POESÍA

ANTONIO SÁNCHEZ OLEA Poemas

Antonio Sánchez Olea nació en Valle del Zalabí (Granada) , donde creció y permaneció hasta los dieciocho años, fecha en la que ingresó en Telefónica, donde permaneció trabajando hasta su jubilación. D urante su estancia en la “mili” descubrió su pasión por la poesía, donde su falta de estudios no le impidió dedicar su tiempo libre a hilvanar versos, hasta que con el tiempo, un ictus le llevó a “perder la imaginación”, y, sin ella, la ilusión por la escritura. Se casó con Carmen y criaron a sus hijos. Se trasladó a Almería, donde se siente como uno más, y donde han nacido sus nietos, que son la ilusión de los dos. Sigue siendo un aficionado al fútbol, deporte que practicó junto con el atletismo en la “mili”, definiéndose humildemente a sí mismo como un “aprendiz de todo.”

Os ofrecemos a continuación algunos de sus poemas, de temática diversa, para haceros llegar, a los que aún no lo conozcáis, un pequeño retazo de su obra.

DEDICADO A LA MUJER

A todas las mujeres aquí, en esta reunión, nuestro mayor respeto y total admiración...

La mujer siempre trabaja, lo mismo ayer que hoy; hay que reconocerlo y a deciros cosas voy.

Vuestra labor consiste estar siempre ocupadas, pero, por mucho que hagáis, es un trabajo sin paga.

Cuando el hombre se jubila ahí no tomáis parte, porque seguís trabajando hasta que el cuerpo os aguante.

El mundo gira y no para junto al tic tac del reloj, y vosotras, donde estéis, siempre al pie del cañón...

Cuántas horas en la cocina con la vajilla por medio, y vosotras, con las manos, la preparáis con esmero...

Jamás nosotros dudamos de vuestro trabajo constante: ¡cuándo llegará el día para que la mujer descanse!

Nunca se os ponen medallas, tampoco recibís ningún premio: pero estamos aquí a reconocer vuestro esfuerzo.

Todos los hombres presentes somos hijos de mujer, y por eso os pedimos dejaros amar y querer...

Y si alguna nos faltara (no quiera Dios que así sea) nos sentiríamos tristes por el vacío que deja...

Este escrito no contiene ni piropos ni cartel: es un reconocimiento al trabajo de la mujer.

Graffiti realizado por RONE

LAS OLAS DEL DANUBIO

En las aguas del Danubio mi ilusión se despertó: te conocí, mujer, y llamaste mi atención.

Noté al mirar tus ojos que algo había entre los dos, mirada disimulada inclinada hacia el amor.

Y seguíamos navegando, la pasión nos invadía... no podíamos olvidarnos ni de noche ni de día.

Y te declaré mi amor cuando estabas a solas: era un lugar perfecto con el vaivén de las olas.

Y no olvidaré aquel día en que tuvimos el encuentro, y las olas del Danubio quedaron para el recuerdo.

PARA NUESTROS NIETOS

La ilusión de ser abuelos nosotros la vimos cumplida al ver nacer nuestros nietos para alegrarnos la vida.

Cuando nació José Antonio el mundo se nos abrió, cuando vimos a aquel niño que nos llenó de emoción.

Después, cuando vino Sandra para nosotros fue un placer, ahora es un orgullo mirarla y verla crecer.

Y qué decir de Javier, un niño fuerte y sano; no hay gozo más grande que tenerlo en nuestros brazos.

Vuestros padres están orgullosos de ver nacer a sus hijos, y nosotros, los abuelos, les damos todo el cariño.

El destino nunca se sabe: hay que estar preparados; que Dios sea quien os guíe y os libre de todo lo malo.

Bratislava desde el Danubio LA CREACIÓN PERFECTA

De la costilla del hombre Dios creó a la mujer: de cara le salió perfecta... el resto para enloquecer.

Y es que el cuerpo femenino hay que ver lo bien que está sea mirado de frente u observado por detrás.

El cuerpo de la mujer ha sido creado para gustar, nos ilusiona y sentimos el colmo de la felicidad.

Fue la creación divina que el cielo nos envió: podemos tener muchas cosas pero no hay nada mejor.

La mujer para nosotros es la persona deseada, y sentimos junto a ellas ilusiones y alabanzas.

Y para el gozo del hombre no hay nada mejor que el tener a su lado con quien compartir el amor.

Hay que ver qué lindas sois con vuestros cuerpos y vuestro aire... Nos enamoramos los hombres por vuestras formas y arte.