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¿Cómo una ruptura amorosa me hizo llegar aNigromante?

Sharon Álvarez Candelario - Facultad de Artes y Diseño

Llegué a Nigromante con la esperanza de arreglar mi vida y de empezar todos los proyectos con los que había soñado y que había olvidado, sin saber que ese sería algún día mi sitio de trabajo que sin buscarlo lo encontré.

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¿Han visto la película “500 días con ella”? Pues de un modo similar e igual de patético, mi historia comienza como el final de esa película:

Hace alrededor de tres años mi vida era un desastre, vivía sumergida dentro de una relación sin futuro en la que me sentía ahogada y poco apoyada ya que la pareja que tenía en ese entonces quería atarme a su vida casándose conmigo. Tristemente llevaba una vida de conformismo pues mi vida académica la había abandonado pensando en que quizás la única opción en mi vida era aferrarme a la promesa de un amor y el sueño (no mio) de concretar una familia.

Una de mis mejores amigas, quien ya se encontraba en ese tiempo trabajando en Nigromante, me insistia en que de algún modo tenía que titularme pues ya me encontraba en la fase final de mi carrera, por ello pensó que quizás era buena idea que entrara en el área creativa de la revista, pues ella conocía mis aptitudes y sabía que yo sería un buen elemento. Pese a la invitación rehuí a la oferta porque no me sentía preparada para retomar una responsabilidad de esa magnitud.

Inesperadamente mi vida dio un giro de 180 grados y durante los últimos días de relación pude abrir los ojos, me di cuenta que estaba desperdiciando mi vida en un futuro bastante incierto y hasta cierto punto mediocre. Para mejorar debía hacer cambios grandes en mi vida.

Después de pasar por esa gran ruptura amorosa pasé por la fase típica de depresión y me decaí a tal grado de dejar de hacer las actividades usuales de mi vida cotidiana, y lo más importante, deje de ser feliz. Sin embargo, gracias a la motivación que recibí de mi mejor amiga logre salir adelante y aún con la propuesta en pie de

realizar mi servicio social decidí aventurarme, pese al miedo que conllevaba el conocer y hacer algo nuevo, aún así sabía que no podía quedarme estancada y que tenía aún mucho potencial que ofrecer.

Y así como Tom, personaje principal de la película antes mencionada, ese mismo día después de decirle adiós a mi ex, llegue a mi primer entrevista, con todos los nervios del mundo pero con el optimismo de mejorar en todos los sentidos y quizás en el camino encontrar a la persona clave en mi vida. Ese sentimiento tan fuerte y negativo proveniente de esa decepción amorosa la convertí en mi aliento para seguir adelante. Fue así como de mi cabeza surgieron ideas innovadoras como los concursos de desamor para así incentivar a los estudiantes de la facultad a escribir sus anecdotas, porque seamos honestos, todos tenemos una historia que contar.

Nigromante representó crecimiento, no solo en el profesional sino que también influyó mucho en el personal. Fue la primera oportunidad que tuve de saber cómo se maneja un equipo editorial, pero sobre todo la gran responsabilidad que conlleva el tener a cargo el diseño de una publicación universitaria. Entre a esta revista con las expectativas de poder mejorar la publicación y vaya que se logró la meta.

Me vi inmersa dentro de un lugar que desconocía, la Facultad de Ingeniería, a la que adopte como mi segunda casa, lugar donde tuve muchos y agradables momentos, conocí e hice grandes amistades dentro del servicio social. Aprendí muchas cosas que en su momento desconocía pues cada artículo me aportaba un nuevo aprendizaje, el hecho de buscar y a veces realizar las ilustraciones crea nuevos conceptos en nuestra mente que debemos plasmar visualmente. Entendí que también puedo ser parte del desarrollo de estudiantes dispuestos a aprender y el aportarles las herramientas que quizás en un futuro les sean útiles.

Tengo la fortuna de aun poder ser parte del equipo de Nigromante, de trabajar al lado de mi mejor amiga y el poder hacer cada edición mejor a la anterior me llena de mucha satisfacción. Agradezco a cada chico de servicio social por haber formado parte de mi vida y haber hecho el trabajo tan agradable con su compañía y su retroalimentación, pero sobre todo mi agradecimiento infinito para el Licenciado René pues sin él esta revista no hubiese sido posible.

Y al final de mi historia creo que encontre a mi Autumn...

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