Biografias de Howard W. Hunter

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Historiador de la Iglesia EN 1970, UNO de los años en que se implementaron muchos cambios en la Sociedad Genealógica, el élder Hunter recibió un llamamiento adicional, el cual le llegó inesperadamente a fines de una semana muy penosa para las Autoridades Generales y para toda la Iglesia. El domingo 18 de enero de 1970, en horas de la mañana y después de una prolongada enfermedad, a la edad de 96 años falleció el presidente David O. McKay, el profeta, vidente y revelador. El élder Hunter se encontraba en Reno, estado de Nevada, a fin de dividir la Estaca Reno, cuando se enteró de lo sucedido y canceló entonces sus planes de ir desde allí a California. Esa misma noche regresó en avión a Salt Lake City para ayudar a los Doce en la preparación de los servicios. El jueves 22 de enero, el día de los funerales en el Tabernáculo, el élder Hunter escribió: "Hoy ha sido un día que nunca hemos de olvidar como uno de regocijo y de tristeza a la vez— regocijo por causa de la vida y el liderazgo del presidente McKay y el gozo de habernos relacionado tan íntimamente con él, y tristeza porque su fallecimiento nos priva de su constante inspiración. . . . Por mi mente pasaron hoy muchos pensamientos. Recordé la ocasión en que envió por mí para que fuera a su oficina el 9 de octubre de 1959, durante la conferencia general, y me llamó a servir en el Consejo de los Doce; y cuando el jueves siguiente puso las manos sobre mi cabeza y me ordenó apóstol; y las numerosas reuniones de la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce en el templo; y las conferencias con él en su oficina; y muchas otras cosas que he experimentado en los últimos diez años. Estoy agradecido por esta relación y por el privilegio de haberme sentado a sus pies y de haber sido enseñado por un verdadero Profeta del Señor. Así concluye una época importante en la Iglesia bajo su dirección durante diecinueve años, y la cual también ha sido tan significativa para mí." A la mañana siguiente, en una reunión del Quórum de los Doce en el Templo de Salt Lake, se apartó a Joseph Fielding Smith como profeta, vidente y revelador, y Presidente de la Iglesia, con Harold B. Lee como Primer Consejero y N. Eldon Tanner como Segundo Consejero en la Primera Presidencia. El presidente Lee, quien era el apóstol más antiguo, fue asimismo apartado como presidente de los Doce y Spencer W. Kimball como presidente en funciones. El élder Hunter escribió horas más tarde: "Nunca había presenciado antes una mayor demostración de completa unión como la que hubo en la reunión esta mañana. El Espíritu del Señor nos confirmó, a cada uno de nosotros, la divina aprobación de la medida adoptada, y sabíamos que ésa era la voluntad del Señor." El élder Hunter tenía que viajar en avión con su esposa el sábado por la noche al Pacífico Sur, y por lo tanto fue a su oficina temprano esa mañana para terminar algunas tareas. La Primera Presidencia tuvo también una reunión esa mañana y, en el transcurso de la misma, lo llamaron para que ocupara el cargo de Historiador y Registrador de la Iglesia. El élder Hunter pasó así a ser el decimoséptimo en ocupar dicho cargo en esta dispensación, en reemplazo del presidente Joseph Fielding Smith, quien lo fuera durante cuarenta y nueve años. En una entrevista que se publicó en la revista Improvement Era, el élder Hunter se refirió a su nuevo cargo con estas palabras: "Fue tan grande mi sorpresa, que en ese momento no percibí cuán trascendental era la responsabilidad de esa asignación. El presidente Smith había sido el Historiador de la Iglesia por muchos años y apenas si pude imaginarme en esa posición. . . . 111


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