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Cíniko Madurez y sinceridad

Cíniko lleva más de una década siendo uno de los máximos referentes del llamado “rap político”. Sin embargo, aquel provocador que formó Prozaks junto a Pablo Hasél, ha dado paso a un responsable y sincero padre de familia en “Work In Class” (Guspira, 23).

“ NO HAY IDEOLOGÍA política en este disco, hay conciencia de clase”. Esta frase, aunque en principio pueda parecer una contradicción, resume el concepto sobre el que gira el nuevo disco y la nueva etapa de Cíniko.

Explicado por él mismo: “Líricamente ‘Work In Class’ refleja esta nueva etapa de mi vida; lo que implica ser un padre de familia sabiendo que hay una pequeñaja que depende de mí. Los años traen madurez. Aunque hay mucha crítica social explicita y escondida, porque la crítica social es algo que está en el ADN de mi música. Aunque la parte reivindicativa de este álbum creo que es una oda a lo significa ser clase obrera”. Y es que el cambio de su anterior disco “La rabia del pueblo” a este “Work In Class” es más que notable. “El covid nos tiró por el suelo todos los planes y la gira que teníamos prevista. La verdad que esa sensación de estar ‘retirado’ me dio mucha libertad y motivación para hacer la música que realmente quería hacer. Lo he creado sin pensar en las expectativas de la gente. Sé que gran parte de mi público espera canciones como Español o Coronafacha, lo fácil hubiese sido complacerlos, pero no hubiese sido fiel a lo que mi artista interior me pide ahora”, confiesa Cíniko.

”UN ARTISTA QUE, y esto no es nuevo, destaca por su inusual sinceridad. “Me siento un artista fracasado en el sentido de que nunca he podido vivir de la música y consolidarme del todo en el panorama. Después de tanto esfuerzo y lucha es inevitable sentir frustración y creo que no hay que esconderla. Ahora bien, siempre he sido muy fiel a mí mismo y tengo oyentes fidelizados desde hace quince años y sé que eso no lo puede decir todo el mundo”, reconoce el leridano, quien además cuenta en la canción “Hasta el cuello” que tuvo “una mala relación con las drogas. De la que afortunadamente pude salir gracias a la ayuda de familiares y profesionales. Y aprovecho para decirles a todos los artistas que creen que la droga nos hace mejores creadores que se equivocan. Yo lo pensé durante muchos años y es totalmente falso”. Tampoco tiene problemas en reconocer que “mi relación con Pablo Hasél es nula. Hay relaciones de amistad que, sin que sea culpa de nadie, se convierten en tóxicas y entonces es mejor que cada uno siga su camino. Lo mejor de Prozaks fue que nos lo pasamos muy bien y creamos buenos temazos, lo peor fue la represión y censura que sufrimos”. Una censura que, continúa sincerándose, sigue sufriendo. “Pero ahora mido más las letras cuando escribo. Antes sólo repercutía en mí pero ahora tengo una hija que depende de mí y no quiero que crezca con su padre en la cárcel. En el año 2016 ya intentaron llevarme a la cárcel por una canción y Vox sé que también me denunció pero no llegó a nada al final. Lo de este país es un chiste de muy mal gusto. Y aunque me duela, sé que este es el camino correcto ahora”. Un ejemplar ejercicio de sinceridad que culmina con un “las respeto, pero las nuevas tendencias musicales de los últimos diez años no me gustan en absoluto”. alfonso gil royo