Viral TV

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Viral Tv De: Nicolás González Gutiérrez

Imagen tomada de: https://theconversation.com/coronavirus-how-artists-in-the-spanishspeaking-world-turn-to-religious-imagery-to-help-cope-in-a-crisis-139143

Temática: Microrrelatos de cuarentena/¿Esto no es teatro? El texto parte de tratar de comprender el sentimiento de incertidumbre que tenemos todos en relación con ese asesino silencioso e invisible, poniendo de manifiesto una realidad distópica -aunque no tanto- en donde es un crimen estar enfermo y la forma de pagar la condena es “actuando” Perfil del personaje: El texto está escrito para una mujer, no obstante, el tratamiento del tema y la situación permite un sexo indistinto, pues el últimas hombres y mujeres están en el mismo grado de vulnerabilidad. Tal vez el único rasgo importante de resaltar es que se trata de una persona adulta (25 años en adelante) Sinopsis Marcia, una actriz contagiada con el virus, es encerrada en una celda con una cámara que transmite todo lo que hace en vivo, como parte de un programa que reúne a las penitenciarías con las campañas de salud pública. A lo largo de su transmisión, Marcia va contando las circunstancias que rodean su encierro y la relación con su dramaturgo. Una historia absurda en la que no se sabe qué es ficción y qué es realidad, ambientada en un futuro casi inmediato en donde las campañas de salud pública son un poco más “invasivas”…


-Un espacio negro. Sólo una silla de madera y encima un sobre de manila colgando de una cuerda. Suena el himno de Colombia mezclado con música de programa de concurso distorsionada, produciendo un ruido algo siniestro. Suena una puerta metálica que se abre y entra como empujada Marcia, vestida con una bata azul de hospital y su respectiva careta. Suenan aplausos pregrabados. Toma un tiempo para examinar el lugar, se percata de la presencia de la cámara, se acerca, la saluda y se retira. La música sigue sonando mientras camina y, al no encontrar mayor cosa, se dirige al sobre que cuelga de la cuerda, lo hala y cae un paquete envuelto en papel regalo con un enorme moño. Silencio. Destapa el sobre, saca una hoja, la lee, deja escapar una risa ahogada; en la parte final de la hoja está pegado otro sobre negro con una cinta de regalo más delicada; lo abre, extrae una careta con el estampado de una enorme y cálida sonrisa. Mira a la cámara, lanza la careta que trae como una resortera, hay un bajón de luz que se restablece cuando se pone la nueva. Toma el paquete de regalo, rasga el papel; silbidos y risas del público. Desenvuelve un overol rojo. Aplausos pregrabados. Se sienta en la silla con la prenda sobre las piernas, la mirada hacia un lado. De nuevo los silbidos, las risas y los aplausos y muy en el fondo, vuelve a sonar el himno nacional. Silencio. Marcia se levanta, se baja la careta mostrando una expresión prácticamente neutra, se desabrocha la bata, la deja caer quedando desnuda (Censura según corresponda por luz, plano o distorsión) Silbidos y risas del público mientras ella se pone el overol con toda la calma; sube la cremallera a la par de la euforia de los gritos del público y la acción termina con aplausos. Silencio súbito, se apaga la luz. Suena una música “amigable” y se escucha una cortinilla con una voz de locutor: Voz: “Esta es un área segura, por favor no olvides usar tus implementos de bioseguridad. Juntos nos cuidamos. Oficina de Salud. Oficina de la República -Se enciende la luz, Marcia tiene puesta su bata sobre el overol y la careta en su lugar. Aplausos pregrabados. Silencio largo.


Marcia Y ahora se supone que debo actuar ¿verdad? Digo, es para lo que me formé, para estar frente a ustedes haciendo…algo. ¿Cuántos corazones y pulgares arriba llevo ya? ¿Cuántas caritas rojas enfadadas, con lágrimas o risueñas? Ya hice una entrada, unos desplazamientos… Ya “actué” para empezar a “actuar”. ¿Creen que fue demasiado ceremonial, poco natural, poco verosímil? ¿El dramaturgo suspenso?

ha

visto

demasiadas

películas

de

¿Esta es mi realidad? -Se sienta. Tal vez iniciamos muy trascendentales y a lo mejor eso no venda. Porque por eso estoy aquí ¿no? Soy un producto listo para el consumo… ¡Vengan esos corazones! (Aplausos)Qué bella es la ficción, es tan… real. -Pausa. Mi trabajo aquí es hacer que todos ustedes sientan algo, cualquier cosa, buena o mala, no importa porque a la larga, mi vida está expuesta para su consideración, quiero decir, me estoy jugando la vida una acción a la vez, así en este momento no esté haciendo más que estar sentada hablándoles. -Pausa larga. Marcia empieza a repasar los pliegues de su overol, se acomoda la careta, arregla el nudo de la bata. Se levanta y se para sobre la silla como si fuera una especie de pasarela. ¿El vestido está bien seleccionado? ¿El azul va bien con el rojo o tal vez es demasiado? En lo personal, quería quedarme solo con el rojo para hacerle honor a cierta leyenda teatral, pero bueno, no se puede ir en contra de la salud pública en estos tiempos, hay que hacer caso a TODO lo que nos dicen. Veo muchas caritas boquiabiertas… ¡Ah, Perdón! lo sé, los actores tenemos esa pésima costumbre de asumir que la audiencia sabe todo acerca de nuestro mundo y me imagino que no tienen la menor


idea a cuál leyenda me refiero y como estoy aquí para su entretenimiento pues… -Se baja de la silla, la hace a un lado y camina por todo el lugar. Suena música infantil. Hagamos alarde de esta “hermosa” sonrisa que tengo adecuada al rostro y contemos con teatral grandilocuencia el chiste: Se dice que, por allá en el siglo XVII, Moliere, un maestro del arte de la risa, murió sobre el escenario vestido de rojo ante la mirada de un público que pensaba que tal excentricidad hacía parte de la escena. Según esto, no es un buen augurio usar este color en las puestas en escena, aunque es el primer color que seleccionamos. Esto, por supuesto no es lo gracioso, lo hilarante es que su actuación “estuvo de muerte” (Ríe) ¡Vengan esas caras enfadadas! ¿Muy incorrecto decir que el hombre se fue mientras la gente estaba “muerta” de la risa? (Ríe) ¿No les parece gracioso? A mí me lo parece, aunque se trate de un cuento para asustar en los teatros por la noche. Y dadas las circunstancias de este “acto”, me parece apenas sensato divertirse un poco -con la careta, claro, no sea que una carcajada sin tapar se convierta en…la nueva peste negra-Silencio. Bajan las luces. De nuevo la música de la cortinilla y la misma voz. Voz La salud pública, es un compromiso de todos. La desinformación puede propagar el contagio. Oficina de la Salud. Oficina de la república Marcia: ¿Muy pronto para bromear con eso? Perdón, pero deben darme el beneficio de la duda de si lo que estoy diciendo proviene de mí o de la insensibilidad de un escritor pervertido, cosa que me libera de las culpas… Estoy actuando… o tal vez no, eso hace parte de mi trabajo. -Se acerca a la cámara, guiña un ojo. Silbidos y risas. Da la espalda, camina hacia el fondo) ¿No merezco unos aplausos?


¿Y mis reacciones, ciberespacio?

ya

estamos

trascendiendo

el

¿Ya soy… viral? ¿Ya soy tendencia en redes? ¿Ya pueden entrevistarme en todos los medios por el escándalo que estoy haciendo? ¿Ya me pueden llegar ofertas de trabajo? ¿Ya puedo llegar a Hollywood? -Aplausos. Pausa Gracias, de verdad lo estoy disfrutando… mucho. Estoy “muriendo” de la felicidad, aunque mi historia no lo sea… Perdón, perdón, lo trágico por lo general no vende. ¿O sí? -Camina a la silla, toma el papel Supongo que están esperando saber qué dice en este papel. Mucho preludio, estructurado con música siniestra y algo de desnudo, por tanto, debe venir un buen giro dramático… tal vez la soga; no, muy obvio; tal vez algo psicológico; puede ser. No puedo decepcionarlos porque este producto debe satisfacer las necesidades, sus necesidades. -Pausa. Debo advertirles eso sí, que una vez revele el meollo del asunto, es probable que mi intervención deje de tener considerables sorpresas, al menos dramatúrgicamente hablando. Veremos quiénes siguen conectados, reaccionando, emocionando. Por cierto, para aquellos que hasta ahora se unen a esta transmisión -me refiero al tema de la actuación en general- la dramaturgia hace referencia al texto que un actor enuncia y que fue concebido por un personaje que disfruta plasmando el sufrimiento de seres humanos para que otros seres humanos se diviertan. Algo similar a lo que hacen los gobernantes, pero más estético. -Pausa. Suena música melancólica. Me estoy desviando del tema. Retomando, en este papel están dispuestas las condiciones de mi… confinamiento. Estoy presa -jurídicamente hablando-


privada de la libertad, en efecto por un crimen que no cometí, sino que me cometió, si tal sinsentido se me permite. Una delincuente común en un país que encuentra adecuado hacer que las personas en situación de criminalidad actúen -en el sentido escénico de la palabra- como parte de su rehabilitación. ¿Se estarán preguntando para qué actuar en cautiverio? -Cambia la música, ahora de variedades. Camina frente a la cámara como si fuera una presentadora La respuesta es simple: Los actores estamos destinados a llevar los mensajes masivos a la humanidad; podemos encarnar los ejemplos a seguir y los modelos a cuestionar; podemos malear la moral jugando con la emoción de quien nos ve y en eso radica nuestro poder, aunque seamos parias de la sociedad. Ese potencial educativo y al mismo tiempo punitivo, fue el que llamó la atención de la oficina de la República. ¡La actuación como panfleto y escarnio! Diseño de escándalos a la medida de las necesidades de la opinión. Historias rebuscadas, con poca consistencia dramática, amarillistas o casi inverosímiles -como esta- pero que bien puestas en escena pueden incluso subir o tumbar presidentes… La actuación como un producto de mercenarios hambrientos de dinero… o de comida… o de salud. Somos útiles y descartables, mal que bien somos tantos, que somos reemplazables, pero ese no es el tema… ¡Vengan esas caras enfadadas! ¡Vengan esas reacciones de indignación por estas herramientas de manipulación! ¡Manifiéstense en las redes, que así hablen mal de lo que sea, están posicionando muy bien ese “lo que sea”! -Se va la música de variedades, se sienta, se quita la careta, bajan las luces y suena la cortinilla de música y voz agradable. Voz: Todos somos vulnerables a los efectos de un mal desconocido… Marcia:


Aclaremos esto de una vez: ¡Por si no lo han captado todavía, con todo el contenido que les estoy dando, estoy enferma, contagiada por una risa sin careta mientras disfrutaba de mi oficio! Voz: Las actividades de esparcimiento como el teatro… Marcia: ¡infectada con algo que nadie conoce pero que con todos acaba! ¡Se están extinguiendo los actores! Voz Serán consideradas como delitos por atentar contra la salud pública. En consecuencia, su ejercicio estará supeditado a las disposiciones del régimen penitenciario… Marcia: En esta pésima historia, soy delincuente por ser artista y por pescar el resfriado de la muerte… Voz: No olvides siempre portar tus elementos de bioseguridad, mantener la distancia y si estás privado de la libertad, mantener la prudencia… -Silencio, suben las luces y tiene la careta nuevamente Marcia Vengan las caritas risueñas aunque no se rían y los pulgares arriba aunque no lo sientan. Querida audiencia, sean o no artistas, si se infectan, estarán también de este lado de la cámara, porque una enfermedad es una alteración de la salud pública, por tanto, del orden público, y por eso, parte de la condena es actuar en esta celda de cuarentena, distribuyendo miedo y piedad… Catarsis… parece el nombre de un medicamento… Catarsis… y de acuerdo con los griegos, en cierta medida, lo es. Catarsis en dosis digitales masivas como placebos a falta de una cura biológica cercana… Catarsis…


-Se quita la careta y se aclara la garganta. Bajan las luces Voz: El virus estará entre nosotros al menos unos diez años. No olvides portar tus elementos de bioseguridad -Silencio, suben las luces y tiene la careta puesta. Marcia: Diez años… es tiempo suficiente para tengamos nuestro cuarto de hora de fama…

que

todos

¿Diez años? Eso quiere decir que… -Silencio largo. Buen momento para volver a preguntar si lo que están viendo en este momento es una ficción y yo soy una excelente actriz o tal vez una persona con muy mala suerte. Vengan esas reacciones de consumo, eso es, porque de seguro ya viene otro giro… -Se sienta. Música de recuerdo. Siempre me pregunté si los programas de concurso eran espontáneos o producto de un libreto. Era fascinante ver las sonrisas, los premios, la alegría del juego o la tristeza de perder; cada episodio era un derroche de magia que me hacía pensar en el mundo como un cuento. Después crecí, estudié y a la par que subió el intelecto, disminuyó la magia, pues supe que toda esa maravilla encapsulada en una hora incluyendo comercialesobedecía a generar determinadas emociones en la audiencia y que por más común que fuera la persona que llevaran, siempre ante la cámara era un actor más, un tornillo de esa gigantesca maquinaria del entretenimiento… Toda una decepción. Los aplausos, las llamadas, las entradas, las luces, los momentos de tensión, la música, toda una estructura para que la gente embrutecida no cambiara el canal, fidelizándose, haciendo por su vida algo, así ese algo fuera perder su vida una hora a la vez… Algo similar a o que hacen los gobernantes, pero con un nivel más elevado de producción, de dramaturgia… -Se sienta muy cerca de la cámara. Y heme aquí, sembrándoles la duda de si esto es un libreto y el dramaturgo está aprovechando el


“trending topic” para cohonestar con la oficina de la república. Paradójico, ¿no? Si esto es una farsa contra el sistema, bien simpático que se valga del mismo para llevarse a cabo… Misterios del rating, de la TV viral… -Se levanta y vuelve a subirse en la silla En este punto me da igual si creen o no la historia, total estoy enferma y puedo morir en unas horas, en unos días o no morir… Porque hay diez años de incertidumbre de por medio. Es tan impredecible que… (Pausa) que incluso -de haber una dramaturgia detrásel escritor pueda estar enfermo y que mañana sea él quien comparezca ante ustedes. ¡Tremendo spin off, ¿verdad?! Pero no lo creo, no es tanta nuestra suerte. Injusto es que los actores tengamos que morir en el escenario mientras que los escritores se recuestan en su silla a corregir o agregar desventuras. Están “inmunizados” por decirlo de alguna manera… Algo muy parecido a los gobernantes, pero en la pobreza… -Pausa larga. Suena música de guitarras. Esto rápidamente se convirtió en un discurso en contra de los que mueven los hilos, porque en la variedad del producto también están los nichos de mercado… Venga el pito y la distorsión de mi boca porque por mí, tú, escritor, gobernante, puedes comerte una tonelada de mierda, porque yo estoy muriendo aquí y tú no. -A la cámara ¿Creen que esto hace parte del acto? ¡Qué más da si es real o es ficción! ¡Qué más da que si fue dios, un senador o un escritor quien nos puso en un país que criminaliza todo menos el crimen y que a los enfermos los ponen a morir sonriendo para hacer los volantes que mejoran sus indicadores de gestión en redes! ¡Ah, la virtualidad, eso que avala la vida de un personaje, de un credo o de una ideología! ¡Una interminable cadena de supuestos hipotéticos que determinan o acaban la existencia! ¡Cobarde pusilánime, te denuncio!


Estás enfermo, no sé si de esta peste que nos anula media cara o de la cabeza, pero espero que pronto estés aquí como tú me has puesto a mí. Porque eres el cabrón que abrió esa puerta y me echó acá adentro de una distopía en todos los sentidos. Porque leíste alguna vez “la puerta” de Sanchís Sinisterra y te pareció divertido mutarlo como lo hizo el maldito virus. -De nuevo a la cámara Y si, los actores asumimos que ustedes como audiencia saben de lo que hablamos siempre, pero les dije el autor y la obra, por si quieren entender y lanzar una “reacción” con algo de conciencia o en definitiva desconectarse por estar viendo algo que atenta contra la corrección de sus cabezas. -Continúa su discurso Te desprecio, escritor, gobernante, porque piensas en ti mismo y me pones a actuar en tu sistema que tanto odio. Porque en tu dramaturgia politiquera decidiste que en la maldita carta (Toma el papel) que dejaste en este hueco, te atreviste a escribir que tal vez, sólo tal vez, si lograba cautivar al público y hacer de esta transmisión algo viral, podría acceder a la vacuna de esta peste, ¡la real! ¡Miserable! Me enfermaste a propósito y me pusiste como conejillo de indias para explorar tu formato mediático y hacer de mí, una actriz, la vacuna alegórica, la catarsis como vacuna: Porque soy el ejemplo y al mismo tiempo el castigo; Porque soy alienación y didáctica, para aquellos letrados del teatro Porque soy opinión y a la vez argumento… -Aplausos, silbidos, himno nacional distorsionado, cortinilla, una sinfonía de ruidos mezclados ¿Cómo va mi acto? ¿La emoción está en su punto? ¿El giro fue lo suficientemente grotesco? ¿Los seduce mi espontaneidad o estamos fallando como creativos?


¿Falta más morbo, algo más de contenido explícito?

-Se levanta, se quita la bata, suena la cortinilla, se quita la careta, suena más duro la cortinilla, baja la cremallera del overol, se desnuda con la respectiva censura, se apagan las luces. Aplausos, risas y silbidos, silencio.

Sexo y salud… Morbo y censura… Ficción y realidad… Vengan esas reacciones. ¿Les he producido algo? ¿Mi virus es lo suficientemente viral? ¿Moriré como Moliere? ¿Esto es teatro, televisión o gran hermano? ¿Prisión? -Silencio largo. Con el maleficio de la duda, por texto o realidad ¿Me gané mi vacuna o es una farsa como toda la comedia que hace la oficina de salud y de la república? Voz: El futuro es de todos. Oficina de la república. -Silencio. Marcia: No te olvides de compartir… Viral TV

-Suena la música de Curb your Enthusiasm y se ve el la pantalla la icónica imagen de Directed by Robert B. Weide. -Oscuro. 7 de enero de 2021 En tiempos del Covid-19



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