MANUAL DE CAPACITACIÓN POLICIAL EN EL USO RACIONAL DE LA FUERZA
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PRINCIPIO
DESCRIPCIÓN
PROPORCIONALIDAD Y MODERACIÓN
¿CUÁNTA FUERZA SE DEBE UTILIZAR?
RESPONSABILIDAD Y RENDICIÓN DE CUENTAS
¿CÓMO SE CONTROLA EL USO DE LA FUERZA?
El nivel de fuerza aplicado debe ser proporcional a la agresión recibida, la gravedad de la amenaza y los riesgos objetivos que de ella surjan, procurándose evitar daños innecesarios (moderación). Así, el grado de fuerza aplicado deberá ser evaluado por el personal en relación a la gravedad del delito y al objetivo que persiga salvaguardar.
El personal debe asumir las responsabilidades de su accionar y rendir cuentas por las acciones efectuadas. Quien utiliza la fuerza, sus superiores, y en última instancia el Estado, deben rendir cuentas por esa acción y responder por las consecuencias que acarree su uso.
Principios de Derechos Humanos respecto al Uso Racional de la Fuerza en el empleo de las armas de fuego y el recurso de la letalidad El empleo de armas de fuego (y en general la letalidad) es una medida extrema y, por tanto, es un último recurso con el cual puede contar el funcionario del servicio policial en caso de necesidad. Podrá ser utilizado para hacer cesar una situación de amenaza inminente grave para la vida o integridad física de las personas y, conforme a los principios del Uso Racional de la Fuerza, en el caso que medidas menos extremas resulten inadecuadas para el fin legítimo que se persigue. Sólo se podrá recurrir al empleo de armas de fuego en caso de que exista peligro grave, inminente y actual para la vida de las personas, sea personal policial, víctimas o terceros. La preservación de la vida y la integridad física de todas las personas es siempre el primer objetivo. Nunca deberá priorizarse el salvaguardar la integridad de bienes materiales por sobre la vida e integridad física.
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