El Hombre Celestial

Page 97

Desde el día que me arrestaron he obedecido todas las normas de las prisiones. Me he sometido a las autoridades, he realizado mi trabajo sin quejarme y he ayudado a mis compañeros de prisión. Dos veces me eligieron como el mejor de los presos y no he hecho nada malo en el campo de trabajo. ¡Cállate, mentiroso! Tenemos tu expediente. Hace cuatro años fingiste locura. Luego montaste una huelga de hambre en contra de nuestro gobierno. Cuando te sentenciamos, pensamos que tu actitud había mejorado y por eso te impusimos solo cuatro años. Sin embargo, después de llegar al campo de trabajo has ido de mal en pero y has continuado con tus actividades religiosas. Tememos que si te seguimos teniendo encerrado vas a contagiar a todos los presos. “Primero, has tenido contacto con extranjeros y has recibido literatura supersticiosa del extranjero. Ahora, meses antes de que llegara a China una delegación de los Estados Unidos, ya sabía que venían. Además esto te lo notificó un tal Xu Yongze, que es uno de los delincuentes más buscados de toda china. “Segundo, siempre te has opuesto a nuestro gobierno y a nuestra política religiosa. No has parado de atacar a la Iglesia Patriótica de las Tres Autonomía y has dicho que es una ramera. Nada parece indicar que durante los pasados cuatro años hayas cambiado en tu forma de pensar, ni de que estés apenado por tus delitos. “Tercero, te hemos cuidado en la prisión como padres amorosos, pero has tenido la audacia de escribir un poema declarando que este lugar es como un gran cementerio, ¡un lugar de espinos! Nuestro gobierno he hecho todo lo posible para hacer que fueras un ciudadano útil y productivo para nuestra nación, pero te has resistido a todos los esfuerzos. Mientras más hablaba, más enojado se veía. --- ¡Hoy te vamos a dar la lección más severa que recibirás jamás! – gritó—Quizá eso te ayude a despertar y enmendarte. Llamó luego varios guardia y les dijo: -- ¡Llévense a este hombre y atiéndalo como es debido! Me llevaron a un cuarto de tortura. Me esposaron y usaron contra mí porras eléctricas y látigos para torturarme. Me arrancaron pedazos de piel con los golpes y mi cuerpo quedó cubierto de heridas. Antes de quedar inconsciente, escuché la voz de Dios que me decía: “Este es tu llamamiento. Debería soportarlo con paciencia por amor a la Palabra de Dios y al testimonio de Jesús”. Después de recuperar el conocimiento todavía estaba sobre el suelo como un hombre muerto. Los guardia me llevaron de vuelta a la pequeña celda. Mis manos y pies estaban sujetos con esposas y grillos. Esa misma noche el Señor me dio un sueño bien vívido. En él, ¡mis esposas se abrían de pronto y yo quedaba libre! En el sueño leía la Biblia. Les predicaba a algunos de los hermanos que se encontraban en la prisión y los animaba a dar testimonio del Señor. El padre católico Yu vino a mí y con gozo me dijo: “¡Jesús es vencedor en todo! ¡Jesús es vencedor en todo!”. Yo le respondí: “Cuando al principio me encerraron en esta celda oré a Dios pidiéndole una Biblia para estudiar”. Luego en mi sueño los dos dábamos gracias al Señor en el cielo. Cuando me desperté de mi sueño, me di cuenta que las esposas estaban todavía en mis muecas, pero el Espíritu Santo me dijo: “Relaja tus manos”. En cuanto lo hice, las esposas cayeron abiertas. Oré al Señor conforme a lo que había visto en el sueño. Dije: “Señor Jesús, te amo. Gracias por permitirme cantar. Por favor, dame una Biblia”.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.