El vendedor de sueños

Page 120

que nosotros. Éramos nosotros los que necesitábamos comprar sus sueños, y él lo sabía. Entrar en el mundo de ese joven fue un viaje maravilloso. Descubrimos a un ser humano fantástico detrás de alguien socialmente ridiculizado. Después del descubrimiento del fascinante personaje llamado Salomón, el maestro lo llamó para vender sueños. A continuación, nos condujo a un lugar abierto. No era una plaza, pero tenía algunos árboles y el aire estaba menos contaminado. En ese lugar nos habló de otro Salomón, el gran rey de Israel. Comentó que éste había sido un joven que había comenzado su vida de la mejor manera. No quería oro, plata ni poder político sino el tesoro más valioso: la sabiduría. Todos los días bebía y respiraba sabiduría, su reino progresó enormemente y se convirtió en uno de los principales imperios de la Antigüedad. Y sus relaciones con las naciones vecinas discurrían en paz. Pero el tiempo pasó, y el poder lo embriagó. El rey abandonó la sabiduría y empezó a involucrarse en innumerables actividades. Después, comenzó a cansarse de todo lo que veía, nunca estaba satisfecho. Finalmente, cayó en una gran depresión y tuvo la honestidad de decir que todo se había vuelto, para él, una fuente de tedio. Todo era vanidad; nada, en su deslumbrante existencia, lo animaba. Después de este relato, el maestro concluyó su lección: —El gran rey tuvo cientos de mujeres, carruajes, palacios, siervos, ejércitos, ricas ropas, honores y victorias, como muy pocos reyes jamás tuvieron. Pero se olvidó de amar a una mujer y de prestar atención a los pequeños lirios de los campos, que representan la amistad, y también olvidó muchas otras cosas fundamentales.

120

El vendedor de sueños FIN.indd 120

14/06/10 15:57


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.