Luz del Mundo Internacional 45 Consejos Para Tu Familia
No te rindas, órale al muerto; creyendo que Jesucristo es la resurrección y la vida y el que cree en Cristo, aunque esté muerto vivirá. Cristo resucitó a la hija de Jairo, al hijo de la viuda de Naín y a Lázaro, cuando tenía 4 días de muerto... Si él quiere, puede revivir a tu ser querido; y si no, que se lo lleve, porque al fin y al cabo, con Cristo están mejor nuestros seres queridos, que con nosotros; porque en el cielo no se sufre y nosotros tenemos la esperanza de volverlos a ver, cuando Cristo venga: <<los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que hallamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir al Señor en el aire, así estaremos siempre con el Señor”. 1 Ts. 4:16-17.
EL VELORIO Y EL ENTIERRO:
El pastor y los hermanos deben ser notificados inmediatamente. En el velorio, debe testificarse sobre nuestra esperanza de volver a ver a nuestros hermanos en Cristo. Se pueden cantar himnos y coros cónsonos con la situación, ejemplo: En la mansión do Cristo está; Soy yo soldado de Jesús; Allá en el cielo, etc. Debemos combatir el demonio de vanidad, tanto en la vida como en la muerte; hay que velar para que esos señores funerarios no se valgan de la ocasión, enredándose con servicios de entierros vanidosos y mundanos, que resultan costosísimos; y después están ahogando a uno, para que les pague lo que uno no tiene. Recuerden esto: “ES MEJOR LO POCO DEL JUSTO, QUE LAS RIQUEZAS DE MUCHOS PECADORES”. Oren al Señor. Para que nos ayude y algún día podamos construir nuestros propios “cajones” en cada país, para meternos en ellos, mientras Cristo viene. Maranata.
CAPITULO 21
NO LE NIEGUES TUS HIJOS A DIOS
Adán tuvo dos hijos al principio, pero no hay ningún indicio en la Biblia que revele que él dedicada uno de ellos a Dios; eso explica porque el hermano mayor mató al menor. Hay una gran diferencia entre los hijos que se ofrecen a Dios y los que se le niegan. Los resultados al principio no se ven, pero después aparecen con los años. En 1 Samuel 1, está la historia de una mujer estéril, llamada Ana, que oraba largamente pidiéndole un hijo a Dios y aunque el sacerdote Elí la confundió con una borracha (ebria), porque oró demasiado, ella consiguió lo que pidió... Dios le dio un hijo, y ella le puso por nombre Samuel.
Autor: Dr. Jaime Banks Puertas www.obraluzdelmundo.com Derechos: No Reservados siempre que mencionen