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DESPERTAR NACIONAL EN LAS UNIVERSIDADES E.
Scott Martin, director de Chi-Alpha, terminó sus charlas del año lectivo 2022-23 en las reuniones de estudiantes con lo que él llama una advertencia de dos minutos.
«Ha llegado el momento de la decisión», fueron las palabras del director del ministerio a los universitarios antes de hacer un llamado a quienes aún no han rendido su vida a Cristo: «Ponte de pie ahora mismo si deseas hacer una profesión de fe».
Martin, de sesenta años, no pide que inclinen la cabeza y cierren los ojos; todos están mirando. Aun así, en cada reunión de Chi Alpha en el campus como en las convenciones multiestatales de Student Awakening Leadership Training (SALT), un gran número de estudiantes se pone de pie. Y se siente una urgencia palpable.
«Nunca en cuarenta años había visto a tanta gente acercarse a Cristo y con tanta facilidad», dice Martin, quien descarta el «efecto rebote de COVID» de tres años de restricción de reuniones presenciales. Esto es un despertar.
Este año escolar han asistido a las conferencias SALT más alumnos que nunca, y decenas de ellos han sido bautizados en agua y en el Espíritu Santo.
«Las manifestaciones sobrenaturales de Dios están llegando de manera tierna a gente receptiva», afirma Martin. Estas manifestaciones incluyen la confesión que permite la liberación de toda clase de adicciones y ataduras. Como nunca antes, ellos se están comprometiendo con el ministerio vocacional.
Una alerta divina le llegó a Martin en 2016 como palabra profética de que los campus universitarios estaban a punto de experimentar el mayor despertar estudiantil de la historia, pero esta vez acompañado de discipulado y cobertura. En un encuentro por Zoom, en diciembre de 2022, con líderes de otros ministerios universitarios de Estados Unidos, Martin dice que todos informaron haber visto que más estudiantes han venido a Cristo.
Sin embargo, la oración ha servido como la partera que está facilitando el alumbramiento de esa palabra profética.
«No es nuestra creatividad, aunque la hay», dice el misionero Severin Awori Lwali, director de Chi Alpha E.U.A. «No es solo nuestra predicación elocuente y las palabras del hombre, ni la experiencia y la formación, aunque todo es necesario. Es la obra de Jesús».
Lwali, de cuarenta y siete años, ministro ordenado de las AD, afirma que esta es la feliz respuesta de Dios a la oración de su pueblo.
La respuesta sin precedentes también está ocurriendo en áreas que históricamente han resistido el evangelio, lugares que el misionero estadounidense Todd V. Lucas describe como el proverbial «freno espiritual con el que a menudo tenemos que luchar y superar».
Lucas, de cuarenta y dos años, ministro ordenado de las AD, fue pionero de Chi Alpha Chicago, que hoy está presente en cuatro campus de la tercera ciudad más grande del país. Destaca la élite académica de la Northwestern University y la progresista y artística Columbia College Chicago como escuelas en las que se ha producido un notable aumento del hambre de la presencia de Dios. Él afirma: «Allí, los estudiantes buscan de verdad ver cosas reales y auténticas».
El impulso que ha visto acelerarse durante el último año se manifestó en la reunión anual Chi Alpha SALT Great Lakes en enero, en Lombard, Illinois. Lucas dice que representa la mejor respuesta que ha visto en cuanto a asistencia y manifestación de la presencia de Dios, comentario que también escuchó de otros directores de campus. Según Lucas, entre los setenta y cinco asistentes en Chicago, hubo un hambre sin precedentes entre cristianos y no cristianos por igual. En los llamados al altar de las reuniones SALT, los estudiantes se entregaron al señorío, discipulado, santidad, al honrar a Dios y tomar decisiones de incorporarse de lleno al ministerio a través de Misiones en los Estados Unidos o Misiones Mundiales de las Asambleas de Dios.
«En Chicago, nos gusta decir que cada reunión es un altar», dice Lucas. «Ya sea en grupos pequeños, uno a uno, o simplemente al socializar, creemos que la presencia de
Dios puede manifestarse y se manifestará en espacios que no son el clásico horario de culto; espacios donde Dios nos cambia y hace algo notable». En SALT, el tiempo de altar se extendió después de la conferencia, ya que los estudiantes continuaron adorando, orando y profetizando unos a otros. El resultado de SALT ha sido reuniones espontáneas de adoración en el campus y encuentros de oración entre los asistentes de Northwestern y Columbia College.
Si bien es cierto que los estudiantes internacionales dicen que sí a Jesús, el llamado al altar pueden ser diferente para ellos, especialmente quienes vienen de naciones donde el gobierno, la cultura, o ambos, restringen el evangelio.

«Los estudiantes internacionales pueden no levantarse para responder a un llamado al altar, pero pueden responder individualmente en una relación de confianza con su pastor del campus y compañeros de estudios», dice Lwali. «Estoy viendo que los estudiantes internacionales están respondiendo afirmativamente a Jesús, al decir: llévame adonde quieres que vaya».
Su impresión sobre el ambiente es que se ha vuelto propicio para el despertar y la entrega total a la agenda de Cristo.
«En un espacio donde la oscuridad es común, la luz es mucho más preciosa y excepcional, y la calidad es mucho más fuerte», dice Lucas. «Estamos viendo esa estirpe especial de gente que Dios está levantando en esta hora».
Lwali, en SALT Great Lakes, dijo que cada joven que responde a Cristo está en un viaje.
«Jesús ya ha estado obrando, pero con los estudiantes internacionales, el proceso suele ser más largo», afirma él.
Lwali, de Kenia, explica que cada vez son más los estudiantes extranjeros que responden a la invitación de Cristo a la salvación.
«Cada vez son más los llamados a ser apartados para Cristo y sus propósitos al dejar sus sueños y asir lo que Él quiere: mayor hambre, mayor deseo de que Jesús los sane y libere de aquello que los ha atado», dice Lwali.
Citó en una conferencia reciente que estudiantes de diversos países africanos respondieron al llamado del Espíritu Santo de ir a la India.
«Hay una autoridad que Dios nos ha dado para entrar e invitar a la gente a lo que Jesús está haciendo a través de su Espíritu Santo entre los estudiantes», dice Lwali. «A veces basta con solo hacer una invitación».
Deann Alford es periodista y escritora. Asiste a Glad Tidings of Austin, una congregación de las Asambleas de Dios en Texas. Este artículo apareció por primera vez en AG News (https://news.ag.org/).