Viernes 15
A16 INTERNACIONAL
Octubre de 2010
Ecuador perdió con la sublevación policial: Correa
L E
l presidente de Chile, Sebastián Piñera, asegura que el rescate de los 33 mineros demostró que cuando las cosas se hacen “a la chilena”, se hacen bien. Según Piñera, como parte del milagro del rescate se incluye la unión del pueblo chileno en los festejos por la salida de los mineros a la superficie, pero también el reconocimiento y el respeto que tiene ahora Chile ante la comunidad internacional. “Todos los chilenos fuimos parte del milagro del campamento Esperanza, un milagro a 700 metros bajo tierra”, dijo Sebastién Piñera.
El presidente de Chile pronunció una conferencia de prensa tras la visita a los mineros.
El presidente chileno aseguró en la conferencia de prensa afuera del Hospital Regional de Copiapó que la lección que ha dejado el caso de los mineros es que de ahora en adelante habrá un cambio cultural en Chile respecto a la seguridad en el trabajo, y no sólo en las minas sino en todos los campos productivos. Y agregó que si Chile quiere ser considerado como un país de primer mundo, debe demostrarlo tratando a sus trabajadores como tal; ya que no se trata sólo de sentarse en la mismo mesa con los países avanzados. “Nadie puede garantizar que no habrá otro accidente en el país, pero sí vamos a garantizar que jamás se trabaje en condiciones tan inseguras y tan inhumanas como en la mina San José y en otros lugares del país”, exclamó el presidente. También aseguró que su gobierno se encargará de hacer que los responsables del incidente asuman las consecuencias. “Aquí no va a haber impunidad”, dijo Piñera. iñera adelantó que ya estudian cuál será la finalidad del lugar donde se instaló el campamento Esperanza, donde se plantea levantar un memorial, así como el destino de la cápsula de rescate Fénix 2 y el primer mensaje escrito que mandaron los mineros, ya que “ahora son parte de la historia de nuestro país […], es un patrimonio que nos pertenece a los chilenos y a la humanidad”.
Reta Ahmadineyad a Israel en sur libanés
E
l Presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, habló el jueves en una aldea del sur del Líbano, cerca de la frontera con su archienemigo Israel, en el marco que un viaje que Estados Unidos e Israel han calificado de provocación intencional. “El mundo debería saber que los sionistas son mortales (...)la nación libanesa está viva y es un modelo para las naciones regionales”. El Mandatario llegó el jueves por la tarde a un estadio en Bint Jbeil, atestado de miles de seguidores de Hezbolá, el poderoso grupo miliciano chiita, respaldado por Irán, con banderas libanesas, iraníes y de la poderosa milicia islámica. Los residentes en el sur del Líbano marcharon a recibir al iraní al pueblo fronteri-
zo, y bastión de Hezbolá, que fue uno de los más atacados durante la guerra del 2006 entre Israel y el grupo, donde Irán hizo fuertes inversiones para ayudar a reconstruir el pueblo bombardeado y otras áreas. En tanto, en la carretera al sur, escolares repartían folletos que indicaban la mejor ruta a los militantes del movimiento que se movilizaron el jueves para recibir al polémico Mandatario, a unos cuatro kilómetros de la frontera israelí. Ahmadineyad llegó el miércoles al Líbano donde recibió una entusiasta bienvenida organizada por Hezbolá. En el segundo día de su visita estatal se dirigía al corazón del sector chiita en el sur libanés para demostrar el apoyo iraní a la lucha de los milicianos contra Israel.
a sublevación policial del 30 de septiembre, que llevó al gobierno de Ecuador a declarar estado de excepción, perjudicó a todo el país, de acuerdo con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa. “Aquí todos salimos perdiendo porque hay cinco muertos y decenas de heridos” a causa de los disturbios, dijo Correa, quien sostiene —como lo hizo desde ese día— que los hechos formaron parte de un intento de golpe de Estado. En entrevista con Luis Carlos Vélez para CNN, el mandatario recordó cómo vivió la sublevación, desde que decidió ir personalmente a negociar con los policías inconformes por un decreto gubernamental que elimina sus bonos, hasta que fue sacado por el ejército del hospital donde los manifestantes lo mantuvieron cautivo 12 horas.
El presidente ecuatoriano lamentó la muerte de 5 personas en los hechos del 30 de septiembre, que dice fueron un intento de golpe de Estado.