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21 de julio de 2013
Yahualica, Jal.
CANTAMISA DEL PADRE MARCO ANTONIO BECERRA
Por: Luz Ma. Mora Gómez
D
esde temprano se sintió el ambiente festivo en Yahualica el día 4 de julio de 2013; el templo parroquial de la Inmaculada lucía como nunca: elegante cortinaje pendía desde lo alto, bellos arreglos florales adornaban el santo recinto. Los agentes de pastoral acompañados de su párroco, preparaban los detalles, campanas a vuelo anunciaban que el Señor se sigue mostrando generoso con este pueblo, al consagrar a un hijo de esta comunidad. “SEAN PASTORES CON OLOR A OVEJA” ( S.S. Francisco) Esta frase recia que dijera el Papa Francisco el pasado jueves santo, se encontraba en una lona en la entrada del atrio parroquial de la Inmaculada Concepción en Yahualica y me pareció más que una bonita expresión, un fuerte llamado a los sacerdotes; y qué bueno que el nuevo presbítero Marco Antonio, la eligió para iniciar su ministerio con la actitud de ser un sacerdote cercano a todos. Y TODO LISTO PARA LA FIESTA Fueron llegando los paisanos desde temprano para alcanzar buen lugar, los seminaristas, tanto del seminario mayor como los que cursan el año introductorio en el Ojo de Agua (Arandas) se hicieron presentes; amigos y bienhechoras no podían faltar, sacerdotes de todas las edades acompañaron en espontánea muestra fraternal. El canto de entrada entonado por el coro, fue el telón que iba levantándose lentamente para iniciar la Acción de Gracias por el don del sacerdocio; y así, entre solemnes acordes y prolongado aplauso, recibimos al nuevo sacerdote, a sus compañeros y demás concelebrantes. Los familiares del Padre Marco Antonio de Jesús emocionados participaron en esta primera Misa; especial momento esperado por tantos años y donde se ve el fruto de tanto esfuerzo, sacrificio y sobre todo de ardua oración que día a día entretejen y van fraguando la vocación. SER PADRE El P. Luis Manuel González Medina predicó y nos hizo reflexionar en varias cosas, mas llamaron mi atención las siguientes: “Marco, la gente nos busca
más por la misericordia que podamos dar, que por nuestra preparación o por nuestra elocuencia, etc. Aparecida nos da algunas aclaraciones sobre lo que debe vivir el ministerio sacerdotal y el Papa Francisco nos recuerda que nosotros no somos funcionarios de servicios religiosos, somos padres que engendran y acompañan; el funcionario se encierra en el templo, el padre, es el hombre que sale a las periferias territoriales y existenciales; el funcionario celebra la misa y se desocupa, el padre es el que celebra la vida de Dios y la vida cotidiana de las personas; la vida del sacerdote debe pasar entre el altar y la vida de los fieles; el funcionario se enajena en el Internet, el que es padre propicia un diálogo evangelizador; el funcionario es colérico y regañón, el padre es manso y tiene un corazón humilde; el funcionario selecciona a los ricos para beneficiarse de ellos, el padre sabe seguir a Cristo con los pobres, los humildes; el funcionario es ansioso, el padre es un hombre sereno; el funcionario reza, el padre ora por su pueblo y con el pueblo; el funcionario es un amargado, el padre es un hombre santo, feliz, un hombre de Dios. Y la pregunta para nosotros es ¿qué somos? ¿Padres o funcionarios? ¡Bienvenidos al presbiterio! Sean padres bien padres, los necesitamos; en sus manos de sacerdotes jóvenes hemos visto cómo cobra equilibrio el espíritu, la paz del cielo y cómo por sus labios
la fuerza de la palabra cobra armonía y respira la paz del cielo y con esa fuerza de la palabra, el desesperado cobra aliento, el moribundo tiene esperanza y sabemos que en sus ojos de sacerdotes todo el universo se hace transparente. Y a tí Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción te consagramos el ministerio sacerdotal del padre Marco y sus compañeros sacerdotes”. REVESTIDO EN EL SEÑOR Un emotivo momento fue cuando su mamá Alicia y su bienhechora Gema, entregaron al padre Marco Antonio, el cáliz y la casulla bellamente bordada por diestras manos yahualiscenses; y una vez revestido dignamente, surgió el milagro: Dios se hizo presente en la Eucaristía por primera vez en las manos del neosacerdote que con fervorosa emoción elevaba tembloroso la Hostia Consagrada. TOCASTE MIS MANOS Al finalizar la Santa Misa el Padre Marco Antonio con corazón agradecido dirigió poéticas palabras y recordó cómo al escuchar un canto vocacional sintió el llamado de Dios. Expresó: “Tocaste mis manos desde mis primeros años por medio de las manos de mi madre, gracias madre porque tú me enseñaste a querer a Dios. Gracias porque tocaste mis manos Señor, en la figura de mis abuelos, gracias porque al escuchar el
martilleo sobre la piedra que mi abuelo moldeaba, siempre recordaré que sobre el molcajete mi vida se comenzó a cocinar”. Agradeció de manera especial a sus tía Ramona catequista y expresó que a ella le debe gran parte de su vocación. También hizo alusión a muchas personas que durante su vida han dejado honda huella en su persona: amigos sacerdotes, familiares, bienhechoras y tantas personas de las comunidades donde ha trabajado en estos años de formación. Y Terminó exclamando: “¡Gracias Señor, porque toda mi vida tocaste mis manos!” Después, oramos de rodillas ante la imagen del Sagrado Corazón y pedimos por las vocaciones y los sacerdotes. TODOS INVITADOS Luego fuimos invitados al banquete preparado con esmero y ambientado con música de mariachi; fueron momentos de compartir alimentos, saludar a los amigos y posar para las fotos del recuerdo. Y así entre música y amena charla, finalizó la fiesta. Este acontecimiento que es motivo de alegría y orgullo para Yahualica debe ser también compromiso de oración constante por todos los sacerdotes nacidos en este terruño; una vez más constatamos que la sangre de San Román Adame vertida en este lugar, sigue siendo semillero de vocaciones.