Natural Awakenings Puerto Rico Abril 2017

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Mitos y Realidades de las Vacunas Parte 1

Integridad de la Junta Asesora

Por Dra. Katia Meier

L

as mentiras poco científicas, llenas de emociones y obviamente guiadas por el afán de lucro, dificultan poder distinguir entre los mitos y las realidades de las vacunas en los medios de comunicación. Afortunadamente, la población está despertando y tomando las riendas de su propia investigación. Muchos médicos solo repiten lo que le enseñaron en escuelas de medicina patrocinadas por compañías farmacéuticas. Cada vez son más los médicos y personas instruidas que han aprendido la verdad sobre las vacunas cuando un evento en su vida los obliga a hacerlo. Como médico y como madre, estoy compartiendo los resultados de mi misión personal para descubrir la verdad sobre las vacunas. Cuando entré a la escuela de medicina, mi madre que también era médico, compartió conmigo literatura alternativa sobre las vacunas, la cual estaba un poco reacia a leer. Insistió en que no me conformara con lo que me enseñaban en la escuela de medicina y mi residencia, donde me indicaban que cumpliera con las normas de “estándar de cuidado” sin cuestionar.

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des, pero esto no está apoyado por datos. La disminución de muchas enfermedades infecciosas ocurrió antes de la introducción de las vacunas, en ocasiones, décadas antes. Cuando se presentó la vacuna contra el sarampión en 1963, hacía 20 años que la prevalencia del sarampión había descendido al nivel actual. Las verdaderas razones de la disminución en las enfermedades infecciosas pueden atribuirse a mejores condiciones de vida, como agua corriente, menos hacinamiento y mejor higiene1.

Cada vez se me hacía más difícil obviar la creciente molestia interior que sentía, al ver cómo le practicaban la circuncisión a varones infantes sin anestesia (gritando de dolor) y yo misma administrando vacunas a niños durante las visitas de rutina de reconocimiento físico sin conocer los riesgos o beneficios que podrían tener para ese niño. En el proceso de convertirme madre, decidí llevar a cabo mi propia investigación sobre las vacunas. Quedé impactada al darme cuenta de que la ‘sabiduría convencional’ que me habían enseñado no estaba basada en evidencia médica bien sustentada ni en investigación sólida. Los estudios médicos de seguridad eran insuficientes o inexistentes. La escuela de medicina estaba enseñando supuestos y doctrinas como hechos.

La ilusión de que eliminan enfermedades

Según la Dra. Susanne Humphrey en Dissolving Illusions, se ha atribuido a las vacunas el poder de eliminar enfermeda-

Los pacientes y los médicos quieren creer que las agencias creadas para asesorar, investigar y guiarnos en las decisiones relacionadas con nuestra salud y la de nuestros hijos están cumpliendo con su cometido, pero desafortunadamente, las alianzas de estas agencias no son con la salud del paciente, sino con el lucro que se adquiere de los medicamentos y las vacunas que están supuestos a regular. Los estudios científicos, manipulados a favor de las ganancias, obvian por completo el principio de, “Lo primero es no hacer daño”. La industria farmacéutica es la defraudadora más grande del gobierno federal bajo la Ley de Reclamos Falsos. En los pasados cinco años, las multas a estas compañías ascendieron a $19,200 millones por tratar de introducir productos ineficaces y deficientes al mercado, entre estos, vacunas2. La polémica de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR, por sus siglas en inglés), que se determinó en el tribunal varias veces que causaba autismo3,4,5, está nuevamente bajo escrutinio, ya que su fabricante, Merck, enfrenta dos nuevas demandas por deliberadamente falsificar los resultados de un estudio para hacer parecer que las vacunas son eficaces cuando los resultados reales sugieren lo contrario6. Según Barbara Loe Fisher, presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC, por sus siglas en inglés), “El 27 de agosto de 2014 un científico sénior de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) admitió públicamente que él y otros ejecutivos, incluido el director actual de Seguridad de las Vacunas, en 2004 publicaron un estudio sobre la seguridad de la vacuna MMR que ‘omitió información estadísticamente significativa’ y no ‘siguió el protocolo final del estudio7’. El Congreso declaró que las vacunas eran “inevitablemente inseguras” y, por eso, en 1986 creó la Ley Nacional de Lesiones Causadas por Vacunas Infantiles, que no hace nada para proteger a los niños, pero que sí protege a los fabrican-


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