01. Principios del modelo de Uso Racional de la Fuerza
Orientación Nº 6 Evaluar las consideraciones tácticas. El policía debe tener presente una serie de consideraciones tácticas al momento de evaluar la situación a la que se enfrenta, para planificar y decidir por un curso de acción. Estas son: Personales
-Su fuerza y estado físico general -Experiencia personal -Habilidad/capacidad/entrenamiento -Temores -Apariencia/imagen del funcionario -Cansancio -Lesiones -Vista/visión -Síntomas de estrés
Operacionales
-Uniforme y equipamiento, incluyendo elementos de protección -Cantidad de funcionarios policiales presentes -Disponibilidad de apoyo -Disponibilidad de unidades y equipos especiales -Disponibilidad de cubierta/protección (cobertura o parapeto según las propiedades balísticas de los elementos) -Posibilidades de contener, tomar distancia, establecer comunicaciones -Consecuencias de un posible repliegue táctico
Institucionales
-Normas y reglamentos -Políticas y directivas institucionales -Protocolos de actuación
1.5.1.2. Planificar la actuación. Todos los elementos anteriores, el escenario, las consideraciones tácticas y la conducta del sujeto, guían el proceso de “evaluar-planificar-actuar”. En función de la evaluación, el funcionario policial debe desarrollar un plan de acción, el cual implica seleccionar el camino que considere más apropiado, más ajustado a los requerimientos de la situación. El modelo propone diferentes niveles de fuerza a utilizar, que van desde la mera presencia policial hasta el uso de la fuerza letal. Cada nivel implica una serie de técnicas y herramientas específicas que pueden variar en virtud del tipo de objetivos perseguidos y las características y rasgos principales de la intervención. Cada nivel de fuerza utilizado representa un aumento en la intensidad de la fuerza ejercida. Los distintos niveles de “uso de la fuerza” pueden aplicarse solos o combinados, para permitirle al policía controlar la situación y lograr el fin legítimo que se propone. Debe tenerse presente que los niveles de fuerza pueden utilizarse en escala ascendente o descendente, dado que una vez que la situación está bajo control es necesario disminuir el nivel de fuerza utilizada, y de ese modo también reflejar la razonabilidad de la intervención, toda vez que sea necesario evitar y neutralizar la violencia y conjurar los delitos, lo que puede lograrse, en ocasiones, con un mínimo nivel de fuerza y por medios no coactivos.
Cuadro 3 Consideraciones tácticas.
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