Ley de Seguridad Interior · Ley 24.059
del Interior ejercer la conducción política del esfuerzo nacional de policía, teniendo a su cargo la dirección superior de los cuerpos policiales y de las fuerzas de seguridad del Estado Nacional en el cumplimiento de dichos cometidos. Es a través de una subsecretaría de dicho ministerio que se ejercerá la dirección de la inteligencia interior, y de ella dependerá el centro de planeamiento y control, que deberá asistir y asesorar al ministerio y al Comité de Crisis en la coordinación de los cuerpos policiales y de las fuerzas de seguridad. No me extenderé, señor presidente, en un comentario puntual del proyecto en debate, ya que esto se ha hecho con bastante propiedad. En líneas generales, nos parece adecuado. Quiero señalar especialmente lo dispuesto en el artículo 31, referido al empleo subsidiario de elementos de combate de las fuerzas armadas en operaciones de seguridad interior, donde se expresa que en casos excepcionales, si el sistema de seguridad interior descrito en este proyecto de Ley resulta insuficiente a criterio del presidente de la Nación para el cumplimiento de los fines que establece el artículo 2º, podrán ser empleadas en el restablecimiento de la seguridad perdida. Este punto nos parece crucial teniendo en cuenta lo expresado al comienzo de mi exposición ya que así, a diferencia de la Ley de Defensa vigente, no pretenden recortarse las claras facultades constitucionales que tiene el presidente de la Nación y que ya fueron comentadas con anterioridad. Reiteramos que celebramos lo dispuesto en el artículo 38, que deroga el artículo 13 de la Ley 23.554, así como el cuadro anexo al mismo. Aspiramos con vehemencia a que la creación de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Órganos y Actividades de Seguridad Interior e Inteligencia llegue a concretarse en los hechos y se capitalice la triste experiencia de lo sucedido con la Ley de Defensa. Por todo lo expuesto, el bloque que represento va a votar afirmativamente en general el proyecto de Ley en consideración, reservándose la facultad de hacer algunas observaciones puntuales en el momento del tratamiento en particular. Sr. Presidente (Brasesco). — Tiene la palabra el señor senador por la Capital. Sr. Vaca. — Señor presidente: debo confesar que me embarga el mismo estado de ánimo que al señor senador Solana. Me parece que este semidesértico recinto no crea la condición necesaria para lograr la finalidad que persigue el debate, que es persuadir y dejarnos persuadir. De todas maneras, tengo una actitud comprensiva frente a esta situación. Estamos en las últimas jornadas legislativas del año, las tareas son múltiples, los señores senadores están atendiendo los temas que seguramente tendremos que analizar mañana. Pero creo que hay una segunda razón, y es que hemos arribado a este debate en la inteligencia de aceptarlo en sus coincidencias y dejar para una discusión posterior aquellas divergencias que aún puedan subsistir, con el intento de un progresivo mejoramiento de la legislación en esta materia, que se irá dando en la medida en que se vayan logrando consensos sucesivos. De tal modo que por respeto a los señores senadores presentes en el recinto voy a formular por un lado algunas breves reflexiones sobre este proyecto sin abrumarlos con reiteraciones, dado que muchas de las cosas aquí señaladas las comparto. Por ello, oportunamente voy a solicitar la inserción de algunas notas complementarias que tengo en mi pupitre.
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