La metodología del proyecto

Page 26

26 La metodología del proyecto

Corea Alejandro Sánchez Garrido 1. “Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.” Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia, IX. Este proyecto, Corea, no se presenta como una lectura de los hechos históricos. Su intención, nada más lejos, es actuar sobre los efectos de una narración, sobre las formas en que se mantiene y perdura esa narración. La condición de emergencia de estas formas obliga, para su definición, a generar unas coordenadas espaciotemporales propias que se alejen, así, de emitir lecturas de otros momentos desde el presente, hacia el emplazamiento de situaciones que estimulen una negociación con estos objetos. Deberían estas apariciones, entonces, tratarse como el complejo objeto de carácter ambiguo, fantasmal, que son, evitando fijar significados unívocos e impulsando la construcción de un nuevo terreno intersubjetivo, dinámico, en el que sea posible sobrepasar la literalidad de las aserciones del relato histórico para orbitarlo desde páramos discontinuos en busca de nuevas ficciones fragmentarias, no siempre explicables, que ofrezcan otros ángulos desde los que mirar. Ángulos que, por otra parte, posibiliten valorar la carga ideológica contenida tanto en la estructura del propio relato como, claro está, en sí mismos, en tanto que dados por la posición de diferentes subjetividades en dicha estructura. Lo interesante no será, en ningún caso, una nueva racionalización de los acontecimientos pasados ni la inclusión en esa racionalidad objetiva de los presentes o de los excluidos: no se tratará de una corrección de estilo del relato, no convoca la necesidad de matizar o de afinar disonancias, tampoco la de construir relatos paralelos que vengan a homologar una narración de lo excluido con la, ya rutinaria, de lo incluido. Todo lo contrario, pues se tratará, más bien, de amplificar el potencial de esas disonancias, de abrir brecha en una lógica que postula un desarrollo lineal entre afirmación y negación para generar espacios de crisis, de enfrentamiento, de polémica. Es en esos espacios de excepción abiertos en la fisura del relato donde se produce la suspensión momentánea del sentido establecido, dónde la antítesis tiende a la indefinición, desocupando su trinchera y abriendo el campo allí donde antes se ubicaba un muro. Ese es el campo abierto, polisémico, que deviene inexplicable, en el que es necesario provocar negociaciones, buscar nuevos cauces de significación y de eficacia, ninguno certero pero todos disponibles y, sobre todo, operativos, en sus rodeos y accidentes, en sus pérdidas y derivas, para la producción de

espacios de oposición a las dinámicas de identificación, compartimentación y reproducción social que subyacen tras el relato. Si bien, lo que se propone aquí es, en última instancia, un ejercicio arqueológico que trata de rastrear un pasado a través de su relato, remontándolo hasta hacer de él un material dúctil, sobrepasándolo, transformándolo en el objeto de experiencia de una realidad que nunca ha sido más allá de los límites de su propia re-presentación, y que es, por tanto, contemporáneo del presente. Digamos con Agamben, simplemente, que la arqueología se remonta más acá del recuerdo y del olvido, es la única vía de acceso al presente.

2. “Toda construcción dejada a nosotros por la historia expresa el espíritu de su constructor y de su era. Incluso si es usada después para otros propósitos.” Alexander Kluge. Brutalidad en piedra. Este proyecto, Corea, partió del interés por cómo el poder se representa a través de sus construcciones, por cómo concibe el territorio y lo connota tanto con sus actuaciones directas sobre él como con sus formas de narrarlo. Entendido el paisaje como un depósito, un contenedor de historia, no se trataba ya de desenmascarar la ideología sedimentada sino de complejizar la mirada arrojada sobre éste. Tal vez éste sea un intento de penetrar en el territorio para poder ir más allá de él. Lo que se plantea en el proyecto es, o empezó siendo, una simple intuición sobre la que trabajar. Así, en los primeros días de este recorrido, topé en un paseo con un barrio apodado Corea (La Inmaculada) en las afueras de León. Una zona periférica, aislada de la ciudad, sobre la que no poca mitología se había construido. En su origen, un asentamiento obrero con pequeñas casas de autoconstrucción, cercano a la vieja industria en la que trabajaban sus habitantes. Posteriormente, ya en los primeros años cincuenta del XX, el Estado, a través de la Obra Sindical del Hogar se encargaría de erradicar aquellas casas para construir una trama de viviendas unifamiliares. Parece ser, que el apodo de Corea viene de aquel momento, cuando la guerra homónima tenía lugar. Luego: droga y muerte, pobreza, mala reputación, abandono, pero también un tejido social activo. No tardé en localizar otros barrios con el mismo apodo en otras ciudades. Todos ellos respondían a una misma tipología y habían llegado a nuestros días con problemáticas similares entre sí. Siempre se hablaba de vivienda marginal, de zonas periféricas olvidadas. No obstante, mi interés no radicaba en estas situaciones, tampoco las condiciones de trabajo me hubieran permitido abordar esas problemáticas desde dentro, con todo lo que esto hubiera

requerido. Me sentía más interesado por otras cuestiones así que pronto empecé a investigar en viejas publicaciones sobre arquitectura. Todas aquellas revistas presentaban una idea de progreso y modernidad destinada, claro, a la exaltación del régimen. Las imágenes de las grandes obras de vivienda de promoción oficial eran acompañadas de textos que laureaban con entusiasmo los grandes avances en materia social y técnica. Presentaban un destino que estaba siempre a un paso de su realización pero aquellas imágenes, en su distanciamiento, parecían resistirse, expandían sus significados más allá de los textos que las encorsetaban. Eran meros documentos y, seguramente por ello, mucho más que documentos. Algunas incluso eran capaces de subvertir aquellos textos, de transformarlos en parodias de sí mismos. Lo que aquellas imágenes nos presentaban era toda una cartografía cognitiva de los aparatos estatales, parecían la maqueta, el prototipo, de la maquinaria represiva del régimen. Pronto empecé a valorar la distancia que me separaba de aquellas imágenes y cómo ésta las había transformado en materiales altamente maleables. Fue entonces cuando decidí acotar mi campo a documentar, los lugares para la emergencia de aquellas imágenes no podían ser otros que lugares sin relato, las fronteras geográficas que separaban Corea (Entiendo aquí por Corea los tres casos elegidos para este proyecto) de sus ciudades provocando la incomunicación, la exclusión por inclusión. Lugares donde entraba en conflicto el relato exterior con el interior pero que carecían de relato propio y que venían a problematizar toda estructura disciplinaria de compartimentación. Lugares entre lugares, espacios de fricción, también de hibridación, espacios de intermediación de las ficciones donde se presenta como posible un nuevo código de representación. Más tarde entendí, que el mismo relato de progreso de aquellas imágenes me llevaba, cada vez más, en su emergencia a nuevos caminos, a la búsqueda de nuevos recorridos. Se me hacía cada vez más evidente que el proyecto no podía quedarse en aquellas imágenes pues lo que ponía en juego era, en última instancia, la continuación de aquel relato en nuestro presente. A día de hoy, el proyecto adopta una forma entre el documental y el ensayo por lo que se me hace difícil acotar aquí el resultado futuro de su formalización. Aún no doy por concluido el proceso de documentación y no haré futurología a este respecto dado que las relaciones a las que me lleve esta investigación son imprevisibles. No obstante, no contar con certeza alguna es, sin duda, el precio de trabajar con un método no establecido a priori que se va moviendo entre campos sin importarle problematizar las regulaciones específicas de éstos y para ir fijando, así, sus propias coordenadas a partir de las zonas recorridas.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.