Oct ‘11
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ídolos de antaÑo
Ernesto Contreras “El Cóndor de América”
“No me dieron lugar Por Osvaldo Jara
I
magínese una cuesta empinada. Usted que anda en una bicicleta todo terreno de esas de ruedas anchas y asiento cómodo, entonces sonríe porque se tiene confianza. Pero imagínese que el camino es de ripio y que usted anda en una de carrera con las ruedas y el asiento finito. Que el frío le congela la transpiración y que le cuesta respirar. Que una vez que pase esa cuesta vendrá otra y otra, y que la pendiente será cada vez mayor. Seguramente Usted ya abandonó la sonrisa y el paseo en la segunda cuesta. Este señor que le voy a presentar no sólo no abandonó sino que cruzó la Cordillera de los Andes seis veces ida y vuelta. Y no en plan de paseo, lo hizo en una de las competencias más duras, exigentes y difíciles que tiene el ciclismo. La ganó dos veces, otras dos salió segundo, otra tercero y otra séptimo. El señor se llama Ernesto Antonio Contreras y tal vez ahora entienda por qué le dicen “el Cóndor de América”. Lo hizo entre 1967 y 1974 como
culminación de una larga carrera que empezó a los 19 años. “Pedalista de filosas piernas, pómulos salientes, ojos hundidos, gruesas cejas, muy blanca y saliente dentadura, grandes y callosas manos, así era el hombre que venía de las viñas de Mendoza”.
El Negro Contreras fue tres veces olímpico. La brillante trayectoria lo llevó a intervenir en tres de los Juegos, por lo que es el deportista mendocino con más participaciones... De este modo lo describía el periodista mendocino José Félix Suárez. Y hoy, con sus 74 años, casi no ha cambiado nada, tal vez sólo se le haya
acentuado ese caminar con “el culo hacia fuera” producto de su larga permanencia arriba de la bicicleta. Nos atiende con la misma humildad de siempre sin que le pese la fama de ser unos de los más grandes ídolos del ciclismo argentino. “El primer título grande lo conseguí en Trenque Lauquen en Octubre del 1956 allí gané y fui campeón argentino de persecución individual” dice con el seño fruncido mientras busca en su memoria algún otro dato. Fue sobre un recorrido de 4.000 metros, título que mantuvo hasta 1963 al ganarlo en ocho oportunidades de manera consecutiva, récord jamás superado y ni siquiera igualado. “Había debutado algunos meses antes como federado”, con un triunfo el domingo 22 de abril en el departamento de San Martín, para clasificarse posteriormente tercero en el Premio Cerro de La Gloria y más tarde, el domingo 13 de junio, campeón mendocino de medio fondo al superar a Arturo Tejedor uno de los más grandes de esos