y sometimiento de la autonomía y de la espontaneidad individual a un colectivo que impone valores y pautas de conductas de rebaño. Nihil, intenta por medios de estas páginas propagar la rebeldía, la insumisión, y la auto-afirmación de la autonomía individual. Esto, es algunas de las pocas cosas que esta publicación se propone,no como programa sino como práctica de la acción.

Elogios al Provocador y a la Provocador Social. Pág. 2 La Gente Normal y Mediocre. Pág. 4 Nietzsche y el Cristianismo.Pág.6 De los Viejos Ludditas a los Saboteadores del Orden Social . Pág.8 La Anarquía Cotidiana . Pág 12 Algunos Textos y Poesías. Pág.15 La presente publicación no es una mercancía por eso es de distribución gratuita, asimismo la misma no se halla comprendida dentro de los límites de la propiedad privada, por eso, todo aquel que desee copiar, publicar, difundir o lo que sea con todo o parte de esta publicación puede hacerlo si le place.-

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CAOS Los pasquines del anarquismo ontológico

(Dedicados a Ustad Mahmud Ali Abd al Khabir)

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AOS NUNCA MURIO. Bloque primordial sin esculpir, único excelentísimo monstruo, inerte y espontáneo, más ultravioleta que ninguna ideología (como las sombras antes de Babilonia), la homogénea unidad original del ser todavía irradia serena como los negros pendones de los Asesinos, perpetua y azarosamente ebria. CAOS precede a todo principio de orden y entropía, no es ni Dios ni gusano, sus deseos insensatos abarcan y definen toda posible coreografía, todo éter y flogisto sin sentido: sus máscaras son cristalizaciones de su propia falta de rostro, como las nubes. Todo en la naturaleza es perfectamente real incluyendo la conciencia, no hay absolutamente nada de lo que preocuparse. No sólo se han roto las cadenas de la Ley, es que nunca existieron; los demonios nunca guardaron las estrellas, el Imperio jamás se fundó, a Eros nunca le creció la barba. No, escucha, lo que ocurrió fue esto: te mintieron, te vendieron ideas sobre el bien y el mal, te hicieron desconfiar de tu cuerpo y te avergonzaron de tu profesión del CAOS, se inventaron palabras de asco por tu amor molecular, te mesmerizaron con su indiferencia, te aburrieron con la civilización

y con todas sus roñosas emociones. No hay devenir, ni revolución, ni lucha, ni sendero; tú ya eres el monarca de tu propia piel; tu inviolable libertad sólo espera completarse en el amor de otros monarcas: una política del sueño, urgente como el azul del cielo. Despojarse de todos los derechos y dudas ilusorias de la historia exige la economía de una legendaria edad de piedra; chamanes y no curas, bardos y no señores, cazadores no policías, recolectores de pereza paleolítica, dulces como la sangre, van desnudos como un signo o pintados como pájaros, en equilibrio sobre la ola de la presencia explícita, sobre el ahora y siempre sin relojes. Los agentes del CAOS dirigen candentes miradas a cualquiera que sea capaz de atestiguar su condición, su fiebre de lux et voluptas. Sólo estoy despierto en lo que amo y deseo hasta el punto del terror; todo lo demás no es sino mobiliario amortajado, anestesia cotidiana, cagadas mentales, aburrimiento subreptil de los regímenes totalitarios, censura banal y dolor inútil. Los Avatares del CAOS hacen de espías, saboteadores criminales del amour fou, ni altruistas ni egoístas, accesibles como niños, con los modales de los bárbaros, excoriados de obsesiones, en el paro, sensualmente perturbados, ángeles-lobo, espejos de contemplación, ojos como flores, piratas de todo signo y sentido. Y aquí estamos arrastrándonos por las grietas entre las paredes de la iglesia estado escuela y fábrica, todos los monolitos paranoicos. Separados de la tribu por una nostalgia feraz escarbamos túneles tras las palabras perdidas, las bombas imaginarias.

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Elogios al Provocador y a l a Provocación Social

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eivindicar al provocador y a la provocación social, constituye un acto subversivo, un acto reafirmador del caos y la destrucción. Pero, ¿ cuál es el fundamento de tamaña afirmación? ¿No han sido los provocadores y la provocación arrojados a las profundidades del infierno Marxista, los “enemigos de la clase”? ¿No es l a provocación y el provocador , la peor adjetivización que se le pueda hacer a un revolucionario?¿Qué cosa útil se podrá obtener de personajes de dicha “calaña”? Vayamos por parte. Pero, previo a todo, resulta necesario que nos quitemos, aunque mal no sea, por unos instantes de la sumisión mental, que las diversas representaciones marxistas y de algunos de sus “amigos” de correrías han impuesto a las individualidades, engrillando las mentes que impiden pensar autónomamente. El provocador y e l parásito social no son aquellos “enemigos” de la humanidad como gusta calificarlos el marxismo, en sus diversas vertientes, de la infinita policromía en que se hallan representados. No son los “oscuros” agentes de la Ojrana que tanto hablaba Victor Serge, todo lo contrario, ambos sujetos cuyas características se complementan entre sí, son aquellas individualidades, que no creen y no aceptan los nuevos ídolos que el sistema intenta

imponernos, que no creen en las pautas y valores morales, que todas las religiones han fijado en las mentes de los indviduos/ as a fuego y sangre, son los ateos del progreso social, y del destino manifiesto de la clase obrera. El provocador y la provocación social, no se plantea mejorar la sociedad, no se plantea darle un tinte “obrero” a los valores del espectáculo del capital. No creen en la paciencia. Sólo quieren rupturas. Sólo anhelan la destrucción del orden social. Los epítetos que son objetos todas aquellas individualidades que provocan al orden social vigente, o aquellas que no se plantean a sí mismas, ser el ejemplo viviente del espectáculo social, son los mismos y de la misma intensidad cualitativa, como las adjetivizaciones propinadas por Carlos Marx contra los “lúmpenes”. Se debe redifinir al provocador y su acto de provocación, y su acción de devastar como acciones de autoemancipación y de revolución personal, es una afirmación de la autonomía individual. Es la ruptura contra todos aquellos dogmas religiosos que fueron reapropiados y reciclados por el determinismo de Marx y del Marxismo. Se rechaza dichos dogmas, ya que los mismos nos provienen directamente del buen súbdito, del buen ciudadano,del /

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levanta para dañar nuestro cielo y la polución que lo ensucia, uno puede asegurar como decía Dejacque “No es la oscuridad lo que los Bárbaros esta vez traerán a este mundo, es la luz”—

Crisso/Odoteo Traducción Palabras de Guerra (www.pdg.mahost.org)

¡ VAMOS ! ADELANTE ICONOCLASTAS (

RENZO NOVATORE) La historia, el materialismo, el monismo, el positivismo, y todos los “ismos” de este mundo son herramientas viejas y oxidadas que ya ni necesito ni me importan más. Mi principio es la vida, mi fin es la muerte. Deseo vivir mi vida intensamente para abrazar mi vida trágicamente. ¿Esperas la revolución? ¡La mía empezó hace mucho! Cuando estés listo (¡Dios, qué espera interminable!) No me importará acompañarte por un rato. Pero cuando te detengas, ¡yo continuaré en mi loco camino triunfal hacia la gran conquista sublime de la nada!

Cualquier sociedad que construyas ha de tener sus límites. Y fuera de los límites de cualquier sociedad errarán vagabundos indómitos y heróicos, con sus vírgenes y salvajes pensamientos ¡aquellos que no pueden vivir sin planear siempre nuevos y terribles brotes de rebelión! ¡Yo estaré entre ellos! Y tras de mí, como ante mí, estarán aquellos que dicen a sus compañeros: “¡Volveos pues hacia vosotros mismos más que hacia vuestros dioses o ídolos. Encontrad lo que se esconde en vosotros; sacadlo a la luz; ¡mostraos!” Porque cada persona; quien, buscando en su propia interioridad, extrae lo que está misteriosamente oculto dentro; es una sombra que eclipsa cualquier forma de sociedad que pueda existir bajo el sol. Todas las sociedades se estremecen cuando la arrogante aristocracia de los vagabundos, los inaccesibles, los únicos, los gobernantes del ideal, y los conquistadores de la nada avanzan resueltamente. Por tanto, ¡vamos iconoclastas! ¡adelante! ¡El presagio en el cielo ya se torna oscuro y silencioso! Renzo Novatore

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buen creyente, etc. Se rechaza la idea de sacrificio y de auto-martirio que ha sido legada por la cultura dominante y que nos llega aún hoy, por medio de los escritos de Marx y sus “amiguitos”. Como Anarquista, se debe no sólo rechazar los valores, sino también todo aquello que signifique sacrificio y martirio típico del protestantismo. Como individuos/ as Anarquistas, se deber ser provocador, atacando, confrontando al orden social vigente, y como “provocador social” a efectos de no aceptar los roles esterotipados que la representación del espectáculo social del capital y del Estado, junto a sus mediaciones de dominio y coerción social, intenta imponer. Subvertir: es la acción. Subvertir la normalidad y la cotidianeidad de los esclavos, provocando, sin fetichizar método alguno, a la servidumbre. Abandonar la pasividad del esclavo feliz por el mundo que le ha tocado vivir, y gritar, sea individualmente, o junto a la complicidad de otros secuaces, su rechazo, su odio y su rabia contra el sistema. Romper todos los valores, sabotear la “concordia social”o la “unidad de clase” que los “profetas” nos pregonan desde sus púlpitos. Sabotear la maquinaría y las ficciones que proyectan desde el espectáculo social, destruir la maquinaria social y todos sus valores sociales, culturales, ideológicos,etc.Pero, dioses hay muchos, y si bién, como diría F. Nietzsche todos están muertos, sus sombras aún perduran, por intermedio de los nuevos ídolos que han surgido en su reemplazo. Los guías,han impuesto, a través de su dogmas, y valores, la superstición a

los individuos/as, al plantear la propuesta y no la provocación del enfrentamiento, de la construcción y no la destrucción, que los parásitos y enemigos del orden intentan imponer. Es por ello que los “señores” toleran su “oposición”, porque son las herramientas para la perpetuación del sometimiento de las individualidades El provocador y el parásito, desterrados a las profundidades del infierno, por dichas sombras que aún perduran y se confunden entre los individuos/as, conocen de la acechanza de las mismas, y procuran su destrucción, a través de la subversión y del sabotaje social. Pero los nuevos “mandamientos” de las sombras de los dioses muertos, de los guías y/o mediaciones, los anatemizan, para que la oscuridad pueda continuar reinando.

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ciones que comprenden la civilización actúan unidas para apropiarse de mi vida y transformarla en una herramienta para la reproducción social, y en como transforman la vida social en un proceso productivo que sirve exclusivamente para mantener a los gobernantes y su orden social. Por ello, es esencialmente una perspectiva revolucionaria y es por lo que siempre haré uso de cualquier cosa, perteneciente a ese arsenal constituido por la historia de la práctica y la teoría revolucionaria, que pueda enriquecer mi lucha. Los primitivos a menudo han vivido de una forma anarquista y comunista, pero no tienen una historia de lucha revolucionaria de la cual podamos “saquear” las armas para nuestra lucha actual. Dicho esto, sin embargo, reconozco a aquell@s anarco-primitivistas que continúan aceptando la necesidad de una revolución y de la lucha de clases como a mis compañer@s y cómplices potenciales. La lucha revolucionaria contra la civilización del dominio y beneficio que nos rodea, no será un intento razonable de apropiarse de los métodos de producción. Los desposeídos de este mundo parecen entender que esta no es (será) durante más tiempo una opción de liberación (si es que alguna vez lo fue). Si la mayoría no tienen claro qué o quién es exactamente el enemigo, la mayoría si que entienden que no tienen nada que decir a los que están en el poder, porque no comparten un lenguaje común. Nosotr@s que hemos sido desposeíd@s por este mundo ahora sabemos que no podemos esperar nada de él. Si soñamos con otro mundo, no podemos

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expresar estos sueños, porque este mundo no nos proporciona las palabras para hacerlo. Y lo más probable es que muchos ya no tengan sueños. Sólo sientan rabia por la continua degradación de su existencia. Así que esta revolución será, ciertamente, la liberación de nuestras “pasiones salvajes” de las que hablaba Bakunin, las pasiones destructivas que son la única puerta hacia una existencia libre. Será la llegada de los bárbaros augurada por Dejacque y Coeurderoy. Pero es precisamente cuando la gente sabe que ya no hay nada que decir a sus gobernantes, cuando aprenden como hablar un@s con otr@s. Es precisamente cuando la gente sabe que las posibilidades que este mundo puede ofrecerles son nulas, cuando aprenden como soñar lo imposible. Esta red de instituciones que domina nuestras vidas, esta civilización, ha convertido nuestro mundo en una prisión tóxica. Hay mucho que destruir a fin de que una existencia libre pueda ser creada. El tiempo de los bárbaros está al alcance de nuestras manos. [...] Pueden los bárbaros liberarse. Pueden afilar sus espadas, pueden blandir sus hachas de guerra, pueden golpear a sus enemigos sin piedad, pueden aborrecer tomar el lugar de la tolerancia, puede la furia ocupar el lugar de la resignación, puede la barbarie ocupar el lugar del respeto. Pueden las hordas bárbaras asaltar, autónomamente, de la manera que crean oportuno. Y pueden no volver a crecer tras su paso parlamentos, instituciones de crédito, supermercados, barracas, fábricas. Contra el cemento armado que se

La Gente Normal y Mediocre

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onstituye un lugar común que las individualidades sometidas al poder del estado y del capital, se definan a sí misma como gentes normales. La normalidad, como gusta calificarse a dichas personas, es en realidad, ser una pieza recambiable de la maquinaría que rige su vida, y reconocen, la mayoría de los casos, orgullosamente ello, y en la mayoría lo aceptan sin cuestionamiento alguno, con las típicas excusas como : “siempre fue igual”, “nada puede cambiar” o “ hay que nadar con la corriente para no ahogarse”. Es el típico “hombre corcho” tal como lo definía Roberto Arlt en sus Aguafuertes Porteñas, siempre flotan, viven una vida sin drama,sin inmediatez, jamás rompen el equilibrio, que las diversas representaciones del espectáculo del capital impone para someter a servidumbre a las individualidades. La vida de dichas “gentes normales y mediocres” giran en torno de pequeñas cotidianeidades, de una visión positiva de la vida que todo mejorará en un futuro, cuando en realidad caen sobre ellos las “Siete Plagas de Egipto”. Pero hay que creer, razonan estas “personitas” así lo ha dicho el “supremo poder”, y si las cosas no mejoran, para qué vivimos en democracia, se votará a otro verdugo, que sea capaz de equilibrar y restaurar nuestra normalidad, nuestra cotidianeidad. Y, ¿cuál es la normalidad de dichos personajes? Qué los trenes lleguen a hora-

rio, que no haya corte de calles por alguna protesta, que recibamos nuevas tarjetas de créditos, ir de vacaciones, familias bien constituidas, y todo una policromina de estereotipos que el espectáculo proyectado por el capital y el Estado a través de sus valores y virtudes inundan nuestra retina y cerebro desde hace miles de años. Indudablemente, este ser, o tal vez sea mejor calificarlo como ente, encuentra en la institución “familia” como el defensor de todo lo previsible, la familia es la célula básica de la sociedad, nos dicen las iglesias, el Estado, etc, y será la máxima defensora del actual orden de cosas,ya que constituye una fortaleza contra todo aquello que implique la subversión de la normalidad y la cotidianeidad que la representación ha impuesto. Conservar los valores, nos dirán, rechazar todo aquello que signifique una ruptura de los micro-ghettos familiares, ya que si se demuestra una “buena conducta” el poder nos permitirá vivir “felices”. Esa felicidad plástica moldeada y montada por la espectacularidad de la sociedad actual. Más vale ser esclavos, que correr el riesgo se subvertir la mediocridad monocorde de la normalidad, y poder perder la tranquilidad y la seguridad que nos brinda el poder a través de la familia. Sin embargo, nada es seguro en este mundo, a pesar de todo el empeño que los poderes, siempre sucede que la normalidad y la cotidianeidad es amena-

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de una civilización no mecanizada). Pero nuestra época es otra. Las palabras de Bakunin o Coeurderoy, de Malatesta o Renzo Novatore, o de cualquiera de los escritores anarquistas del pasado no pueden tomarse como un programa o una doctrina a seguir. Más bien constituyen un arsenal a saquear. Y entre las armas de este arsenal hay arietes bárbaros que pueden ser usados contra los muros de la civilización, del mito del progreso, del desde hace mucho tiempo desmentido mito, de que la tecnología puede salvarnos de nuestras desgracias. Vivimos en un mundo en el que la tecnología está absolutamente fuera de control. Cada catástrofe sigue a otra, los llamados paisajes “humanos” han llegado a estar cada vez más controlados y mecanizados, y los seres humanos cada vez más adaptados a su papel de engranajes de la máquina social. Históricamente el hilo que ha pasado a través de todo lo que es bueno en el movimiento anarquista no ha contado con una fe en la civilización, la tecnología o el progreso, sino más bien en el deseo de que cada individuo sea libre para crear su vida como más le convenga en libre asociación con los demás, en otras palabras, el deseo de la reapropiación individual y colectiva de nuestras vidas. Y este deseo es todavía lo que motiva la lucha anarquista. Llegados a este punto para mi queda claro, que el sistema tecnológico es una parte integral de las redes de dominación. Ha sido desarrollado para servir a los intereses de los dueños del mundo. Uno de los primeros propósitos del sistema tecnológico a gran escala es el ////

mantenimiento y la expansión del control social, y esto requiere un sistema tecnológico que se retroalimente en su mayor parte, necesitando por ello sólo una mínima intervención humana. Así, se crea la fuerza destructora. El reconocimiento de que el progreso no tiene una conexión inherente a la liberación humana, fue ya reconocido por muchos revolucionarios a finales de la Primera Guerra Mundial. Ciertamente la historia del siglo XX debería haber reforzado esta opinión. Ahora prestamos atención a un mundo desvastado física, social y psicológicamente como resultado de todo lo que conocemos como progreso. L@s explotad@s y desposeíd@s del mundo no puede desear seriamente durante más tiempo obtener parte de este putrefacto pastel, ni apropiarse de él o administrarlo.La reapropiación de la vida debe tener un significado diferente en el mundo actual. A la luz de las transformaciones sociales de las últimas décadas pasadas, creo que cualquier movimiento anarquista revolucionario serio, tendrá que cuestionarse meticulosamente el industrialismo y la civilización, porque sólo ello, podrá proveernos de las herramientas necesarias para reapropiarnos de nuestras vidas. Pero mi perspectiva anticivilizadora no es una perspectiva primitivista. A pesar de que actualmente pueda estar inspirada en aspectos anarquistas y comunistas de algunas culturas “primitivas”, no baso mi crítica en una comparación entre estas culturas y la realidad actual, sino más bien en la forma en la que todas las institu-

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zada. Ladrones, psicópatas, nuevas bacterias,etc., acechan nuestra mediocridad. Subversivos que rechazan los valores impuestos, que reniegan de la crítica positiva y propugnan la destrucción de todo lo establecido, desde sus cimientos, hace peligrar la seguridad de la mediocridad y cotidianeidad del rebaño.La normalidad, amenazada por los subversivos que rechazan todo dogma, todo valor impuesto exógenamente, y que tiene como función canalizar nuestras vidas, hacia u n estanque donde no fluya, siempre encuentra alguna vía de escape, sea cuando el tedio de la normalidad y de la seguridad han ocasionado la insoportabilidad de la vida gris, monocorde. Pero no todo rechazo a lo establecido, significara subversión social, también se puede lanzar a la búsqueda dentro de los parámetros establecidos y/o permitidos por el espectáculo social. Son búsquedas, cuya ruptura esta determinada por una moda, pero no como acción desencadenante de destrucción de los valores y dogmas, ya que en definitiva no se cuestiona la esencia misma del espectáculo social, la normalidad y la seguridad. Subvertir es el acto individual de ruptura/destrucción de todo lo establecido, y de todo lo construído por la civilización. Es el revolucionar individual, que reniega de la seguridad y de la institucionalización social. El pathos de dicho revolucionar, y del proceso de ruptura/destrucción, no es único, es múltiple, y su multiplicidad esta determinado por las diversas individualidades conforme: a sus experiencias, sus vidas, sus familias, etc.

La fórmula algebraíca de la gente normal puede reducirse a la siguiente:familia-trabajo-seguridadconsumo. He allí la consecución de la felicidad de la normalidad, todo es una mercancía susceptible de ser adquirida libremente, si se posee el dinero para ello. Sin embargo, el subvertir algunos de los componentes de dicha formulación algebráica, pueden generar,entre los borregos, el desconcierto,la inseguridad, la no felicidad, ya que la normalidad, y el quietismo amorfo de cotidianeidad mediocre ha sido roto. Sus “verdades”, ya no son afirmaciones pétreas, sus pequeñas cotidianeidades se han derrumbado. Las pequeñas rupturas han abierto brechas a los micros- ghettos ( familias) desbaratando sus dogmas y escala de valores.Pero, en dichas rupturas, como proceso primario de la destrucción, no existen guías, ni gurúes que puedan predeterminar, ni enmarcar el camino a seguir, caso contra,/se estaría en presencia, de un reciclado de la seguridad, y de nuevos rebaños, que buscan seguridad, continúando el espectáculo social con su representación, pero ahora con nuevos intérpretes. La gente normal y mediocre que constituye este orden social, no podrá ser desembarazada de dichas pautas, por nadie, ya que la ruptura/destrucción, es un acto individual. Cabe puntualizar, que lo que se pretende, no es generar nuevos valores que nos transformen nuevamente en seres grises y monocordes, sino en subvertir todos los valores, quemándolos, el paraíso del capital y el Estado es grande, mucho hay //

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para acabar con la civilización de la dominación. Por supuesto, la mayoría de los anarquistas de esa época, como ocurre en la nuestra, no cuestionaron la civilización, la tecnología y el progreso. La visión de Kropotkin de colectivizar “Fábricas, Campos y Talleres” o la “Verdadera Civilización” de Josiah Warren, contaban inevitablemente con un mayor atractivo para aquell@s que no estaban preparad@s para enfrentarse a la incógnita, que las críticas anarquistas sobre la industrialización y la civilización a menudo no dejaban claro, de que ocurriría tras la destrucción revolucionaria de la civilización que ellos odiaban. A principios del siglo XX, y concretamente tras la gran masacre conocida como la Primera Guerra Mundial se produjo una mayor devaluación de los valores. La fe en el ideal burgués de progreso fue ampliamente erosionada y el cuestionamiento de la civilización en si misma fue un aspecto interesante para un gran número de movimientos radicales incluyendo el dadaísmo, el anarcofuturismo ruso y un precoz surrealismo. Si algunos de los más conocidos anarquistas (tales como Malatesta, Emma Goldman, Mahkno, etc) continuaban viendo la posibilidad de una civilización industrial liberada, otros anarquistas menos conocidos tenían una visión diferente. Así por ejemplo en torno a de 1919, Bruno Filippi escribió: Envidio a los salvajes. Y les gritaría en voz alta: “Salvaros, la civilización está llegando” Por supuesto: nuestra querida civilización de la cual estamos tan orgullosos. Hemos abandonado la vida libre

y feliz de los bosques por esta horrenda esclavitud moral y material. Y por ellos nos comportamos como maniáticos, neurasténicos, suicidas. ¿Por qué debería importarme que la civilización haya dado alas a la humanidad para volar y así poder bombardear las ciudades, porque debería importarme si conozco cada estrella en el cielo o cada río en la tierra? […]Hoy en día la bóveda estrellada, es un velo plomizo que vanidosamente nos esforzamos en atravesar, hoy en día no hay nada desconocido [...] […] Me trae sin cuidado su progreso. Quiero vivir y disfrutar. Ahora, quiero ser claro. No estoy sacando todo esto a colación para probar que la corriente anticivilización actual tiene una legítima herencia anarquista. Si su crítica a la realidad que nos enfrenta mos es correcta, ¿por qué debería importarnos si se ajusta al encuadre de la ortodoxia anarquista?Bakunin y Coeurderoy, Malatesta y Filippi, todos los anarquistas del pasado que vivieron en lucha contra la dominación, no intentaron crear ninguna ortodoxia ideológica. Estaban participando en el proceso de creación de una teoría y práctica anarquista revolucionaria que va a estar en continuo proceso. Este proceso ha incluido críticas a la civilización, al progreso y a la tecnología (y a menudo en el pasado estas críticas no estaban conectadas, así, Bakunin pudo llamar a “la aniquilación de la civilización burguesa” y aún aceptar su consecuencia tecnológica; el industrialismo, tambien Marcus Graham pudo llamar a la destrucción de “la máquina” en beneficio

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para destruir. La pregunta que se impone es ¿ cómo hacerlo?, ¿con quien? y ¿cuando es el momento oportuno? La respuesta no es sencilla, ya que la cultura de la servi-

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dumbre y del sometimiento a los valores y dogmas que desde el Estado, la religión, la escuela han impuesto a las individualidades, han creado la conducta del rebaño

Nietzsche y el Cristianismo mo, islamismo,etc., pero también a las

a crítica demoledora que Federico Nietzsche propinó al Cristianismo en su diversas obras, como ser el Anticristo, Así Hablaba Zaratrusta, Genealogía de la Moral, entre otras, va más allá de una crítica a las grandes religiones monoteístas. Es en realidad un ataque radical contra todo aquello que signifique una negación a la vida, y a la sumisión de una moral de rebaño, etc. entre otras cosas Es por ello, que en sus obras es dable observar, asimismo críticas profundas y rotundas, a las corrientes socialistas e incluso anarquistas, por haberse reapropiado , de manera radical es cierto, de la idea del resentimiento cristiano. Pero, ¿cuál es la actualidad de la critica de Nietzsche al cristianismo? y ¿cómo la misma es aplicable hoy a todas aquellas mediaciones que no constituyen más que una versión radicalizada de aquel?. La demoledora crítica de Nietzsche al cristianismo, no es únicamente contra dicha corriente, sino todo lo contrario, es contra todo el resentimiento que constitiye el elemento fundamental de dicha religión, pero que es abarcativo a todos los pensamientos religiosos - budismo, judais-

diversas mediaciones sociales que se han reapropiado de dicho resentimiento, transformándose en guías y redentores de sus feligresías. Dios ha muerto, reclama Nietzsche, nosotros lo hemos asesinado. Ello así, ya que Dios es el adversario del individuo/a, factor desencadenante de nuestra alienación y del odio a la vida. Sin embargo, no se debe pensar que dicho acto destructivo que plantea Nietzsche, y que abarca a todos lo valores, deben delimitarse a la concepción religiosa, todo lo contrario, la metáfora utilizada por Nietzsche es de un enorme potencial destructor, y sí se permite utilizar dicho término: revolucionario. La razón de ello esta dada, que la muerte de Dios, como paradigma del ejercicio del dominio por fuerzas exógenas a nosotros, exige, no solamente la ruptura/ destrucción de todos los valores artificiosamente impuestos, sino tambien la necesidad de traspasar dichos valores. Se debe evitar toda clase de reduccionismo de la crítica radical propinada por Nietzsche contra el cristianismo, no es sólo contra estos, que

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El resurgir de los bárbaros. Una revuelta noprimitivista contra la Civilización.

la dominación inherente a las estructuras del sistema industrial. De hecho su concepto de los trabajadores encargándose de la organización de la sociedad a través de sus propias organizaciones económicas e industriales, se convirtió con el tiempo en las bases del anarcosindicalismo. Este hecho, sin embargo, se basa en un malentendido, puesto que Bakunin manifestó con bastante claridad que esta organización no podría desarrollarse sobre unas bases ideológicas fuera (al margen de) de la lucha directa de los trabajadores, sino que más bien debería ser desarrollada por los propios trabajadores durante el transcurso de sus luchas. En base a ello, no sugirió ninguna forma específica de organización.) Sin embargo la petición de Bakunin de “dar rienda suelta a las pasiones inmorales” de los oprimidos y explotados fue vista por muchos de los revolucionarios más razonables de la época, como una llamada bárbara a la destrucción de la civilización. Y el mismo Bakunin llamó a la “destrucción de la sociedad burguesa” junto con “la destrucción de todos los Estados” y la “libre y espontánea organización desde abajo hacia arriba, mediante la libre asociación”. El contemporáneo francés de Bakunin, Ernest Coeurderoy, fue menos condicional en su rechazo a la civilización. Manifestó simplemente: “En la civilización, vegeto; No soy ni feliz ni libre; ¿Por qué entonces debería desear la conservación de este orden homicida? Ya no hay nada que conservar de aquello por lo que la tierra sufre. Y él, junto a Dejacque y otros anarquistas revolucionarios de la época, apeló al espíritu barbárico de la destrucción

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i examinamos la mayor parte del debate actual en el ámbito anarquista respecto a la civilización, la tecnología, el progreso, el ecoanarquismo frente al anarcocomunismo, etc... Nos quedará la impresión de que la crítica a la civilización es algo que ha surgido sólo recientemente dentro del pensamiento anarquista y revolucionario. Pero esta impresión es falsa, y dañina para aquell@s de nosotr@s con una perspectiva anticivilizadora revolucionaria. De hecho, un cuestionamiento revolucionario de la civilización, la tecnología y el progreso puede encontrarse a lo largo de todo el pensamiento revolucionario moderno. Charles Fourier expusó su socialismo utópico “Harmony” frente a la disonancia de “Civilización”. Un cierto número de los Románticos más radicales (Blake, Byron y Shelly entre otros) se mostraron claramente recelosos frente al industrialismo y su razón utilitarista. Pero podemos ver visiones más cercanas a nosotr@s si nos fijamos en los anarquistas del siglo XIX. Cierto es que Bakunin no tuvo problema alguno con la tecnología industrial. Aunque no compartió la casi mística fe de Marx en las capacidades del desarrollo industrial, para crear las bases técnicas del comunismo global, tampoco vio

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dirige sus dardos, no sólo contra las demás grandes religiones, todo lo contrario, y como se lo ha expresado más arriba, es contra toda clase de mediaciones que someten y encadenan a los individuos a una jerarquía de valores, vía las representaciones y ficciones montadas por el espectáculo social. El espectáculo es en sí mismo, único, inmodificable, en resúmen el pleno ejercicio del dominio y la coerción social. Pero las diversas ficciones que se proyecta se transforma, se destruyen constantemente, es ahí, que emerge con total claridad la necesidad que ante cada proceso rupturista/ destructivo, los individuos/as puedan traspasar la nada, no en el sentido del rechazo a todos lo valores impuestos, sino que, desde una óptica que signifique que los “fantasmas” de las viejas ficciones sean absolutamente destruídos, y no puedan recrear nuevas máscaras y ficiones que encadenarán a las individualidades en nuevas representaciones, las cuales significarán , asimismo, pérdida de autonomía, de libertad y de reafirmación de su propia individualidad. El viejo dios “metafísico” que nos ha sido legado a través de los textos religiosos ha muerto, pero ha sido reemplazado por nuevas ficciones como la “Razón”, el “Positivismo”, etc. El Dios cristiano, producto de la herencia judáica, y hacedor de la bienaventuraza hasta las plagas más terribles, fue reemplazado, la razón, el positivismo, el cientificismo, el socialismo científico son algunos de los ejemplos,de lo que Nietezsche calificaba como las “sombras de dios”que reemplazarían a las viejas fábulas religio-

sas, por novísimos cuerpos teóricos lógicos y razonables de los modernos paraísos terrenales.Momento decisivo atraviesa los individuos/as, deben crease a sí mismos ex nihilo, deben destruir desde sus mismas raíces los valores que le son impuestos desde el exterior, asesinando los restos que pudiera existir, a fin que los espectros de dios no generen nuevas mistificaciones, y comenzar a a transitar los caminos de la experimentación y la creación de nuevas reglas y valores alejadas de los dioses muertos y sus Sombras de oscuridad. La única verdad, es que no existe ninguna verdad preestablecida. La auto-liberación de las individualidades, debe significar una existencia total, una libertad total, o sea un paroxismo de tensión. Todas las barreras se romperan, no habrá más límites entre los individuos/as, y ahí, la necesidad que debamos concentrar en nosotros mismos: el placer y el dolor, el bien y e l mal , el conocer , la vida y la muerte. Nada será ya delegado a mediaciones o a dioses metafísicos o de la razón pura, ya que será una obra auténticamente individual, en el cual cada uno de nosotros a través de la praxis que llevamos a cabo, podremos transitar el camino que no nos desvie hacia los espectros de dios y entronizarlos como nuevos dioses, que nos chupara la vida hasta la muerte. Nietzsche en su Anticristo dijo que estamos aquejados de la putrefacción de la modernidad, y hoy ello posee total vigencia, ya que los nuevos dioses que la postmodernidad o postindustrialismo nos ha impuesto: mercancía, producción,etc., son los nuevos valores, las verdades prees-

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Creemos que no se puede construir ni aspirar a construir nada bajo ningún sistema, porque éste lo adapta, lo asimila o lo destruye, con lo cual vemos más que obvio necesario la aniquilación de cualquier tipo de sistema antes que nada. Y si alguien quiere construir, que lo haga después. Así mismo creemos que las acciones individuales lejos de ser “aventureras”, “aisladas”, “terroristas”, “vanguardistas” o demás, sirven, siempre y cuando no reproduzcan los cánones del sistema (es decir no sean autoritarias o recuperables) para desencadenar reacciones en cadena: lo que ahora puede ser insignificante puede acabar en algo impredecible, tal vez en el caos,... ¡esperemos!. Con esto no se quiere decir que se rechace la valiosa acción colectiva, siempre recomendable dentro de unos parámetros, sino que se da a la acción individual un valor que muchas le niegan. Dicho todo esto, tal vez de un modo un poco desordenado y caótico, lanzamos la invitación a crear el caos, creación hecha a través de la más pura y simple destrucción del sistema, desde la acción individual o la colectiva, desde el acto más aparentemente insignificante hasta el más aparentemente decisivo. Busquemos el caos, busquemos la anarquía. Consigámoslos a través de la destrucción, de la revuelta, de la insurrección. Liquidación social por la anarquía. Guerra por el caos. Nota de l*s dementes, perdón, de l*s autores: con acciones individuales que generen reacciones en cadena para buscar la libertad, no estamos hablando de

buscar la libertad en una burbuja sin hacer nada, ni de ningún tipo de carma o chi, ni de primar la denominada “revolución interior”, necesaria, pero que debe ir a la par de la insurrección exterior. Que quede claro, hablamos de guerra no de fumar porritos en una okupa o centro social (alias bar) del guetto. Hablamos de conflicto, no de alienación o evasión a través del ocio o las drogas, por muy alternativo que sean esas mierdas. Mejor la pistola/piedra/ molotov que la bota de vino, mejor la guerra que la sumisión, aunque esto no significa necesariamente que debamos militarizar nuestras vidas (ver donde hablamos de “actos no recuperables”). No queremos dar argumentos a l*s sumis*s que viven de excusas y se creen muy guays, sólo queremos darles una patada en el culo que les haga espabilar y que les ponga en su lugar. Hale, ciao, nos vemos en las barricadas. (Footnotes) 1

“Sistema” hace referencia a algo sistemático, que se reproduce de manera homogénea e idéntica una y otra vez, estable y previsiblemente. Es por ello que el caos nunca puede estar encasillado en ningún sistema. No obstante la mentalidad cientificista, positivista (hasta cierto punto) y mecánica de l*s creadores de esta teoría (meros científic*s, la mayoría de ell*s fieles servidor*s del sistema, esto es del Estado – Capital) hace que lo hayan definido como un “sistema”, entrecomillando esta palabra pues ell*s mism*s son conscientes de la afirmación que aquí se está realizando. El Caos no puede ser ni una estructura, ni un sistema, ni un ente, sólo (si es que es posible definirlo) un movimiento de materia que simplemente fluye de manera caótica. La falta de conceptos y vocablos para este tipo de fenómenos en un campo tan religioso y dogmático como la ciencia, y el puro servilismo a sus am*s, hace que esta gente haya empleado el término sistema para definir algo que es intrínsecamente antisistémico.

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tablecidas que la sociedad nos imponen, y que hace necesario una radical ruptura/ destrucción de ello.Como Anarquista, se considera , que tanto el poder, la autonomía individual no debe ser jamas delegada a mediación alguna, o siguiendo las metáforas de Nietzche a dios alguno, o sea no aceptar las valoraciones que jerárquicamente se imponen exteriormente, por intermedio de guías, dioses, mediaciones, o cualesquiera como quiera denominar a los aparatos de dominio social. El peor enemigo de aquellos, es cuando el individuo adquiere autonomía y ejerce su poder. Ello no es algo novedoso, ya Nietzsche en su obra el Anticristo, exponía con total claridad, cual era el enemigo de la religión, y que por analogía, es dable perfectamente extenderlo a las mediaciones: Era, y es el individuo autónomo, que pensara por sí mismo y en total libertad. Es por ello, que como Anarquista, se rechaza a los espectros que intentan oponernos, rechazamos todo valor y toda verdad preestablecida, por ello, se reitera, que la libertad deber ser ejercida en el máximo del paroxismo de tensión, y así cada uno de las individualidades podrá romper las barreras que lo alienan, vía religión, mediación, valores, etc.

De los Viejos Ludditas a los Saboteadores del Orden Social

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a presente nota, no tiene por finalidad realizar un viaje histórico del viejo movimiento luddita de principios del siglo XIX, hasta la actualidad, sino más bien todo lo contrario, establecer analogías de los ataques que sufren en la actualidad todos aquellos Anarquistas que confrontan contra el Estado y el capital, con las adejtivizaciones insultantes que el marxismo, en especial, profirió contra aquel movimiento luddita. Si bien, las analogías siempre resultan perversas, máxime teniendo en consideración los siglos transcurridos entre uno y otro movimiento, y las consiguientes transformaciones que tanto el capital como el poder estatal han tenido a lo largo del tiempo, resulta de suma utilidad, analizar dichos ataques y ver los comunes denominadores de los mismos. El movimiento luddita hace su aparición en Gran Bretaña a principios del siglo XIX como modo de confrontación contra el sometimiento y la servidumbre que imponía el Estado y el capital con el inicio del maquinismo. Dicho movimiento no se limitó únicamente en Gran Bretaña, sino que se amplio a Francia con los llamados tejedores.

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tados por su propia biología y las condiciones externas (esto es un hecho, y también debatible, que tampoco queremos idealizar “buen*s salvajes”), ahora sólo hay jerarquías formales, plasmadas en sociedades de masas, estados, mercados, y un largo etcétera de obscenos elementos de autoridad y dominación. Bueno, pues dicho esto y yendo más al grano, pensamos que la Anarquía es caos, que hay que llevar esta teoría del caos a su terreno “político” y hasta límites insospechados, o mejor a que no haya límites. Pensamos que hay que recuperar nuestra naturaleza perdida, volviendo a ser animales, human*s, pero animales, y sobre todo, individuos. Y eso se hace alcanzando nuestra determinación individual, para que con una reacción en cadena produzca la colectiva y alcance el caos que para nosotr*s es la anarquía. El orden, cualquiera (físico o político, social o “natural”, comunista o democrático, fascista,...), no es más que una cuantificación, un acto de control y dominación. Se ordena para clasificar mejor, se clasifica para controlar y se controla para dominar. Es curioso además comprobar el sentido de las palabras: mientras que orden significa tanto mandar como buscar la armonía a través de un sistema, caos significa abismo, algo que no se sabe muy bien lo que es, que puede que no tenga fin o éste sea desconocido, algo presente en la naturaleza (en general, no necesariamente en la humana, que no se está diciendo que el ser humano sea “bueno” por naturaleza ni mamarrachadas cristianas por el estilo). El caos implica movimiento, inclasificación, libertad, descontrol, fluidez, armonía y ////

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desde luego un obrar organizado libre y espontáneamente (que no tiene nada que ver con estar encuadrado en un partido, sindicato, sistema, etc,... algo que sólo conlleva orden y jerarquía). Es por esto que el caos es la anarquía. La anarquía es ausencia de cualquier tipo de autoridad, por tanto de dominación, por tanto de control, por tanto de orden (que no de armonía o de organización). La anarquía es un infinito en el que poder vivir nuestras vidas en primera persona, libremente, de manera autodeterminada e inclasificable, donde no sabemos qué pasará y donde cada problema pueda ser solucionado cuando ocurra. Un mundo irracional pero con razón, donde cada individuo o grupo pueda decidir cómo demonios quiere vivir. Entendemos que para alcanzar la anarquía (que no es una meta o un estado de la naturaleza, ni un sitio, no es el cielo, sólo el “pasaporte” hacia nuestra autodeterminación individual y hacia nuestra libertad) hemos de destruir lo que nos oprime. Entendemos que la opresión es producto directo de la autoridad, y por ello hemos de destruir la autoridad y lo que cause autoridad: el sistema (Estado – Capital, con sus modelos concretos: democracia, neoliberalismo y todo los tipos de capitalismo existentes o por existir,...), el trabajo, el ocio, la familia, la escuela, la sociedad, el sedentarismo, la religión, la ciencia (que no el conocimiento), y un largo etcétera. Hemos de destruir todo eso para volver al caos, para alcanzar la anarquía, condición sine quanon para la búsqueda de la libertad y de nuestra individualidad.

Sin embargo, dicho mágnifico movimiento real de lucha y de confrontación social, espontáneo, autónomo, fue objeto de las más viles adjetivizaciones por parte de los llamados “padres” del “socialismo científico” -Marx y Engels, si bien no resulta de importancia las arteras acusaciones que dicho tándem lanzaron sobre dicho movimiento de guerra social - ludditas- sí es de vital importancia delimitar sus críticas, y a través de ella poder comprender un poco mejor el por qué de la vigencia de los ludditas. Es bien sabido de la lectura de las obras primordiales de Marx, que éste consideraba, no sólo a la ciencia y a los avances tecnológicos en el capitalismo como neutrales, es decir, no como un producto de la dominación y el sometimiento, tal como surge del dogma de fé de Marx (léase la Ideología Alemana, entre otras), y es la idea del progreso. Por ende, resulta evidente, que la sumatoria de neutralidad de la ciencia y la idea del progreso, da como resultado que rechazará todo ataque contra todos aquellos instrumentos que nos convierten en esclavos, ya según dicha visión progresiva el ataque no debía ser contra los instrumentos de trabajo,sino contra un modo de producción inferior ( en aquellos días formaciones precapitalistas) Sin ánimo de profundizar dicha crítica y de refutar la visión detrerminista y mecánica de Marx, los ataques que éste realizaba contra todo movimiento de guerra social que se contradecía con su visión evolucionista, no murió con Marx y Engels, ni tampoco se delimitó en el interior de las formaciones políticas marxistas, todo lo /

contrario, el determinismo y la vileza en las adjetvizaciones se propagó también al Anarquismo. Ello, es dable observar, por un lado, cuando las obtusas y esclerotizadas federaciones, tendencias, etc. que se titulan Anarquistas, intentan lavar su inacción, que es sinónimo de compromiso y conciliación con el Estado y el capital, con su bibliotecas, sus congresos ,sus documentos, sus reediciones de libros,etc. ¿Para qué? esperando el “momento justo” en que la acumulación de fuerzas sea lo suficientemente fuerte para ir hacía la toma del palacio de invierno, o la abstracción “revolución social”. Para ello, no escatiman en citar farragoso párrafos de los llamados “clásicos” del Anarquismo, como una manera de justificar su complicidad con el poder que somete a las individualidades. Nos dirán hay que esperar, hay que ser más, somos débiles, y toda una gama de excusas que solamente los acomodaticios pueden proferir. Pero, el capitalismo no es solamente una sociedad espectacular, sino también, una infinito simulador creador de ficciones y representaciones cuyas máscaras caen cuando se confronta y se acciona contra aquella.Es así, que este sistema “pluriforme” utiliza todos los medios a su alcance, no sólo para desviar, desvirtuar la revuelta social, sino también que genera en sus propias entrañas las mediaciones necesarias para tal fin, a principios del siglo XIX lo fue el movimiento cartista, y las incipientes organizaciones obreras. Hoy, en cambio, desvirtúan un movimiento de revuelta y de insurrección /

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*s científic*s que elaboraron la Teoría del caos definen éste como un “sistema”1 desordenado donde la materia fluye libremente de una manera incontrolable, que no es posible predeterminar ni prever, pero que, no obstante, produce una situación general de armonía dentro de ese “sistema”. El mejor ejemplo para explicar este fenómeno es el de un río (ejemplo que l*s propi*s creador*s de la teoría ponen una y otra vez): en un río cada partícula de agua fluye y se mueve libremente de una manera desordenada, sin pauta o patrón ninguno, no obstante el curso del río es armonioso (que no ordenado); si tiráramos una piedra a ese río, el caos, ese “sistema” que sería el propio río, no se vería en modo alguno desestabilizado, la armonía continuaría y el río seguiría su curso caótico siendo río, algo que no ocurriría con otro sistema no caótico, que se vería afectado o incluso destruido (ej.- prueba a tirar esa misma piedra contra un cristal). Otro puntal de esta teoría es que cada acto individual de cada partícula de materia (recordemos, desordenada y caótica), incluso el más insignificante, puede por sí mismo modificar el de las demás, produciendo reacciones en cadena de efectos imprevisibles. El otro ejemplo más conocido es el del aletear de la mariposa que puede ocasionar un huracán en el otro extremo de la tierra. Básicamente y de forma muy sucinta esta es la teoría del caos, que muchas veces se entrelaza con la del azar, otra teoría científica (estamos hablando de física cuántica y de teoría de la ciencia, es decir terrenos abstractos, aunque con verificación empírica, cercanos a la pura /

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filosofía) que puede completar a la del caos. Esta teoría, la del caos, es perfectamente extrapolable al mundo de la “política”, algo que sus propios creadores hacen, aunque debido a su mentalidad demócrata y repugnante no la llevan hasta el extremo de su desarrollo lógico: no se necesita ningún tipo de orden. Podría añadirse que esta teoría sugiere que la mayor parte de los “sistemas” naturales ( a partir de ahora vamos a sustituir esta horrorosa palabra por elementos, aun a riesgo de no expresar con la suficiente precisión lo que queremos decir), son caóticos (ej.- un bosque, un río, ...) mientras que la mayoría de los artificiales (entendiendo éstos como los creados por el ser humano, aunque el concepto artificial es también muy debatible) serían ordenados (ej.- un vidrio, una mesa, ...). Con esto queremos decir que la naturaleza es caótica o al menos tendería potencialmente al caos si no se interfiriese en su libre desarrollo. Claro que porque algo sea natural no ha de ser la panacea (no vamos a asesinar un dios para sustituirlo por otro), y/o porque sea artificial ha de ser necesariamente una mierda; la vida es más complicada que todo eso. Ahora bien, sí que es innegable que la naturaleza tenía una armonía autorregulada y autosuficiente (con sus cosas “buenas” y sus cosas “malas”) que los sistemas, creados casi siempre inexorablemente por el ser humano y su apestosa sociedad , han amenazado ordenado gran parte de ese caos a lo largo de los siglos y han desregularizado, o están desregularizando, la naturaleza y a él mismo como parte integrante de ella. Donde antes había grupos humanos que fluían libremente, sólo limi-

institucionalizándolo, transformándolo en un antro intelectual, en donde algunas individualidades pueden hallar un ámbito en donde dar rienda suelta a toda su mediocridad, con sesudos discursos, charlas, conferencias etc., mientras las ratas tienem su festin en los inútiles anaqueles de las bibliotecas y centros culturales. Evidentemente han dogmificado una teoría de la acción como el Anarquismo,los ejemplos de viejas revueltas e insurrecciones, son vistas en la lejanía como un mero hecho “romántico”, y no como un hecho destructor. La carne y sangre se ha transformado en bronce, las páginas escritas al calor de las insurrecciones es únicamente un bronce sin vida y sin pasión alguna. Lo que fue enfermedad en momento dado, en obvia referencia de la influencia que el marxismo ejerció sobre el Anarquismo, hoy se ha transformado en metastasis. Alfredo Bonanno, ha puntualizado correctamente al hablar del sentimiento de venganza y de resentimiento, como también, la necesidad de guías, vanguardias, minorías, o como quiera denominárselo,dicho aspecto redentor del marxismo, es aplicable, asimismo, al Anarquismo moderno. Como Anarquista existe un rechazo liminar a toda institucionalización,sea a la constitución de nuevas “iglesias” y dogmas de fe, o de redención social. El individuo/a es totalmente autónomo/a, no cree que exista nadie por cima de él. La revuelta es contra todo sometimiento que nos quieran imponer a nuestra individualidad, y para ello hay

que romper/destruir con la simulación social del espectáculo del capital y del Estado. Ello, no es factible, a través, se reitera, de las nuevas iglesias, de nuevas religiones que asesinan al dios metafísico y entronizan a nuevas deidades sociales. No existe un proceso dialéctico y mecánico para el proceso de ruptura social/ destrucción, que signifique homogeniedad, ya que el sólo hecho de pensar en ello, sería asesinar no sólo nuestra individualidad, sinotambién, nuestra autonomía como seres individuales y únicos. Es por ello, que el hecho individual de la revuelta, que halla cómplices, no en iguales, sino en diferentes, “unidos” con un mismo objetivo: subvertir la normalidad cotidiana y de ruptura de la máscara simuladora del espectáculo. Ante ello, ¿qué similitud exista entre aquellos ludditas del siglo XIX y los saboteadores del orden social de la actualidad? La fundamental era y es la ausencia de toda creencia ciega hacia los dogmas de fe y valores que plantean protocolos,programas, documentos, progreso,etc. Tanto unos como otros refutan en su accionar práctico toda fé, fidelidad, etc. a los dogmas y los valores, que son solamente meras esterotipaciones en donde los normales, los mártires, etc, son denominados héroes, a los cuales debemos rendir pleitesía y llorar su “sacrificio”. Pero en gran medida los ludditas, y fundamentalmente los modernos saboteadores del orden social vigente, no nos drogamos con el opiáceo humo de las creencias y de la fidelidad a una fe, o al dios social, ya que rechazamos , no solo

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del ideal. No nos oponemos a los organizadores. Pueden continuar, si quieren, con sus tácticas. Si, como yo creo, no puede traer nada realmente bueno, tampoco puede hacer un gran daño. Pero creo que se han retorcido lanzando sus gritos de alarma y discriminándonos al tacharnos tanto de salvajes como de soñadores teóricos. Giuseppe Ciancabilla Fuente Willful Disobedience Vol. 4 nº 3-4 2003 Notas de Traducción (1) Anarquistas francés nacido en 1854, director del periódico “La Révolté” y seseguidor de las ideas de Kropotkin. (2) Anarquista italiano nacido en 1873, que hundió un estilete en el corazón de la emperatriz de Austria, provocando su muerte. Fue condenado a cadena perpetua y alojado en un calabozo subterráneo del Obispado cuyo único mobiliario era un saco lleno de paja. Cada quince días tenía derecho a dar un paseo. El sacerdote podía visitarle una vez por semana y la familia cuatro veces al año. Al cabo de doce años de sufrir este régimen penitenciario, Luccheni se ahorcó. (3) Anarquista italiano nacido en 1871. Tipógrafo en Londres, fue condenado a 18 meses de cárcel por escritos subversivos. Asesinó a Cánovas del Castillo el 8 de agosto de 1897, disparándole cuatro tiros de revolver desde una distancia de tres metros, para vengar los procesos de Montjuïc. Cánovas cayó mortalmente herido por la primera bala. Fue ejecutado a garrote vil. (4) Anarquista italiano que asesino a Humberto de Saboya, rey de Italia en Monza el 29 de julio de 1899. Condenado el 29 de agosto de 1900 a

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trabajos forzados en la prisión de Santo Stefano, en la isla Ventotene. Un año después fue encontrado muerto. La motivación de Bresci para llevar a cabo este asesinato está relacionada con una política brutalmente represiva. En 1898, los altos precios del pan condujeron a manifestaciones en toda Italia. En Milán, los manifestantes marcharon hacia el palacio, que estaba protegido por fuerzas militares bajo el mando del general Bava Beccaris. Los manifestantes hicieron caso omiso de la orden de dispersarse, y el general dio la orden de disparar provocando una masacre. El Rey Umberto felicitó a Beccaris, por su “valiente defensa de la casa real”, este hecho motivó la determinación de asesinar al Rey Humberto por parte de anarquistas emigrados en Estados Unidos. (5) Anarquista polaco que asesinó al presidente mericano William McKinley en 1901. Para más información puede leerse el artículo “Recordando a nuestros caídos, recordando a Leon Czolgosz” Traducción Palabras de Guerra

Que la Anarquía es Caos, me cago en dios El aletear de alas de una mariposa en el pacífico puede crear una reacción en cadena que provoque un huracán en el otro lado del mundo.

ser guiados, como fue en el pasado, sino también rechazamos toda clase de mistificaciones sociales, que sirven solamente para desarmar nuestra espontaneidad y autonomía individual. No es que no se crea en nada, sino que no creemos ni en la fe ni en la sacra creencia de la infabilidad programática de líderes, ni en destinos manifiestos del progreso, como tampo con las mediaciones o aparatos destinados a perpetuar nuestra esclavitud. Un acto de fé es la falsa creencia del progreso y de la inclusión social. Todo ello es mentira!!, cuyo único destino es destruir nuestra autonomía. Un nuevo dios social al servicio de la servidumbre y el sometimiento, que nos impone y nos ordena decir “yo cumplo”, “yo acepto” ante sus filípicas, ya que todas aquellas cosas que no pueden ser rechazadas o desaprobadas precisan de la creencia y de la fé espiritual, Gustave Le Bon dijo que el primer actor de la revolución, es en realidad el fin de la creencia. Pero se agrega algo más el primer acto de rebeldía es el fin de la creencia y el comeinzo de la destrucción. Concluyendo, tanto los viejos ludditas, como los actuales conspiradores y saboteadores del orden social son objetos de toda gama de adjetivizaciones y descalificaciones, por parte de aquellos que han transformado, o creado un dogma como un acto de fe. Son los feligreses del nuevo dios social que ha sustituído al dios metafísico, son los creyentes de los valores morales, que no es otra cosa que la creencia del borrego, cuyo sinónimo es servidumbre y sometimiento. Los viejos templos, con sus pape-

les, sus edificios roídos por el orín y las ratas, comienzan a derrumbarse, y dicho derrumbamiento es producto de la praxis espontánea y autónoma, que rechaza el sacrificio, la redención, la fé, etc., y encumbra la vida misma, la felicidad y el gozo, o sea la tensión de vivir. La Anarquía no es una utopía que requiere idealismo y fe, la Anarquía es hoy, en cada instante, en cada segundo, y no una “bella y lejana utopía” que sera factible por la mediación de los supremos sacerdotes de este nuevo dios. La sociedad espectacular con sus fetiches, intentan hacer creer que es posible el progreso y la inclusión. Todo falso. Son simulaciones, son máscaras que arrancadas sólo se verá el horror del actual orden social. Por ello debemos destruir todo aquello que nos convierte en esclavos, como los ludittas destruína las herramientas de trabajo y máqueinas como acto subversivo contra el orden social. Los ludditas del siglo XIX, y los actuales conspiradores, a pesar de las transformaciones operadas en el capital y el poder estatal, tienen un mismo objetivo LA DESTRUCCION de la espectáculo que el capital nos representa.

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ALGUNOS TEXTOS Contra la organización

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o podemos concebir que lxs anarquistas establezcan puntos que sigan de forma sistemática como dogmas fijados. Porque, a pesar de que la uniformidad sobre las líneas generales respecto a tácticas a seguir sea algo asumido, estas tácticas pueden llevarse a cabo de cientos de formas diferentes, cada una de ellas con miles de particularidades. Sin embargo, no queremos programas tácticos, y consecuentemente no queremos organización. Habiendo establecido el objetivo, el fin que debe ser alcanzado, dejaremos que cada anarquista sea libre de elegir los métodos que su sentido, educación, temperamento y su espíritu de lucha le sugieran. No creamos programas fijos, ni formamos grandes o pequeños partidos. Pero nos unimos espontáneamente, sin criterio permanente, en función de afinidades momentáneas para un propósito específico, y disolvemos esos grupos tan pronto como el propósito por el cual nos hemos asociado desaparece, y aparecen otros objetivos y necesidades por las cuales desarrollamos y buscamos nuevas colaboraciones, con gente que piense como nosotros en circunstancias concretas. Cuando alguno de nosotrxs deja de preocuparse por la creación de movimientos ficticios de individuxs simpatizantes y débiles de conciencia, y se dedica a crear un

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fermento activo de ideas que nos haga pensar, oirá a menudo a sus amigxs, como golpes de látigo, decir que durante años han estado acostumbrados a otros métodos de lucha, que se te has convertido en un individualista, o en un teórico puro del anarquismo. No es cierto que seamos individualistas, si entendemos esta palabra en términos de elementos aislados, eludiendo cualquier asociación dentro de la comunidad social y suponiendo que el individuo puede ser suficiente por si mismo. Pero apoyamos el desarrollo de iniciativas libres de individuxs, ¿dónde está el/la anarquista que no quiere ser culpable de este tipo de individualismo? Si un/a anarquista es aquel que aspira a la emancipación de todo tipo de moral y autoridad material, ¿cómo podría no estar de acuerdo con la afirmación de la propia individualidad, libre de obligaciones e influencias autoritarias externas, es absolutamente benigno, es la indicación más clara de la conciencia anarquista? Ni tampoco somos teóricos puros del anarquismo porque creemos en la eficacia de la idea. ¿Cómo se deciden las acciones, sino a través del pensamiento? Ahora, producir y mantener un movimiento de ideas, es para nosotr@s, el método más efectivo de determinar el curso de las acciones anarquistas, tanto en la lucha práctica como en la lucha por la realización

La Anarquía Cotidiana

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a Anarquía, no es una bella ilusión, que sólo será posible en un futuro indeterminado. La Anarquía es hoy, en cada instante en cada momento de nuestras vidas como individuos/as. Es por ello, que la Anarquía no la podemos aprender a través de las abstracciones de los libros, ya que ella es simplemente una tensión, una reapropiación de la individualidad que ha sido encadenada por el espectáculo social. El Anarquismo, y ello, a pesar de los epígonos oficiales, no es una ideología política, o un movimiento político, el accionar Anárquico no se basa en la homogeneidad teórica de alguna plataforma y/o programa político, que solamente intenta establecer valores y dogmas de rebaño. La Anarquía, como se ha manifestado más arriba, es tensión que se traduce en ruptura e insurreccionalidad contra todos los valores establecidos. Pero ello no se logra de la noche a la mañana, no nos despertamos un día habiéndonos transformados por arte de un “milagro” en Anarquista. Dicho proceso, en síntesis es una práctica, no teoría, de ruptura contra todo aquello que nos transforma en esclavos, contra todos los valores borregiles, que los nuevos dioses pregonan a través de sus “libros santos”. Dicha ruptura contra el espectáculo social exige, no solo confrontar

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contra el poder estatal y el capital, sino también con valores tales: como familia, matrimonio, educación, amor, etc. El anarquismo a diferencia del marxismo, hace su eje en la autonomía de la individualidad, ya que la ruptura contra la autoridad, las jerarquías, los valores borreguiles impuestos por las religiones, sean estas metafísicas o sociales, a favor de una autonomía y libertad absoluta del individuo/a, exige de parte de cada ser, ruptura e insurrección contra el espectáculo simulador que impone el orden social imperante. La Anarquía es reapropiarnos de nuestra existencia, es romper con las medidas que la sociedad mercantil impone. Por ello, la Anarquía es la auto-construcción de nuestra propia individualidad, rechazando todo aquello que implique opresión, delegación de nuestro poder a mediaciones. Por ello, la ruptura con las cotidianeidades que la sociedad mercantil impone, transforma al Anárquico, que ha decidido en virtud de su propia práctica insurgente, en un ser pérdido para la sociedad, un provocador que atentará contra toda jerarquía, contra todo dogma, contra toda moral. Ha roto lazos con la representación social, es aquel que perturba la tranquilidad oficial en el desarrollo de aquella, desenmascarando y rebelándose contra las simulaciones que dicho orden social proyecta.


consideradas como objetos, que deben cumplir determinados roles estereotipados. Ninguna diferencia hay entre el marxismo y el capitalismo, ya que ambos se propone el ejercicio del poder de dominación social y coactiva. La vida que nos proponen, y que los anarquistas no la aceptamos y nos insurreccionamos ante ello, es renunciación, valores, esquemas, dogmas, en síntesis sumisión. En virtud de ello, es que los diversos especialistas buscan arrastranos al fanegal de la mediocridad, del martirio, de la idealización religiosa de la revolución, que no es otra cosa, y no es novedad alguna, que reapropiación de la esencia de la sociedad espectacular, que mutilara nuestra

libertad y poder, en aras de un ente colectivo, sea partido, estado, colectividad, etc. en perjuicio de nuestra propia vida. La Anarquía cotidiana es ruptura/ insurrección y autonomía, que se abrazan todas ellas junto al caos en el frenesí destructor del orden social, apropiándonos de nuestras vidas. Nada puede garantizar la permanencia temporal de nuestras rupturas contra el orden social, ya que debemos sortear siempre las redes tramposas del humanismo, el sacrificio y fundamentalmente la seguridad que impone esta sociedad capitalista.

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El anárquico ha roto con la “ética”, que no es otra cosa que la creencia en el compromiso y en la conciliación. La ruptura y la insurrección tiene un preciso momento de inicio, cuando a través de la praxis rebelde se deja de creer,y comienza el proceso de destrucción. Pero ello no implica que el Anárquico este exento de acechanzas de parte de la sociedad, el orden social, se ha dicho, es un gran simulador, un predegistador de imágenes, que puede llevarnos a confusiones y a reapropiaciones de valores , o la constitución de nuevos dioses. Es por ello, que la Anarquía cotidiana, entendida la de todos los días, debe precisamente rebelarse e insurreccionarse todos los días. La Anarquía no es para días festivos,o un cliche de moda para determinados círculos. La Anarquía es provocación, insurrección subversión, caos y destrucción de todos los aspectos con que el orden social intenta ejercer su dominio. Al iniciar esta nota se ha dicho que el Anarquismo, no es un proyecto o una plataforma política, es pura práctica social, insurrección y destrucción.Nuestra libertad y pleno desenvolvimiento de nuestra individualidad solo puede estar en el aspecto destructivo que destruya todos los totems, todas las ficciones y todos los espectros de los nuevosdioses que intentan apropiarse de nuestro poder y nuestra unicidad. La ruptura con las diversas representaciones de la sociedad espectacular, que se traduce en la simulación y en la mercancías, es que se considera que

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el capital y el poder estatal intenta quebrantar a las individualidades, sea por la fuerza, y si no, por medio de la seducción, y el método que utiliza el poder para tales fines se puede traducir en pocas palabras: el humanismo, el sacrificio, el hombre honesto, en fin el buen ciudadano, que no es otra cosa, que aquel que sumisamente acepta sin cuestionamiento alguno la autoridad y la sociedad tal cual le es representada. Ello conlleva,a que se corporice el antagonismo entre aquellos que aceptan las relaciones de dominación, y los otros que rompen y se insurreccionan ante tal estado de cosas. La comprensión y la necesidad de ruptura e insurrección anárquica contra lo señalado anteriormente, no es dado desde el plano teórico especulativo, sino que el camino es a la inversa es netamente práctico, ya que que la aceptación de abstracción teórica puede internalizar la seducción del poder a través de los “especialistas de la revolución”, La anarquía, es otra cosa , es el rechazo al sacrificio y al martirio, que es una posición religiosa , herencia de la tradición judeo-cristiana- que cuanto más sacrificios haga el pueblo elegido, clase social, etc., el premio será mayor, como más será el castigo a todos aquellos que sean excluídos del “ pueblo elegido”. El Anarquismo rechaza ello, no considera que la Anarquía deba ponerse en práctica solamente una vez que los especialistas hayan decretado la revolución y el consiguiente triunfo de esta, todo lo contrario, la Anarquía es todos los días, es tensión infinita contra todo aquello que pueda significar la pérdida de la autonomía individual, y que las individualidades sean


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