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HISTORIA

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LITERATURA

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Clara Rojas Dionis: EL CABLE INGLÉS

Nací en 1.965 en Almería. y pasé toda mi niñez y juventud en esta tierra. En 1.990 marché a Granada, donde actualmente vivo; una ciudad preciosa, pero no por ello me hace olvidar mi tierra, pues por encima de todo me siento y me sentiré siempre almeriense.

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Soy Animadora Sociocultural. esto implica que no solo por mi profesión, sino por afición me gusta la cultura y el valor patrimonial de los lugares, y en especial de mi ciudad de nacimiento.

En este artículo quiero poner en valor el Cable Inglés como patrimonio industrial y lugar emblemático e imprescindible del paisaje almeriense. ¿ Es el Cable Inglés un monumento emblemático de la ciudad, una seña de identidad digna de preservarse, o más bien se trata de un estorbo del que merecería la pena desembarazarse?, Este es el antiguo debate que se puso en marcha por sectores poco proclives al mantenimiento del monumento y que generó un chaparrón de descalificaciones.

El concepto de Patrimonio ha evolucionado considerablemente contraponiéndose al concepto clásico de “belleza” que siempre ha predominado. Desde que, en 1994 la UNESCO declaraba como patrimonio de la humanidad los restos de una fábrica alemana de fundición de hierro, se acuña el concepto de Patrimonio Industrial, y unido a este concepto, se halla la disciplina de la Arqueología Industrial, nacida en Inglaterra en la década de los 60. El valor de este tipo de patrimonio reside en ser testimonio de una época y un elemento de estudio, como bien arqueológico, que servirá para comprender la sociedad industrial que ya no es la actual.

Por otra parte, el Patrimonio Industrial tiene un gran valor didáctico, entendido este como la posibilidad de interpretar fácilmente el pasado, haciéndolo inteligible a la sociedad, a la vez que potencia el atractivo turístico del lugar. Este interés por el turismo cultural, genera también una rentabilidad económica, que responde a una demanda y consumo del pasado cada vez mayor.

Por lo tanto, el Cable Inglés, se puede considerar como patrimonio Industrial al ser un testimonio representativo de la cultura popular de Almería.

Ubicado en la playa almeriense de las Almadrabillas, es una obra de ingeniería concebida para la utilización de los medios de transporte, como almacenaje y embarque del mineral de hierro procedente de las minas de Alquife (Granada) por vía marítima.

Los Sres. Boyle, Chapman, Gilaidur y Findlay, al inicio de la obra

La empresa explotadora de las minas de Alquife, The Alquife Mines and Railways Company Limited, con sede en Glasgow, solicitó en 1900 una concesión para construir un embarcadero de mineral en la playa de las Almadrabillas de Almería, utilizando la vía férrea Linares-Almería, inaugurada el año anterior. El Ayuntamiento de esta capital aprobó la construcción del mismo en 1902, otorgándose la titularidad de tal concesión a la mencionada compañía británica. Las obras concluyeron en abril de 1904, y el muelle permaneció en funcionamiento hasta septiembre de 1970, en que la actividad se trasladó al Cable Francés, hasta el cese total de la misma en 1.996.

El proyecto primitivo del embarcadero en estructura de madera, presentado en 1900, fue diseñado por el ingeniero español Andrés Monche. Este primer proyecto fue desechado por la Junta de Obras del Puerto por encontrarse problemas técnicos. El proyecto definitivo, tal como se llevó a cabo en realidad, fue presentado ante la Administración en diciembre de 1901, firmado por Andrés Monche, pero se trataba del proyecto del ingeniero inglés John Ernest Harrison.

La constructora del muelle fue la empresa británica Alexander Findlay and Company, y el director efectivo de la obra fue el ingeniero británico E.S. Boyle, designado ingeniero residente por Harrison, a pie de obra, durante la ejecución del cargadero. Para su construcción se emplearon un total de 3.824 toneladas de acero, procedente de las fundiciones escocesas de Motherwell;

Cimbras que dan forma a los arcos que conforman la rampa de acceso al cargadero

también se usaron 8.000 m² de madera para revestimientos, 1.152 m de hormigón y un total de 1.056 metros de vías férreas de ancho ibérico.

En este embarcadero se abandona la construcción en fundición, y se construye en pilares de acero, rellenos de hormigón, sistema novedoso en aquel tiempo. Desde las plataformas provisionales de madera, una grúa clavaba los pilotes. Las columnas se ejecutaban en estructuras parciales de acero, que se ensamblaban mediante aros remachados hasta conseguir la profundidad deseada. Se iniciaba la perforación de cada pilote, guiándose por unos pilotes de madera fijados en el subsuelo de antemano. Una vez comprobada la idoneidad del trabajo de hinca mediante buzos, se procedía a extraer agua del interior del pilote con una bomba, y terminar de rellenar de hormigón los pilares. E l Cable Inglés se compone de dos partes: el acceso en rampa, definido mediante unplano soporte de las vías de transporte para el ferrocarril que lo unía con la mina, y el muelle de carga del mineral en los barcos mercantes. Las dos partes son inseparables y presentan en su diseño y composición aspectos específicos que singularizan nuestro embarcadero de otros españoles y europeos. El hecho de ubicarse en un perfil llano de la costa marítima en las proximidades de la estación de ferrocarril obliga a que la vía de acceso cobre gran importancia dentro del paisaje urbano, acentuada además por su trazado curvo que respondía a las condiciones impuestas por los límites de propiedad de la compañía.

Por otro lado, el muelle de carga gana en complejidad al ser dotado de gran espacio para el almacenamiento del mineral. Este mineral de hierro, procedentes de la Estación de Almería, a unos 900 metros del lugar, se transportaban hasta el embarcadero.

Una vez en lo alto, por acción de la gravedad, descargaban su contenido en unos depósitos en el interior de la estructura, capaces de almacenar unas 10.000 toneladas. Una vez allí, y de nuevo por gravedad, se cargaría el mineral a los barcos atracados al costado del cargadero a través de unos conductos metálicos retraíbles (tolvas).

El 20 de abril de 1904 el rey Alfonso XIII acudió a la ciudad para inaugurar el cargadero así como el ferrocarril Albolote-Granada. A partir de entonces, los ciudadanos se dividieron según su opinión al respecto. Unos pensaban que era una construcción necesaria y positiva y otros la relacionaban con la contaminación metálica y la veían como un obstáculo para el crecimiento urbanístico.

El 16 de noviembre de 1970, la titularidad fue adquirida por la empresa Agrupación Minera, S.A. (Agruminsa), con sede en Bilbao. Mediante orden del Ministerio de Obras Públicas, de fecha 14 de febrero de 1980, fue decretada la caducidad de la concesión y, en consecuencia, el cese de las actividades en el cargadero. Pese a que Agruminsa estaba obligada a demoler los restos inservibles de las instalaciones, las actuaciones quedaron

Imagen de E. Cortés del aspecto del cargadero en 1.906

paralizadas a raíz de la resolución de la Dirección General de Bellas Artes de la Consejería de Cultura fechada el 17 de diciembre de 1984, que disponía la incoación del expediente de Declaración de Monumento Histórico Artístico a favor del muelle. El apoyo definitivo a su mantenimiento fue la declaración en 1998 como BIC (Bien de Interé Cultural). Por otra parte, los terrenos y accesos al cargadero situados fuera del límite de la zona fueron objeto de expediente de expropiación forzosa, promovido por el MOPU para el desdoblamiento de la calzada con nuevo puente sobre la Rambla de Belén.

En 2004 se aprobó la rehabilitación del muelle de carga, llevándose a cabo entre los años 2010 y 2012.

po FST Arquitectos: Ramón de Torres López, de la parte superior del cargadero. Para ello se rehabilitará todo el recorrido (incluyendo los arcos de fábrica de piedra que soporta la rampa) del paso peatonal elevado, hasta el Parque de la Estación y la estación antigua misma, que se utilizará como Centro de Interpretación con diversas estancias, y un control de acceso. Este trabajo, que actualmente se encuentra en fase de ejecución, incluirá actuaciones en el pavimento de madera, colocación de nuevas y más seguras barandillas, así como la instalación de iluminación de bajo consumo energético. Se tiene previsto que esta obra esté operativa en 2021.

Ojalá esta nueva etapa que se abre garantice un favorable futuro para

Foto de L. y M. en la que se observa un tren sobre el cargadero que los almerienses nos E n 2007 se convocó un concurso de ideas para la ordenación de su uso. Se presentaron seis propuestas, resultando elegida la denominada Iron Pier, firmada por el Equisintamos identificados y pueda ser un aliciente más que ofrecer tanto a los locales como a todos aquellos que visitan nuestra ciudad. José Ángel Ferrer Sánchez y Miguel San MiBIBLIOGRAFÍA: llán Escribano. Esta propuesta contempla el uso de las zonas de almacenamiento como -El cable Inglés, ayer y hoy. http://almeraturstica.blogspot.com.es.... (Miguel Leorrojo) -El cargadero de mineral. Una apuesta de futuro.(Rosa Morales Sánchez y sala de exposiciones y cafetería restaurante, Ana Gago Vázquez) (IEA-Diputación de Almería) así como mirador desde su interior y des-Concurso de ideas sobre el cargadero de mineral El Alquife, Almería (Alfonso Ruiz García) (Del. Prov. de Almería de la Cons. de Cultura) este monumento con el Imagen del proyecto Iron Pier, que ilustra el futuro estado del Cargadero de Mineral

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