Memoria de la escultura 1895-1914 -

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Correa Morales, Lucio

Cafferata, Francisco Buenos Aires, 1861-1890

Buenos Aires, 1852-1923

La obra La niñez de Giotto fue donada por Herminda Costa en 1941. Representa un episodio, relatado por Giorgio Vasari, según el cual Giotto, con 11 años de edad y cuidador de ovejas, ocupaba el tiempo dibujando sobre una piedra. Por aquel lugar pasó el pintor florentino Cimabue, quien, observando el talento natural del niño, consiguió convencer al padre para que ingresara a su taller como aprendiz. La escena alude a dos generaciones de artistas, Cimabue y Giotto, y a la continuidad de los preceptos que se desarrollaron en el Renacimiento. Remite también a la idea del talento que se trae desde el nacimiento, al imaginario del diamante en bruto que solo el gran maestro, Cimabue, se encargaría de pulir. En esta escultura Cafferata organizó la composición a partir de una construcción piramidal, formada entre la piedra que funciona como base y el cuerpo del niño. La gran roca es también el lugar donde se inscribe el dibujo que ejecuta Giotto. El tratamiento de la superficie presenta una textura muy marcada en la base de la piedra, que se va suavizando a medida que avanza sobre el cuerpo. La cabeza, levemente inclinada, reposa sobre un torso arqueado, que apoya todo su peso sobre los brazos flexionados que lo sostienen y ejecutan el dibujo. Una lectura de la representación estaría cifrada en el pequeño dibujo de una oveja que enmarcan las dos manos del niño. De este diseño apenas perceptible, como incisión sobre la superficie plana de la base, se desprenden y se generan todo el sentido y la materialidad de la obra. Ese dibujo es el que enlaza y condensa la historia de uno de los grandes artistas del Trecento italiano. P. D. M.

Retrato de Delia Correa Morales de Cobo [Retrato], 1888

En 1882 Lucio Correa Morales regresó al país luego de varios años de estudio en Florencia con el escultor Urbano Lucchesi, representante de la tendencia academicista de corte naturalista. En esa época, con un campo artístico incipiente, los artistas argentinos luchaban para sentar las bases de una escultura nacional, y Correa Morales formó parte de esa primera generación local. En 1948 –a sesenta años de sus primeros retratos– el MNBA le rindió tributo con la Exposición de homenaje a Lucio Correa Morales 1852-1923, inaugurada en octubre y consagrada a su producción. En esa ocasión se exhibieron estas tres obras, cada una en sus dos versiones, mármol y bronce. Retrato de Delia Correa Morales de Cobo forma parte de las piezas que Correa Morales realizó de regreso a Buenos Aires. Por entonces, el gusto local estaba orientado al consumo de obras de artistas extranjeros de renombre. En los comienzos de su carrera se dedicó a la ejecución de retratos por encargo. De este período son los de sus primas Delia Correa Morales de Cobo y María Correa Morales de Saguier, el retrato de un niño (fechado en 1889) y la cabeza de Demetrio Correa Morales, de 1892, entre otros. El retrato, un busto de tamaño natural de mármol blanco, presenta a Delia, a quien también plasmó en bronce el mismo año. El artista se detiene en los detalles del peinado y la puntilla de encaje del vestido con un agudo sentido de la observación. La pieza ingresó al MNBA el 12 de julio de 1940 a través de la donación de la retratada. Participó en la exposición organizada por la galería AMC, Escultura argentina en el siglo XX, presentada en Buenos Aires en el Palais de Glace, entre el 14 de mayo y el 9 de junio de 1961.

La niñez de Giotto [La niñez del Giotto], c. 1880 110

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