Memorias de un tributo (2012 - ∞) (PARTE 2 DE 2)

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JOAN G.

lo ve: dentro de un jarrón de flores secas se halla una rosa blanca perfecta. Una promesa de venganza inminente del Presidente Snow. Sale de la casa, exaltada, y entra en el aerodeslizador. Siente el impulso de contar que Snow le ha dejado una rosa, pero la tomarían por loca, y le darían más medicamentos. Nadie sabe que no es sólo una rosa. “Significa que tenemos un asunto inacabado. «Puedo encontrarte, puedo llegar hasta ti, quizá te esté observando en estos precisos instantes»”. (II) Bonnie y Twill no lograron llegar al 13. Desde hace 75 años, la gente del 13 desarrolla sus instalaciones bajo tierra. El 13 era como refugio clandestino de líderes gubernamentales en caso de guerra. Su gente trabajaba en el programa de desarrollo de armas nucleares del Capitolio. Aprovechando ese recurso, hicieron un trato con el Capitolio mientras les apuntaban con los misiles: nos hacemos los muertos, y nos dejáis en paz. Sus ciudadanos tienen un horario estricto. Se lo “imprimen” en el antebrazo cada mañana. Katniss no lo sigue, se limita a vagar por el lugar, a esconderse en armarios... La han clasificado de “mentalmente desorientada”. Los odia a todos, y más a sí misma. Ella y su familia están en el compartimiento 307. Le lleva el gato a su hermana, etc. Gale informa de que les necesitan a los dos en la Sala de Mando, y Katniss se teme que vaya a ser otra, como le llama ella, “sesión sinsajística”. La sala está repleta de alta tecnología: pantallas por las paredes, mesas con cuadros de control... Todos están reunidos alrededor del televisor. Katniss se sorprende al ver que quien está en pantalla es Caesar Flickerman. Y el entrevistado es Peeta Mellark. “Imagino que no pensabas volver a entrevistarme, Caesar”. Peeta recalca que su plan era entrar en la arena, salvar a Katniss y a su hijo. Pero se ve que había otra gente con otros planes... En cuanto a él, parece sano, tiene buen aspecto. Por ahora... Caesar le pregunta por la última noche en la arena. Peeta le describe la sensación de estar encerrado en esa arena, el reloj que marca las horas de vida que te quedan. Muchas muertes en muy poco tiempo. “Salvo uno, el vencedor. Y tu plan es procurar no ser tú”. “Te cuesta la vida”, Caesar. “Oh, no, te cuesta mucho más que la vida. ¿Matar a gente inocente? Te cuesta todo lo que eres”. 264


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