JUAN MANUEL VELÁZQUEZ YUNES Y RAÚL ZARRABAL ENTREGAN OBRAS EN PEROTE PEROTE, VER. Con una inversión sin precedentes, pero sobre todo en beneficio de los peroteños, el secretario de Comunicaciones, Raúl Zarrabal Ferat, y el presidente municipal de Perote, el maestro Juan Manuel Velázquez Yunes, entregaron obras en las comunidades de El Conejo y Los Pescados. La población de la comunidad de El Conejo recibió con gran alegría al secretario y al presidente municipal, pues hoy se veía realizada la petición prioritaria para esta comunidad, ya que desde hace muchos años solicitaban una obra de esta magnitud, sobre todo porque es la localidad más cercana al Cofre de Perote y es en esta población donde los turistas llegan antes de subir a la montaña, por lo que es necesario tener una imagen diferente.
Newsver / Veranews. Número 252, Noviembre 25, 2012
Posteriormente las autoridades municipales y estatales se trasladaron a la comunidad de Los Pescados para realizar la inauguración de la calle Guadalupe Victoria, así como la apertura del mirador de esta comunidad, obra que los habitantes de Los Pescados habían solicitado, como acción de suma necesidad. Juan Manuel Velázquez Yunes comentó que más allá de las cantidades en metros o en inversión, lo importante de estas obras es el impacto que traen para las comunidades beneficiadas, pues durante esta administración, y gracias al apoyo del gobernador Javier Duarte de Ochoa, se ha buscado llevar el slogan del ayuntamiento a una realidad para los peroteños, «Vivir una verdadera renovación». Por su parte, Raúl Zarrabal Ferat reconoció el trabajo de gestión que realiza Juan Manuel Velázquez Yunes, de quien dijo, siempre está buscando obras que mejoren la calidad de vida de los peroteños y puso como ejemplo el bulevar General Manuel Rincón, que está ya a punto de ser concluido y que le dará una nueva imagen a esta ciudad.
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Desde mi tribuna Por Raymundo Marín
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¡Adiós Felipe!
ARA LA MAYORÍA DE LOS MEXICANOS HOY DOMINGO 25 de noviembre (día en que sale NEWSVER al mercado) será un domingo más, un domingo cualquiera, no hay nada que festejar, nada que conmemorar, nada que recordar. Acaso sea el domingo en que el Toluca chispe al América de la final, pero eso no será novedad. Sin embargo, habrá un mexicano para el que este domingo será muy especial, lo mismo que el resto de la semana; ese mexicano es Felipe Calderón. Este día es su último domingo como presidente, y mañana su último lunes, y luego su último martes… y así hasta el sábado venidero que será su último día en el cargo. Ya no le alcanzará el tiempo para depositar su aportación al Teletón, tampoco pondrá con su esposa e hijos el árbol de Navidad en Los Pinos como lo hizo por seis años. A partir del domingo venidero su teléfono dejará de ser Prioridad UNO para secretarios, directores, hombres de empresa, gobernadores y hasta para los alcaldes. El teléfono de la red pasará a otras manos desde el primer minuto del primero de diciembre. Si así lo desea, todavía el viernes 30 podrá chutarse un vuelo a donde le plazca en el avión presidencial, siempre y cuando no se pase de las 12 de la noche, porque a las 12 con un segundo ese avión tendrá otro dueño. También si lo desea puede visitar una noche de éstas el Palacio Nacional y recorrerlo en solitario como dicen que lo hizo Gustavo Díaz Ordaz un día antes de entregar el poder. Puede admirar su retrato, quizá por última vez, colgado en la Sala de los Presidentes del mismo Palacio. Puede hacer muchas cosas, pero lo cierto es que no hará nada fuera de lo normal. Tiene agendadas inauguraciones, cortes de listón y uno que otro viaje al interior del país a donde se despedirá como lo ha hecho las últimas semanas. Sin boato ni sentimentalismos ramplones. Nada que ver con aquella maratónica gira de despedida que se aventó López Portillo y que acumuló millones de pesos a la deuda que nos dejó de herencia. Su partida se parece más a la de Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo: tranquila y sin estridencias. Hoy comienza la última semana de su presidencia y el reloj de arena deja caer inexorablemente los últimos granos del sexenio. ¿Qué pensará del futuro el casi ex presidente? ¿Se sentirá satisfecho de su trabajo? ¿Se irá contento o amargado? ¿Se irá temeroso? ¿Se marchará tranquilo? ¿Se sentirá lleno del pánico que dicen que embarga a los presidentes cuando saben que en poco tiempo no habrá nadie para cuidarles las espaldas? Sólo él lo sabe. Lo único cierto es que el poder se le acabará con la última campanada del reloj, con el último grano de arena que caiga la media noche del 30 de noviembre y la carroza se convierta en calabaza. ¿Qué tan buen presidente fue? Eso lo dirá el tiempo, por ahora cualquier comentario a favor o en contra será prematuro. Sí, hoy domingo es un día especial, es el último de Felipe como presidente de la República. ¿Qué queda por hacer en tan poco tiempo? Al parecer nada, sólo resta decir adiós Felipe Calderón, adiós Señor Presidente.