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REFLEXIONES SOBRE EL EFECTO POST-PANDÉMICO EN LA SOCIALIZACIÓN

“Reflexiones sobre el efecto post-pandémico en la socialización

“La interacción social es fundamental para nuestra existencia

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a pandemia cambió nuestra manera de socializar debido a que estuvimos limitados a comunicarnos mediante un dispositivo electrónico o de manera presencial con un distanciamiento físico considerable. El ser humano es un ser social por naturaleza dentro de una sociedad, por lo que no se puede impedir que éste tenga habilidades sociales y relaciones interpersonales satisfactorias.

Durante la pandemia fue difícil ver a familiares, amigos, compañeros de trabajo… sin poder tener un acercamiento físico como abrazos, caricias, besos, los cuales eran totalmente normales y seguros, pero ahora a muchos les está costando o se sienten imposibilitados de poder hacerlo nuevamente. Ante toda la crisis mundial, es necesario aprender a ser empáticos, entender que todos experimentamos la pandemia de una manera diferente, algunos se han sentido cómodos al estar dentro de sus hogares y no salir de los mismos, pero otros han experimentado episodios depresivos y ansiosos o inclusive han desarrollado agorafobia, que es el temor para salir a lugares abiertos; trastorno que se define como un miedo intenso a que los demás los observen y juzguen.

Uno de los grupos más vulnerables es el de

Reflexiones sobre el efecto pandémico en la socialización”

La interacción social es fundamental para nuestra existencia”

los jóvenes ya que viven un retroceso social a causa de la pandemia. Muchos viven con cierto grado de ansiedad social, un problema que va en aumento porque ese trastorno, agravado por la pandemia e intensificado por los meses de aislamiento, alimenta el retraimiento social y afianza los hábitos de reclusión.

El resultado ha sido un debilitamiento perjudicial de sus capacidades de socialización, lo que acentúa los posibles efectos duraderos de la pandemia en la salud mental de toda una generación. Muchos jóvenes dicen que junto con estos sentimientos hay una presión para disfrutar de su juventud, a la vez que saben que la pandemia y su ansiedad social les han impedido dar los pasos más sencillos de la edad adulta, como conocer a nuevos compañeros de trabajo en persona, tener citas o simplemente divertirse con los amigos en una noche de fiesta.

Los jóvenes, normalmente definidos como los que tienen entre 13 y 25 años, no tienen completamente desarrollados los lóbulos frontales del cerebro, lo que exacerba sus síntomas de ansiedad. se hacen algunas preguntas repetitivas para tranquilizarse, como por ejemplo si les seguirán cayendo bien a sus compañeros o si han cambiado a lo largo de la pandemia. Sus preocupaciones amplificadas los han llevado a la reclusión y la depresión.

La reincorporación en general debe comenzar con una salida de menor riesgo, la que cada uno elija (es como si dieras pasitos de bebé para volver a la actividad). El siguiente paso sería quedarse de ver con alguien a quien realmente se desea ver y sin pensar en que “corro riesgo”, en un lugar abierto.

Esto sucede en especial en el caso de las personas que padecen ansiedad social, a las que los confinamientos han ofrecido cierto alivio y para las que la reapertura presenta nuevos factores de estrés. Pero incluso las personas extrovertidas pueden experimentar un periodo de ajuste, mientras nuestros cerebros se adaptan a la planificación y el monitoreo de las respuestas a situaciones desconocidas.

Es importante hacer una evaluación del propio nivel de riesgo y comodidad para tener muy claro lo que sí te gustaría hacer y lo que no. Esto proporcionará un instrumento claro de cómo tus niveles de comodidad cambian con el tiempo a medida que te reajustas.

Tomarse su tiempo para socializar, no pasa nada si no te sientes preparado. A través de los desafíos del periodo de encierro, quizá hayas descubierto que “tu salud mental se encuentra mejor cuando tienes tiempo para la calma, el descanso y la introspección”.

Otro punto importante es si podemos socializar con los demás o no, de la manera que ellos quieran. A veces, puede parecer una lucha de poder sobre cuánto se valora la amistad del otro.

Mantenerse abierto respecto a nuestros propios miedos y vulnerabilidades da claridad y autorrespeto dejando en claro que cuando no estás de acuerdo, estás expresando tu propia preferencia y no rechazando a la otra persona.

Quizá habrá momentos extraños cuando empieces a ver a otras personas con más regularidad y choquen tus instintos pandémicos (nada de abrazos) y los de antes ¿Quieres un pedacito de esto?

¿De qué nos sirve el dinero si no tenemos con quién disfrutarlo?

¿De qué nos sirve el tiempo si no tenemos con quien compartirlo? Dale calor al círculo que posees (familia, amigos, compañeros de trabajo), no te vas a arrepentir, invertir tiempo de calidad en personas importantes nunca será un tiempo desperdiciado, siempre será una ganancia.

“Los retos que tenemos después de esta pandemia son enormes, como sociedad debemos ser conscientes que este tema trascenderá, no solo en lo físico, sino también en lo emocional y la esfera social; por lo que es indispensable enfocarnos en el impacto que esto está generando en los niños y adolescencias, a través de estrategias que contribuyan a la reconstrucción del tejido social y escenarios de desarrollo favorables para las futuras generaciones”.

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