Aﾃ前 1 NUM 3
CONTENIDO
CONEJOBÚS POR SERGIO A. HERNÁNDEZ TOULOUSE LAUTREC POR FERNANDO SOLÍS BUREUCRATIE + ARAÑA PANTEONERA POR EDGAR LARA AMOR SUBVERSIVO POR NORMA H. CAÑAS LA CRUDA DEL ¿QUÉ VA'BER? POR CARLOS REVUELTAS COPYCAT POR EDGAR LARA EN ESTE NÚMERO Colaboración de Norma Helena Cañas Corrección de estilo de Sergio A. Hernández Portada de Fernando Solís
pasado ya un año desde que el primer número de Neurona vio la luz. Durante este período han pasado muchísimas cosas: Susan Boyle grabó disco, Usain Bolt rompió el record mundial en velocidad, apareció el virus H1N1, Juanito ganó en Iztapalapa, murió Michael Jackson, el Chunko demostró a nivel nacional su racismo, Ricky Martin salió del closet, España es campeón del mundo, AMLO se destapó otra vez para el 2012, por mencionar sólo algunos hechos. Y aunque el equipo Neurona quisiera emitir una opinión sobre todos estos acontecimientos, la realidad es que nuestro ritmo de vida y asuntos personales han frenado la aparición de más números de esta revista. Aunque las reuniones de planeación en ocasiones se complican y el proyecto parece flaquear, nos basta ver que en este año hemos recibido ya más de 7000 visitas a ambas revistas para seguir intentando hacer de Neurona una extensión de nuestros pensamientos. En este número encontrarás una pequeña “radiografía” de los trámites burocráticos; se pondrán en evidencia algunas de las deficiencias en el servicio del Conejobús, a sus ocho meses de estreno; también podrás leer en Copycat una protesta filantrópica hacia el posmodernismo homogenizador; contamos también en esta entrega con nuestra segunda colaboración y por supuesto no podía faltar la tercer entrega de La zurrada, tan esperada por unos y odiada por otros.
CONEJOBÚS
tercer
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BUREUCRATIE L
POR EDGAR LARA
A BUROCRACIA LE HA PROVOCADO FUERTES DOLORES DE CABEZA A MÁS DE UNO. GENERALMENTE CON ESTE TÉRMINO NOMBRAMOS “LO INEFICIENTE” DEL APARATO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, AUNQUE TAMBIÉN PUEDE USARSE PARA LA INICIATIVA PRIVADA.
El término burocracia lejos de evocar, como se pretendía en un principio, una estructura organizativa que eficientara los procesos, que estableciera roles y que resolviera problemas, trae a nuestra mente conceptos como ineficiencia, pedantería y un agregado: resignación.
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HABÍA UNOS VEINTE ESCRITORIOS, TODOS PEGADOS, CON APENAS EL ESPACIO SUFICIENTE PARA QUE ALGUIEN CAMINARA DE LADO. TODOS ESTABAN LLENOS DE CARPETAS, HOJAS, SELLOS, COMIDA Y COMPUTADORAS, APENAS SE VEÍA A LAS PERSONAS TRAS ESE CÚMULO DE COSAS.
Entré por la puerta del frente, parecía una bodega vieja que alguien con mal gusto habilitó como oficina. Las paredes estaban descarapeladas, las ventanas empañadas por el calor y el piso opaco y manchado. Había unos veinte escritorios, todos pegados, con apenas el espacio suficiente para que alguien caminara de lado. Todos estaban llenos de carpetas, hojas, sellos, comida y computadoras, apenas se veía a las personas tras ese cúmulo de cosas. Sólo una sintió mi presencia y alzó la vista; no pudo evitar ver hacia la puerta. Caminé hacia ella y cuando estaba a punto de preguntarle si esa era la oficina de becas, volteó la cabeza hacia abajo como si hubiera perdido algo súbitamente. Es de todos sabido que toparse con la mirada de alguien y mantenerla durante algunos segundos es la antesala de una plática o por lo menos de una conversación circunstancial. Y para ella, como para cualquiera de los que estaban ahí, el simple hecho de hablar conmigo le significaba más trabajo. Tuve que caminar en medio de los escritorios de la fila de la izquierda y llegar al pequeño cubículo del fondo que tenía un par de sillas de metal con cojines cafés, un escritorio que sólo servía de estante, unos archiveros en la esquina derecha y en la pared, unos diplomas enmarcados. Estaba todo excepto el burócrata. —Salió del edificio, no tarda– me dijo una señora que tenía su escritorio justo a la puerta del cubículo. —¿Es usted su secretaria?– le pregunté. —Sí. —¿Y tiene idea de a dónde fue o a qué hora viene?
—Salió del edificio, no creo que tarde. —Es que quiero tramitar una beca. —Espere al licenciado, ya va a venir. Esperé más treinta minutos mientras me enteraba de la vida de la secretaria; supe que sus hijos estudiaban la prepa, que el mayor ya tenía “noviecita” y que se trataba de una muchacha muy sencilla; que esa semana había llegado tarde porque se le averió el carro y que estaba preocupada porque no había podido ir “donde su mamá”. Empezaba a hartarme cuando se acercó una persona de unos treinta y cinco años de pantalón de mezclilla y camisa clara: —¿Me buscabas? – me dijo mientras entraba a su oficina. —Sí, licenciado. El muchacho lo está esperando- Se apuró a decir la secretaría. —Vengo a tramitar una beca. —¿Qué nivel? — Maestría– le dije. —Déjame ver… mmm… páseme los formatos para beca de maestría— dijo mientras se echaba hacia atrás en la silla. La secretaria dejó a un lado lo que parecía ser un desabrido temtempié y abrió una gaveta de su escritorio, hizo a un lado las carpetas de encima y extrajo un bonche de hojas sujetadas con un clip de estrella, de esos macizos. —Aquí están licenciado- le mostró las hojas a su jefe. —Entréguele un formato al muchacho- y luego se dirigió a mí-. Eso lo llenas y lo traes en… ahí viene la fecha.
...regreso en 15 min
EN LA BÚSQUEDA DE ASIGNAR ROLES Y TAREAS, ESTABLECER JERARQUÍAS Y DISTRIBUIR EL PODER, SE REDUCE CASI AL MÍNIMO LA CAPACIDAD DE TOMAR DECISIONES DE LOS TRABAJADORES/BURÓCRATAS. CUALQUIER SITUACIÓN QUE IMPLIQUE HACER ALGO FUERA DEL ESQUEMA LES PROVOCA UNA SENSACIÓN DE RIESGO QUE TRATAN DE EVITAR A TODA COSTA.
—¿Es todo?– Pregunté. —Sí, lo llenas y lo traes con los documentos que ahí te pide. —Ah órale, gracias. Mientras salía de la oficina no pude evitar pensar por qué no pudo darme esa hoja la secretaría, por qué tuve que esperar al licenciadito ese, por qué no… me respondí solo, burocracia. Uno de los problemas de la burocracia es que en la búsqueda de asignar roles y tareas, establecer jerarquías y distribuir el poder, se reduce casi al mínimo la capacidad de tomar decisiones de los trabajadores/burócratas. Cualquier situación que implique hacer algo fuera del esquema les provoca una sensación de riesgo que tratan de evitar a toda costa. En consecuencia lejos de hacer los procesos sencillos y prácticos, los hacen lentos y viciosos. Así, la simple recepción de un documento pude convertirse en un trámite que requiere de inflexibles actos protocolarios. En Brasil por ejemplo, según la revista de Administración Pública de la UNAM, llegó a tal grado el asunto de la ineficiencia de los servidores públicos que en 1979 se instituyó el Programa Nacional de Desburocratización con el fin de desburocratizar lo burocratizado; “un pinche absurdo de la realidad”, tal como dijo Verdi el catedrático de Humanidades en una entrevista que nos concedió a unos compañeros y a mí. Es decir, este mal que aqueja a las administraciones de México y Brasil –por no decir que a toda Sudamérica– se alimenta de políticas fundamentadas en los TRÁ-MI-TES –ah, odio esa palabra– porque mientras más trámites existan, más burócratas intervienen, más se deteriora la calidad de los servicios públicos y finalmente más dolores de cabeza para los ciudadanos comunes quienes estamos resignados ante el avasallamiento de los instrumentos del poder.
raña panteonera araña a panteonera dosa solicita mujer vani vanidosa le los l abios para coser coserle labios a. yg guarecerse uarecerse en su boc boca.
ARAÑA PANTEONERA ARAÑA PANTEONERA
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Texto de Norma Helena Cañas
Amor subversivo "A las palabras de amor les sienta bien un poquito de exageraci ?n" Antonio Machado
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mí me gusta más este “otro” amor, el que mueve al cosmos a una metamorfosis para ser no sólo naturaleza, sino cuerpo, el amor de Paz en Piedra de sol; este amor no tradicional, que es concepto puro, transparente, amoral y generador de vida, desprecia las leyes y concede lugar al hombre que se reconoce en otros como presencia infinita para unir al cosmos en un círculo de espejos. Paz evidencia por este amor un cosmos corpóreo que ahora tiene piernas, frente, ojos y además está desnudo; y al enamorado que busca recorrerlo y camina de la mano del tiempo convocando imágenes que logran una topografía fantástica, envuelta en la nostalgia de sus recuerdos. Éste es el amor feroz del que busca trascender, es el acto enigmático que hace del hombre un ser que contempla, interactúa y se reproduce.
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Paz evidencia por este amor un cosmos corpóreo que ahora tiene piernas, frente, ojos y además está desnudo...
Diseño y fotografía de Edgar Lara
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Nos vemos en la última de ésta, nuestra asquerosa crónica del flato, La zurrada. 17
Texto y fotografías de Edgar Lara
Copycat
En la sociedad del desperdicio, la moda es uno de los más grandes desperdicios. Gavarrón
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a idea de que somos seres únicos e irrepetibles es la que motiva mi vida. Saber que lo que pienso, sueño, deseo y siento es algo muy propio e intransferible hace que me asuma como un ser que trasciende en lo individual mientras aporta en lo colectivo. Pero, ¿cuánto de eso realmente surge de mí?
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Actualmente, como consecuencia de la revolución industrial, de la celebración de intercambios económicos a nivel mundial y de las poderosísimas estrategias mercadológicas, nuestras pasiones, gustos y deseos son estandarizados y empaquetados a domicilio a través de las modas, generando versiones de compradores compulsivos que encuentran en los objetos una extensión de su propio ser. Sad but true. Por llamarlo de una manera, somos creaciones mediáticas que aprendimos a amar, a sufrir y a desear de acuerdo a los intereses económicos de las empresas poderosas. Versiones humanas de la oveja Dolly que en lugar de ser creadas en laboratorio, son educadas a través mensajes que refuerzan y perpetuán el sistema económico como lo conocemos. Desde que se empezó a elaborar productos a escala masiva, hubo la necesidad de elevar drásticamente los niveles de consumo. -Ley de oferta y demanda my friend-. Fue a través de las modas que el gran capital encontró la estrategia perfecta para estimular el mercado. Decir qué es lo que está o no está de moda es una de las principales tareas de los medios masivos, quienes crean toda una realidad con el único objetivo de ensalzar estereotipos maquilados por las grandes empresas. Los mensajes “orientadores de la moda” –contenidos en espectaculares, comerciales de tv,
películas de cine, videos musicales, revistas, y mucho más- aunque son transmitidos repetidamente por los medios, es la sociedad la que finalmente, una vez que los asume como el deber ser, margina a los disidentes. La moda no se limita a la ropa que usamos, está en los artículos tecnológicos, en la música, en la comida, en los libros, en las películas de cine, en los perfumes, en los idiomas, en los antros, en las marcas de cigarros, en las bebidas, en los cortes de cabello, en fin, la moda está en cualquier producto vendible; puede convertir una opinión individual en una opinión generalizada, cambiar casi cualquier percepción de la realidad e incluso ir en contra de lo que alguna vez nos pareció correcto o debido. La moda es supresora de identidad porque el sujeto, en un estado de anonimato, sólo forma parte de ese algo por imitación jamás por razonamiento, que es evidentemente tan superfluo como efímero. Estar a la moda es ser una especie de clon, es vivir a través de otros, es preguntar lo qué hacer, sentir, pensar o hacer; es convertirse en autómata y gritarlo al mundo. Lo que nos espera es una puesta en escena donde los actores son idénticos e incapaces de reconocerse; la ausencia de uno u otro es inadvertida porque siempre existe alguien que puede suplir su poder de compra.
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...somos creaciones mediáticas que aprendimos a amar, a sufrir y a desear de acuerdo a los intereses económicos de las empresas poderosas. Versiones humanas de la oveja Dolly que en lugar de ser creadas en laboratorio, son educadas a través mensajes que refuerzan y perpetuán el sistema económico como lo conocemos.
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NEURONA´S CREW Carlos Revueltas Edgar Lara Sergio A. Hernández Fernando Solís
EN ESTE NÚMERO Colaboración de Norma Helena Cañas Corrección de estilo de Sergio A. Hernández Portada de Fernando Solís