Tamara doll

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Tamara Doll: “Mi vida cross se divide en un antes y un después de la aceptación de mi esposa” VALERIA CAMPBELL·SÁBADO, 15 DE JULIO DE 2017

Hay chicas cross destinadas a plantar bandera y decir: ¡Aquí estoy! A Tamara Doll no le costó nada proponer un estilo y crear tendencia en la Banda. Pero habrá que aclarar rápido que no hubo imposición alguna: su desenfado natural, sus ganas de “jugar” siempre y su capacidad emprendedora la convirtieron en la Cross del Año con tan solo una temporada y media en el ruedo. Noble compañera, práctica y polifuncional, la Tigresa del Oeste se las arregló también puertas adentro: supo encontrar la llave para seducir a su mujer desde el lado femenino, ni más ni menos que el paraíso para una cross en situación de matrimonio. -¿Qué fue lo primero que pensaste cuando entraste a Rosa de los Vientos para tu debut en la Noche Cross, aquel 17 de abril de 2015? -Aquella Noche Cross fue un gran acontecimiento para mí, porque a la vez significó mi primera salida montada. De hecho ni siquiera tenía nombre: Tamara me lo puso mi esposa el día anterior a la reunión, así que la ansiedad, los nervios y los miedos estaban a full. Pero no duraron mucho, porque enseguida tuve que hacer frente a las adversidades. Si bien salí temprano por razones obvias, no podía montarme en casa y lo hice en mi vehículo, lo cual fue bastante complicado por tratarse de la primera vez. Sobre todo el maquillaje, aunque pude hacerlo después de unas cuantas horas. -¿Qué pasó cuando ya estabas lista? -Solo quedaba llegar al lugar, así que emprendí viaje. Pero a las pocas cuadras me di cuenta de que tenía un neumático pinchado y no sabía qué hacer. Así vestida no podía ponerme a cambiar una rueda y, con el tiempo que me había llevado montarme, no daba para desmontarme y volver a hacerlo. Ya estaba en el baile, así que a bailar. A unas cuadras había una estación de servicio y fui hasta allí a inflar la rueda, pero a todo esto ya eran como las once de la noche. Por suerte no había nadie, pero a esa hora, una rubia alta en minifalda inflando un neumático no pasa inadvertida: enseguida tenía a un playero al lado preguntándome si necesitaba ayuda. Lo bueno es que me dijo dónde había una gomería abierta y allí fui. Terminé emparchando la cubierta en una gomería a quince cuadras de casa, totalmente montada y con un terrible miedo de ser descubierta. Me aseguré de no bajarme del auto en ningún momento, pero al final tuve que hacerlo por la insistencia del gomero para que viera la cantidad de clavos (seis) que tenía la rueda. Otra buena noticia fue que sólo me cobro tres de los seis parches… -¿A qué hora llegaste a Rosa de los Vientos?


-Eran como la 1.30 y desde afuera se veía bastante concurrido. En ese momento me volvió el miedo y no sabía muy bien qué hacer. Pero después de lo que me había pasado para llegar, y sabiendo que contaba con el apoyo de mi esposa, me dije: “¿Qué estoy esperando? Así que bajé y entré. En la puerta fui recibida muy bien por algunas chicas que estaban fumando en la vereda, aunque era tanta la ansiedad y los nervios que las vi sin ver. Una vez dentro no lo podía creer, ¡Cuántas mamarrachas todas juntas! jajaja. Nooo, mentira: era como estar en el cielo, por fin estaba en un lugar con gente que compartía mi sentir. Recuerdo que me quedé parada en un rincón cerca de la puerta y enseguida vino Mirna Ladyrouge, que me recibió y me presentó a las demás chicas. Recuerdo las charlas que mantuvimos juntas y las que tuve con Soledad Amorosa, con quien nos quedamos hasta tarde hablando sobre nuestros sentires. Realmente fue una noche que no voy a olvidar, no solo por descubrir un grupo de personas que realmente vale la pena conocer y que tienen mucho para dar, sino porque además descubrí que nuestros miedos son infundados. ¡Con ganas y actitud podemos hacer lo que querramos!

Juntas en Rosa de los Vientos, el lugar donde asomó Tamara a la sociedad

-¿Lo seguís pensando hoy en día? -Sí, la única diferencia es que ahora tengo un conocimiento un poco más profundo de muchas de las chicas y eso refuerza mi sentimiento respecto del grupo. Porque a pesar de las diferencias que puede haber y que es normal que las haya, todas pateamos para el mismo lado y todas queremos lo mismo. Esa contención, ese respeto y el sentido de la amistad que hoy no existen en muchos otros lados. Tenemos mucho para dar y lo demostramos cada mes. -Si bien compartimos juntas un montón de cosas, nunca supe bien cómo fue tu etapa cross antes de tu primera aparición pública ¿Cómo viviste todo, si se puede resumir a grandes rasgos?


-Creo que se puede resumir en dos etapas muy bien marcadas. Mi vida cross se divide en un antes y un después de la aceptación de mi esposa Sandra. La primera etapa la viví como muchas de las chicas: comencé de muy pequeña y recuerdo a escondidas ponerme las medias de seda de mi mamá y sentir esa suavidad en mis piernas, que me encantaba, al igual que las enaguas de seda. Eran tiempos mucho más hostiles, y si era difícil para un adulto, resultaba todavía peor para un@ niñ@. Además vengo de una familia católica y muy conservadora, en la que incluso las mujeres eran más machistas que los propios hombres. Y lo que más me dolía era por qué no podía haceme visible y convivir con ellos normalmente, si no le hacía mal a nadie. Esa sensación fue motivo de muchos llantos encerrada en mi habitación. Así que durante mi infancia, adolescencia e incluso madurez siempre se dio todo a escondidas y con culpa por ser así. Y lo peor de todo era que a pesar de sentirme mujer me atraían las chicas, no tenía fantasías con otros chicos, era un bicho raro por todos lados. En mi familia -y me imagino que hasta en mi círculo de amigos- lo mío siempre ha sido un secreto a voces: más de una vez, tanto mi mamá como mi hermana me han descubierto, pero de eso nunca se hablaba.

Con tres amigas en la calle Defensa: Agus, Mirna y Ale

-¿Qué pasó hacia tu adolescencia? -Vinieron las novias y después el matrimonio. Siempre en secreto y con la angustia de no poder expresarme como quería porque siempre había rechazo. Incluso en dos oportunidades mi esposa me descubrió y tuvimos momentos más que tensos, creo que hasta el borde del divorcio. Cuando se desencadenaba aquello tiraba toda mi ropa y juraba no volver a hacerlo, pero todas sabemos que es algo imposible, porque así es como soy en realidad. La ficción es el famoso “Lado A”, al menos en mí. Entonces me preguntaba: ¿Por qué no podía aceptarme si seguía siendo la misma persona de


siempre, solo que con otra imagen? Entonces arranqué mi mayor y única proeza: hacer que mi esposa me aceptara como en realidad soy. Por supuesto que no fue algo fácil, de hecho me llevó un montón de años conseguirlo, ¡Pero al fin lo logré! -¿Cómo estás actualmente? -Hace unos años comenzó la nueva etapa, en la que ya no tengo que ocultarme de Sandra. Pero lo mejor de todo no es solo poder expresarme como más me gusta, sino también compartirlo con ella. Siento que hemos crecido en todo sentido y estamos más unidas que nunca porque ahora compartimos todo, hasta la ropa. Y es algo que ya no me está gustando mucho porque me usa todo, jajaja. Siempre pensé que era algo que me pasaba solo a mí, en esa época no existía Internet y era algo muy tabú. De eso no se hablaba, salvo para burlarse. Igual, debo reconocer que tampoco se me dio por buscar info del tema hasta hace unos años, donde por casualidad encontré en la web el término “crossdresser”. Para mí sorpresa descubrí que no solo no era la única, sino que además existía un grupo en Buenos Aires que se reunía una vez al mes. Comencé a interiorizarme y así fue como di primero con la página de Crossdressing Bs As, luego con el blog de Luli Mia y las fotos de Mirna Ladyrouge y por último con La Noche Cross, justo un par de semanas antes de la reunión de abril de 2015. El broche de oro fue que unos días antes de la reunión, mi esposa me preguntó: “¿Querés ir?” ¡Sí!, le respondí. Esa noche justo coincidía con un cumple al que iba a ir mi hijo mayor y lo tenía que llevar y traer a él y a un amigo, o sea que la combinación era casi imposible. Dos días antes, Sandra arregló todo y consiguió a alguien para llevar y traer de vuelta a los chicos. “Anda tranquila”, me dijo. ¡Y así comenzó Tamara!

Juntas son dinamita: un matrimonio, un pacto de amor y tolerancia


-Quizás seas un caso único –o por lo menos de los que conozco yo- de una cross que puede mostrarse como tal y estar en perfecta convivencia con su esposa e hijos. La pregunta es: ¿Cómo lo lograste y cómo se entablan los roles entre los componentes de la familia? -La clave aquí es que mi mujer se dio cuenta de que estaba enamorada de mí y no de mi imagen, al tiempo que yo también le demostré que siempre soy la misma persona, me viera como me viera. No cambio mi forma de ser por andar con tacos y mini, o por estar de jean y borcegos de trabajo, aunque debo reconocer que mi estado de ánimo es mucho más agradable como Tamy. En más de una oportunidad me ha dicho que la pasa mejor con Tamara porque con ella comparte más cosas y hasta me comentó: “Lástima que no lo hicimos mucho antes”. Ya hace años, en casa soy prácticamente la versión de Tamara sin maquillaje porque ando todo el tiempo con calzas, remeras femme y tacones. Para mis hijos es natural porque me conocieron así desde siempre. Igual, dentro de nuestro ámbito social no me presento con ellos como Tamara, porque lamentablemente la sociedad actual todavía es muy dura en este aspecto y no me gustaría que ellos tengan problemas por mi culpa. -Pero hubo unas vacaciones muy simbólicas este año con tu familia, por lo que compartiste en las fotos. -Sí, estuvimos vacacionando en la playa con Tamara en bikini por todos lados como si nada. En ningún momento tuvimos algún problema con alguien y para los chiquitos es como un juego, incluso a veces me piden “que venga la tía Tamara”. La otra tarde fui a buscar a uno de mis hijos a Inglés y me olvidé el celu en casa. Mi fondo de pantalla es una foto de Tamara y, cuando volví, el más grande estaba con el teléfono y me dijo: “Te llamó mamá… ¡Qué linda que estás en la foto!” ¿Cómo explicarte? Me quedé sin palabras, ¡Es un genio! -Una persona conservadora se te podría plantar y decirte: “¡Pero en dónde queda tu papel paternal, querida!” ¿Qué responderías a esa frase? -No conozco a nadie que diga que mis hijos están mal educados. Incluso siempre recibo elogios no solo por su buen comportamiento, sino también por cómo se desenvuelven con sus amigos y con los mayores, señal de que tienen buenos padres enseñándoles cómo tienen que desenvolverse en la vida. Justamente eso es lo que les enseñamos permanentemente: a respetar a los demás sin importar su raza, religión, orientación sexual o por ser distinto a ellos en cualquier sentido. No nos gustaría que les pase lo que a nosotros, que fuimos víctimas de una educación llena de prejuicios estúpidos. No queremos tampoco que etiqueten gente por ser diferentes; solo les tiene que importar si son buenas o malas personas. Yo podré verme súper femme, pero para ellos sigo siendo papá y ellos lo tienen más claro que nadie.


Con Vanessa Andrade en Trabestia, la fiesta que fascina a Tamara

-Por una foto que me mostraste hace un tiempo, me doy cuenta de que fuiste mutando en tu aspecto masculino hasta llegar a una imagen natural bastante andrógina. ¿Era algo proyectado o se fue dando así? Y en este mismo sentido: ¿Tus allegados de siempre te dijeron algo al tomar nota de este cambio? -Siempre fui el que daba la nota con respecto a mi imagen. Nunca fui de seguir las modas, diría que todo lo contrario, y siempre me gustó tener el pelo largo, algo que me acarreó muchas peleas durante mi adolescencia porque para mi familia no era un buen signo en mí debido a “mi condición”. Solo usé el cabello corto unos años por razones laborales, pero cuando cambié de trabajo volví a dejarlo crecer y así sigo hasta hoy. Es más: me dejé la barba un buen tiempo en mi momento de mayor crisis matrimonial después de ser descubierta. Lo hice como respuesta para no reincidir, cosa que no me sirvió para nada, jajaja. -¿Y esa androginia que te comentaba? -Los cambios más significativos en mí se dieron cuando empecé a compartir el crossdressing con mi esposa. Ahí arranqué con la depilación, la estilización de cejas, el cambio de color en el cabello y las uñas largas. El color del pelo y las uñas son los cambios más visibles para el común de la gente, pero nunca nadie me pregunta algo al respecto. Creo que por mi forma de ser no les doy margen para eso, solo unos pocos me han preguntado más que nada por las uñas, pero como siempre les he respondido naturalmente y con alguna ironía, no se atreven a preguntarme más. -Ya sé que sos humilde y que no te creés merecedora de la distinción y bla bla, pero… ¿En qué te movilizó haber sido nombrada la Cross de Año 2016?


-¿Cómo que no me creo merecedora? ¡Claro que me lo merezco, si soy lo más de lo más! ¡Por Dior! Jajaja. No, primero que fue un hermoso gesto por parte de Agustina Lila, que había ganado en Jungle Bar como Cross del año y me cedió ese honor. Ella fue la real ganadora en septiembre de 2016 y yo la seguí en votos. Y no te voy a negar que haber recibido esa distinción fue una caricia al corazón… Para mí, ser la Cross del Año conlleva responsabilidades y obligaciones implícitas, de las cuales hay que hacerse cargo a diferencia de una reina, que es más de decoración. Pero debo reconocer que no me cuesta mucho eso, soy emprendedora por naturaleza y me gusta participar y ayudar en todo lo que pueda. Lo más lindo de todo fueron los regalos y cuando se enteró Sandra, jaja. Aunque después, pensándolo bien, con el destino que tuvo la Cross de 2015 me vino el miedito... -Demostraste ser una “handywoman”, alguien capaz de fabricar cosas y elementos orientados a nuestro mundo cross, como aquella escoba para la Noche Cross o los cuernos para Trabestia. ¿Qué te gustaría crear? ¿Cuál podría ser tu próximo invento? -Y el vestido de tirolesa, el atuendo de Arrow Cross con arco y flechas, el dispositivo giratorio con Rasti para la cámara, la luz adicional de la cámara, el palo de hockey para Vanesa Andrade, la cortina para el video de Joe Cocker, jaja. ¡Me encanta crear cosas! Me gusta más hacerlas que comprarlas porque tienen otro valor para mí, por eso es que me motivan las propuestas temáticas, porque te invitan a crear. Tengo mucha facilidad para reparar o crear elementos con lo que tengo a mano. No planeo algo en especial a futuro, pero ya habrá alguna propuesta que me incentive…


El look tirolesa para el October Fest de 2015, una de sus tantas creaciones

-Das muy vedette, muy femenina, pero tu orientación es heterosexual. Cuándo estás montadísima y te ves a vos misma muy mujer, ¿Lográs mantener esa postura hétero o te podés sentir atraída por algún hombre? -Cuando estoy montada me encanta recibir elogios y ser tratada como una dama, no tengo ningún problema en interactuar con otras personas, sean del género que fueren, pero lo cierto es que al final siempre sucumbo a los encantos femeninos. Muchas veces escucho comentarios de chicas acerca de la belleza de uno u otro espécimen masculino y la verdad es que no logro encontrarla. Por lo menos no al nivel de sentir una excitación tal que me provoque deseo.


-Tu vínculo con la cámara de fotos parece sellado a fuego. ¿Por qué te gusta tanto retratar (y retratarte) y qué sistema de almacenamiento de fotos tenés? ¿Volvés a ver las fotos en general? -Las fotos me ayudan a prolongar la felicidad que me provoca ser Tamara y me encanta compartir esa felicidad con los demás. Por mucho tiempo he querido compartir mi sentir con otras personas y ésta es una buena forma para hacerlo y de conservar esos momentos. En estos últimos tres años tengo aproximadamente 17.000 fotos y videos de Tamara. Creo que de mi Lado A no llego a eso ni juntando todas las fotos que me saqué a lo largo de mi vida. Hasta ahora, la mejor forma de almacenarlas es en discos rígidos externos. Y sí, suelo verlas cada tanto y recordar esos buenos momentos. Las fotos y la música son dos pasiones que me pueden: tengo más de 7000 discos y los he escuchado a todos. Y al igual que con las fotos, vuelvo a escucharlos, jaja.

Un fantástico look de Tamara con su cámara, inseparable compañera de emociones

-¿Cuál puede ser una iniciativa factible de concretar y qué le falta a la Noche Cross, dadas las características de la reunión? -No me parece que le falte algo, creo que cumple con esa idea primaria de ser un lugar adonde puedan ir aquellas chicas que necesitan salir del closet. Ellas saben que en la Noche Cross encuentran ese espacio donde van a tener contención, amistad y diversión, donde podrán ser como más les guste sin cuestionamientos. Desde que comencé a asistir a las reuniones hemos pasado por dos lugares totalmente distintos, por ende nuestras reuniones también sufrieron esos cambios, como si fueran dos cosas absolutamente diferentes. Este año estamos promoviendo un poco más las reuniones temáticas y eso le da una motivación extra. Mi ideal sería tener un lugar como tenían aquellas pioneras de “Casa Susana”; poder alquilar una quinta un fin de semana completo al mes donde pudiéramos montarnos con total comodidad. Que sea nuestro lugar para compartir charlas,


bailar, actuar, fotografiarnos, incluso cocinar y en verano tomar sol y refrescarnos en una piscina. ยกHay mucho por hacer!


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