Estudio arqueológico de la fachada este del oratorio de Abd al-Rahman I en la Mezquita de Córdoba.

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Guadernos de Madinat al -Zahr谩'

Vol. 4

C贸rdoba, 1999


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ECI SONUECIVIIf


O Junta de Andalucía. Consjería de Cultu¡a (O

l-os autores.

Imprenta San Pablo, S. L. - Córdob¿ Sot Ángela de ia Crtz, 1.2 - TeLéfono 957 283 JO6 ISSN:1139-9996 Depósito Legal: CO. 6041 1999


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AVANCE DE RESULTADOS DEL ESTUDIO ARQUEOLOGICO DE LA FACHADA ESTE DEL ORATORIO DE ABD AL-RAHMAN I EN LAM.EZQUITA DE CORDOBA PEDRO MARFiL F.UIZ. Unit,a'sirlad

de

Círdoba

I. INTRODI]CCION El objeto del presente artículo es dar a conocer el resultado del estudio arqueoiógico realizado en la zona exterior de Ia fachada este del o¡atorio de Abd al-Rahman I en la Mezcluita de Córdoba. La Intervención Arqueológica cie Urgencia fue realizada por encargo del Cabildo Catedralicio como paso previo a la ejecución del proyecto de renovación del forjado. Era conveniente emprender tareas

previas de estudio arqueológico del sótano allí existente de cara a ampliar el conocimiento del edificio y que dicha información sirviese a su vez de apoyo al proyecto arquitectónico.

La zona de actuación

se enclrentra ubicada en

el interior de la sala de oración de la antigua mez-

primitiva línea de este dei oratorio cle Abd al-Rahman I y la

qr-rita cle Almanzor, entre la fachada

primera andanada de columnas de la primera nave de Almanzor, ocupando pues el ancho de una nave. Su longitud viene delimitada, en un lado, por la

capilla existente al Norte -capilla de la Epifaníay, en otro, por Ia presencia del altar mayor de la Catedral. Los restos arclueológicos conservados fueron excavados en los años 30 por D. Félix Hernán-

dez,

c1r-rién

realizó dicha labor con el objeto de

estudiar la fachada del oratorio de Abd al-Rahman I. El estudio del a¡chivo personal de este arquitec-

to, conservado actualmente en el MAPCO, ha aportado mlly escasos datos sobre Ia actuación reaIizada por él en la zona. Sólamente hemos podido

Localizar un croqr-Lis realizado a mano alzad.a con mediciones de las estrr-rcturas. La información, por ello, se ve reducicla a los comentarios que realiza en artículos acerca de1 estudio general de la Mezquita cordobesa y por escasas referencias l¡ibliográficas de otros autores (1). Era, pues, neces¿rio acometer un estudio arqueológico de lo excavado para dar a conocer a la comunidad científica la existencia de estos restos, dada slr enorme importancia para la arqr-reología medieval islámica y para el esrudio de la Mezqtrica. La afección al stLbsuelo por parte de la excavación de F. Hernández es irregular, estando en algunos puntos excavado hasta una cota de más de 3 metros de proftrndidad; en otras zonas, en cambio, la cota excavada es mucho menor. Con r-rn criterio muy avanzado y con visión de fi-rtr-rto F. Hernández conservó como sótano ios hallazgos realizados. La cubrición de la cata consistió en la realización de un forjado de hormigón armado sobre

vigas cle hormigón con alma metálica, colocadas transversalmente al sentido de la nave y de la cata. La mayor parte de las vigas presenta una altura de 0,30 mts. y un grosor de 0,18 mts., siendo el forjado de 0,12 mts. En sus apoyos del lado oriental, las vigas van arriostradas por muretes de ladrillo que descansan sobre Ia cimentación de la primera andanada de coh-rmnas de Almanzor. Los apoyos de las vigas los resuelve o bien apoyando sobre la fachada este de la Mezquita y sobre la cimen-

t7t


tación de Almanzor, o planteando pilares de apoyo en los casos en los que no era posible la primera solución. Se colocan de esta forma 17 vigas.

II. ESTADO PREVIO DEL YACIMIENTO. GENERALIDADES Con anterioridad a las obras de rehabilitación,

el yacimiento presentaba como características generales la existencia de un sótano excavado en la

primera nave de la ampliación amirí, ocupando una extensión del ancho de una nave y una longitud que va desde las capillas existentes en el muro norte hasta la catedral. El acceso se redjzaba a uavés de una trampilia de madera existente en el extremo norte de la cata, junto a la cancela de entrada de la capilla de la Epifanía. La zona norte se encontraba excavada hasta r-rna mayor cota de profundidad, ascendiendo la cota hacia el sur de forma escalonada. Presentaba un forjado sobre la zona excavada elaborado con viglietas metálicas recubie¡tas de hormigón, colocadas transversalmente a la nave, y sobre Ias que apoyaba un forjado de hormigón armado. Debido a que el hierro no estaba tratado con protección alguna fue ataca-

do de forma intensa por la fuerte humedad que presenta Ia cata, oxidándose ei hierro y cuarteándose el forjado por ello. Ha de tenerse en cuenta que se trataba de una de las primeras aplicaciones de hormigón armado en la construcción cordobesa. Esta de¡¡radación del forlado supuso la necesidad de apuntalarlo, enconrrándose el interio¡ del yacimiento al inicio de los trabajos ocupado por gran núrmero de puntales metálicos, los cuales en gran parte también estaban deteriorados, sobre todo en los tablones que servían de apoyo superior. Dicho apuntalamiento impedía un estudio adecuado del yacimiento y dificultaba el paso en el interior. Las condiciones de humedad del interior hicieron necesario colocar rejillas en el forjado en l99J para favorecer Ia ventilación, así como renovar los apuntalamientos.

sión y depósito entrelazados con alteraciones del paisaje efectuadas por e1 hombre medianre excava-

ción y actividad edilicia. Con relación al estudio de la estratigrafía muraria se han empleado fichas de registro basadas en el modelo codificado por el Instituto Central para el Catálogo y la Documentación de ltalia, así como en Ia utilizada por R. Parenti en Siena, en Ia qr-re modifica algunos aspectos de la anterior (2). Se

han perseguido en Ia actuación como obje-

tivos principales Ia ubicación crono-esrrari gráftca de estructuras, estratos e interfacies, la valoración de la potencia estratigráfica del yacimiento y sus características generales de estratificación, el estudio exhaustivo de estructuras en sí mismas y en relación con la espacialidad del edificio y la valoración de los restos hallados y su importancia para la historia y arqr-reología de la Mezquita. Para la consecución de estos objetivos se han realizado las siguientes actividades arqueológicas: limpieza de la cata existente bajo control arqueológico; documentación gáftca, tanto planimétrica como forográfica, de plantas y alzados, con su interpreración

estratigráfica reahzación de sondeos puntuales en aquellos lugares necesarios para la interpretación de los restos, cuya ubicación y dimensiones se decidieron tras la limpieza en función de las necesidades que planteó la investigación. Con respecro

a Ia documentación planimétrica del yacimiento hemos de destaca¡ la realización de trabajos encaminados a la perfecta ubicación espacial de los elementos. Como actuación destacable a nivel de técnica de representación hemos de referirnos a la colocación de un sistema de referencia aérea a lo largo de toda la zona excavada.

rrr. LA TNTERVENCTÓN ARQUEOLÓCICA

El equipo técnico ha estado compuesro por el arqueólogo director Pedro Marfil Ruiz, la dibujante Carmen Sampedro y los técnicos diplomados Manuel Rodríguez y Alicia GonzáIez de Quevedo Herranz. El tiempo estimado de actuación era de 40 días laborables, ampliados hasta 60, aunque los últimos 20 días no han repercutido en el presupuesto de ejecución. La ejecución material ha corrido a cargo del Cabildo Catedralicio.

La técnica de excavación arqueológica tttlizada por nosotros se ha basado en el método Harris, por 1o que se atendió de manera especial al estudio del proceso de estratificación, considerándolo como un conl'unto de modelos naturales de ero-

contemporáneo, se procedió a Ia limpieza exhaustiva de la zona excavada por F. Hernández, a Ia toma de datos de campo acerca del estado previo del yacimiento y a su documentación gráfrca y planimétrica. Se procedió, entonces, a real,izar Ia

r76

Una vez eliminado el forjado de hormigón


excavación puntual en aquellas zonas que ofrecían posibiiidades de obtener información estratigráfica, ya inexistente en el resto de la zona de estudio. Uno de los sondeos (n." 1) se rcah.zó junto a la escalera situada en el extremo sur, siendo su objetivo el documentar a nivel de cimentación dicho elemento y su relación con la calle de Abd al-Rahman I. Otro sondeo (n.' 3) se realizó en la calle de Abd al-Rahman I de cara a obtener información

estratigráfica de los niveles anteriores a dicha calle. Otro sondeo (n." 2), ya de mayor entidad, es el planteado en Ia segunda nave de Almanzor, en la prolongación de la sala de abiuciones de Hisham I, con el objetivo de comprobar la continuidad de la misma. En el tramo norte de Ia z<¡na excavada se pudo comprobar la existencia de un enlosado de calle, que fue posteriormente excavado en extensión.

IV. PERÍODOS Y FASES HISTÓRICAS

estructura para facilitar el paso a través de esta zona de la cara, ya que el cimiento corrido entre los dos pilares del arco transversal lo cortaba. Colocó vigas metálicas arriostrando ambos lados del cimiento afectado, a pesar de 1o cual el arco transversal acusa grietas en su clave. Otro aspecto de interés en este acondicionamiento de la cata es

el revestimiento mediante enfoscado de cemento Ilevado a cabo para consolidar la cara oeste del cimiento corrido de la primera andanada de la ampliación de Almanzor.

IV1.b.

Fase.r.

X1X

Las unidades estratigráficas pertenecientes

a

este período fueron documentadas en el sondeo 2 y se relacionan con el uso de esta zona como lugar de enterramiento católico. Destaca la documentación de un enterramiento en ataúd en fosa simple, así como de una fosa común más antigua que el ataúd.

DOCUMENTADOS han documentado elementos estratigráficos pertenecientes al período Contemporáneo, con las fases s. XX y s. XiX; al período Edad Moderna, con Ias fases s. XVII y s. XVI; al período Bajomedieval, con las fases s. XV y s. XIV; al período Califal con las fases de Almanzor y de al-Hakam II; al período Emiral con las fases ss. IX-X, Abd

IV.2. Período Edad Moderna

Se

al-Rahman

II, Hisham I y Abd

al-Rahman

I;

al

período Romano y al período Geológico.

IV.1. Período Contemporáneo Del período contemporáneo

se

han diferencia-

do 106 unidades estratigráficas: 102 de Ia fase s. XX y 4 de la fase s. XIX. IV.

l.a,

Fase

¡.

XX

En la fase s. XX destaca principalmente el forjado construido por F. Hernández, que fue eliminado durante los trabajos y posreriormente sustituido por Lrn forjado nuevo. Los apuntalamientos colocados en momentos muy posteriores a las obras de F. Hernández rompían, en algunos casos, determinados elementos arqueológicos. Dentro de las obras de adecuación de la cata para su visita realizadas por F. Hernández encontramos el corte realizado en el cimiento renacentista, donde efectúa la demolición de parte de esta

Del Período Edad Moderna

se han diferencia-

do 50 ¡rnidades estratigráficas, en dos fases: la fase s. XVII con 6 unidades y la fase s. XVI con 41 unidades.

IV.2.a. Fase s.

XVII

En esta fase destaca la construcción de una cripta o enterramiento abovedado que se ubica en la zona central de la superficie excavada. Su construcción produjo una interfacies de arrasamiento vertical qr-re afecta al cimiento corrido que arriostra los arcos renacentistas. Posiblemenre se trara de parte de un enterramiento abovedado o peqlreña cripta que fue desmontada por los trabajos de F. Hernández. EI lateral norte es lo que se ha conservado de esta estructura así como el arranque de la bóveda de medio cañón. Conserva t hiladas de

ladrillo de pared y t hiladas de ladrillo en el arranque de la bóveda. lV.2.b. Fa¡e ¡.

XVI

Corresponden a esta fase todos aquellos elementos relacionados con la construcción de Ia catedral, como son la cimentación de uno de los muros y de uno de los pilares del altar mayor, así

como la rcorganización y renovación de arquerías en la zona de transición entre las naves de IaMez-

t71


quita y el altar mayor. También en relación con esta renovación encont¡amos un arco transversal a la primera nave de Almanzor.

En cuanto a la cimentación del muro del altar mayor de la catedral, se documenta en una iongi-

tud de 3,53 mts., en disposición transversal

al

sentido de la nave de Almanzor. Presenta una base elaborada con sillería y tierra apisonada. Intervienen en su composición sillares a tabla, a tizón y fragmentos de sillares. Presenta u,na z^rpa de 0,61 mts. Sobre esta base se dispone una capa de nivelación, con una potencia de 0,,10 mts., compuesta por tierra apisonada con abundante cal, arcillas, gravas y fragmentos cerámicos. Sobre ésta se dispone la hilada inferior, de sillarejos dispuestos a soga, rehundida con respecto al plano de la zona

superior del cimiento. La siguiente hilada es de sillería dispuesta a soga. La sigr-riente es la hilada superior de nivelación del cimiento, elaborada con sillarejos colocados en el mismo plano que las hiladas anteriores. Asociados a esta cimentación encontramos restos de la cimentación de uno de los pilares de la catedral, el cual presenta una hilada base que a pesar de continuar en línea Ia hilada del cimiento del muro del altar mayor sobresale de forma escalonada con respecto a dicho cimiento, ensanchándose de oeste a este. Apoya sobre el contrafuerte de la esquina sudeste de la mezquita de Abd al-Rahman I, sobre su interfacies de arrasamiento. Está elaborado con sillares a soga. Sobre ésta se coloca una hilada de nivelación que sobresale con respecto al plano del muro. Con respecto a la reorganizacrón y renovación de arquerías, hemos de decir que se constata Ia alteración de la organización de arcos de Almanzon para adaptarla a la nueva espacialidad de la mezquita impuesta por la construcción de la catedral y la destrucción de parte de Ias estructuras islámicas. Se han estudiado dentro de la intervención varias columnas de este momento constructivo, destacando la continuación de la técnica de Almanzor en su factura, tanto a nivel de cimientos como de alzados, incluido el aparejo del arco. Algunos de Ios fustes están elaborados con ¿¡ranito y sus dimensiones han sido diseñadas exprofeso para ser colocados en cada lugar concreto. Lo observamos por ejemplo en la columna del primer arco desde el sr-rr que presenta fuste de granito, material que revela su distinta procedencia con respecto a los fustes utilizados en las fases de cons178

trucción de la mezquita cordobesa, estando elaborado expresamente para la fábrica de la catedral. Otra característica peculiar es su mayor longitud con respecto a los fustes islámicos, ya que están realizados a medida para apoyarlos directamente en estructuras anteriores que actlrasen como cimentación. Así, vemos cómo este fuste apoya directamente en el muro de fachada este de Abd al-Rahmán I. La segunda columna presenta las mismas características que la comentada. En la primera andanada de columnas de época de Almanzor también se observan claros indicios de esta renovación de arquerías, como en el fuste de columna adosado al pilar de la catedral, o en la columna que se ubica en primer lugar contando hacia el norte, elaborada con elementos reutiliza-

dos de las desmontadas de Ia ampliación de Almanzor. En esta reorganización se eliminan los pilares que conformaban la traviesa de Almanzor, arrasándolos hasta la cota de suelo, Io cual se apre-

cia a través del registro realizado por F. Hernández. La eliminación de las traviesas de Almanzcir supuso la construcción de arquerías que continúan

el ritmo general, pero que no guardan relación con lo preexistente. Se produce el arrasamiento hasta cotas de solera, por lo que no se destruye totalmente la evidencia arqueológica de su existencia. Es curioso observar cómo la primera de las columnas colocadas por Hernán Ruiz en Ia primera andanada presenta basa, elemento extraño a la

primitiva organización de las columnas en las arqr-rerías de la mezquita de Almanzor. Sin embar-

go, slr uso en este caso puede venir dado por la necesidad de calzar el fuste reutilizado. No creemos, por tanto) que tenga relación directa con un elemento más antiguo preexistente, aunque se use una losa de piedra que sirve de cimentación a la basa, siguiendo la técnica islámica, sobre un relleno de base que apoya en el cimiento. El arrasamiento sobre el cimiento corrido de la primera andanada de la ampliación de Almanzor, debido a la nueva colocación de Ias columnas de la zona cercana al altar mayor de la catedral, afecta de forma desigual pero en general supone el arrasamiento hasta unas cotas de nivelación similares a la cota islámica.

La siguiente columna sigue en su diseño la técnica islámica de la ampliación de Almanzor, situándose entre el capitel y el fr-rste una placa de plomo, así como entre el fuste y Ia base. Una losa


un relleno de argamasa de ca1 y apoya sobre el cimiento corrido de la primera andanada de Almanzor. Es destacable cómo el arrasamientc-r del cimiento corrido para Ia colocación de dicha columna ha dejado evidencias de la organización islámica. En concreto hablamos del agujero qr-re indica la posición que ocupaba la losa se coloca sobre

de base correspondiente a la primitiva coh-rmna de

la traviesa de Almanzor en sr-r lado N. Esta interfácies reviste una enorme importancia de cara a valorar la ubicación de l¿rs columnas que enmarcaban las traviesas de Almanzor. Indic¿r sin lugar a dudas que dichas traviesas llegaban a oclrpar Lrna distribución igual en todo el ancho de la ampliación amirí. En el archivo de F. Hernández se conserva Lrn croquis de este elemento en planta y r,rna anotación en la qlre se indica clue se halló en su interior la placa de plomo que suele colocarse en los fustes de Almanzor como elemento de unión entre las piezas que 1o constituyen. Se ha documentado Ia evidencia de l¿r marca de Ia colocación de otra de las losas de base correspondiente a Llna

de las primitivas columnas de 1a t¡aviesa de Almanzor. Se produce por la reubicación de las arclu.erías un¿1 vez eliminad¿rs las traviesas. Afecta

tanto a la antigr-La base de la columna como a la propia cimentación corrida de la andanada de Alnlrnzor en \u /onr su¡erior. Otro elemento perteneciente a este período es Lln arco coLocado en disposición ttansversal a la primera nave de Almanzor. Se ha documentado sr-r cimentación, la cual en origen presentaba cimiento co¡rido de tierra apisonada. En su apoyo oeste se ¿rdosa al machón de Almanzor y su interfacies de arrasamiento se produce para cimentarlo. Si por una parte se observa que blrsca el apoyo del muro de fachada de la mezquita de Abd al-Rahmán I, por otra, debe bajar hasta alcanzar cotas cle la meseta de I¿r escalera. afectando de esta forma a la cara sur dei contrafue¡te y al andén, así como a l'¿ zona superior del contrafuerte. Se t¡ataba en origen de un cimiento corrido, estando unidos los lados este y oeste del arco transversal cle Ia cated¡al. Hemos de destacar que la zanla de cimentación de I cimiento corrido alcanza hasta las cotas de base de la segunda hilada clel andén del mr-r¡o de f¿rchada de al-Hakam II, lo clue indica que la primera hilada se encontraba desmontada de antigLlo.

IV.3. Período Bajomedieval EI Período Bajomedieval presenta diez unidades estratigráficas, cle las que cinco fertenecen a la fase s. XV y cinco a la fase s. XIV.

IV.3.a. Fase ¡.

A

XV

esta fase clebe pertenecer la cimentación de

la capilla de la Epifanía, capilla cristiana que se ubica en el extremo norte cle Ia primera nave de Almanzor. La zona supe rior de la cimentación presenta una fábrica a base de un reileno en tongadas de cal y cantos vaciadc: en zanja simple. El muro base de la cimentación apoya sobre e1 nivel de suelo de Abd al-Rahman I y su cara está retranqueada con respecto a la zona superior. El aparejo

que presenta es de obra mixta con alternancia de sillarejos y ladrillos. La hilacla superior es de sillarejos, tras la cual aparecen dos hiladas de ladrillos, mientras que la hilada inferior es nuevamente de sillarejos. El Iecho de colocación del cimiento es

de tie¡¡a apisonada y se sitíra directamente sobre el nivel de sr-reLo de Abd al-Ral-rman I. Po¡ otra parte, y dent¡o del sondeo 2, se documentaron dos unidades estratigráficas de esta fase, en concreto un agujero y sr-r relleno, que cortaba un suelo cle almagra hallado en esta zona. Hemos de destacar la aparición de restos materiales con esta cronología, en concreto un azulejo,

un fra:j-

mento de loza blanca y una escudilla vidriada. Puede corresponder a una mejora del terreno para asentar la solera existente antes de las ob¡as de F.

Hernández. IV.3.b. Fa.¡e.r. X1V Pertenecen a esta fase cinco r-rnidades estratigráficas, todas ellas dentro del sondeo 2. Hemos de destacar la constatación de la existencia de un suelo de almagra. Este nivel de suelo presenta una preparación a base de tierra arcnosil, muy suelta y de granulometría muy fina. SLr potencia es irregular, alcanzando en algunos puntos los 0,20 mts. Sigue la misma técnica constructiva qr-re la observada en el suelo de Almanzor en Ia zona excavada por nosotros de la capilla del Baptisterio. Presenta Lrna gruesa capa de almagra, muy alterada, que conserva un color rosado. También de esta fase es un estrato detectado en el sondeo 2. el denominado como U.E.2006, complresto por tierra de coior gris oscuro, muy suelta, arenosa, de escasa poten-

t19


cia y extensión, así como los restos de una fosa comírn que se ubica en la zona noroeste del sondeo.

IV.4. Período Califal Pertenecen al Período Califal noventa y una unidades estratigráficas, de las cuales cincuenta y nueve pertenecen a la Fase de Almanzor y treinta y cuatro a la fase de al-Hakam II. 1V.4."t. Fase de A/utan¿ur

Esta fase se caracteriza principalmente por dos

por las piedras de encuadre de la calle en el relleno de base del enlosado de ésta tras ser extraídas. También se observa Ia extracción de algunos siliares que se manifiesta en el agujero dejado por los mismos tras su desaparición, como la U.E.2I2, agujero resultante de la extracción de un sillar junto a Ia vertiente norte de la escalera. Ni que decir tiene clue el arrasamiento mayor se ha observado en la zc¡na norte de la superficie estudiada, que es donde la extracción de materiales constrLlctivos llega a arrasar totalmente el andén de la reltorma Je al-Hakam II.

Del segundo grr-rpo de elementos,

es decir,

grupos claros de unidades; por un lado las relacio-

aqr-rellos qlre tienen qlre ver con la construcción de

el desmonte de 1o preexistente y por otro, aquellas qLre tienen que ver con la construcción de la mezquita amirí. Del primer grupo de elementos podemos referirnos a la necesidad que tenía Almanzor de crear unos huecos de comunicación entre la mezquita primitiva y su ampliación. Se prodr,rce por tanto el arrasamiento de Ia fachada este de Abd al-Rahman I en los huecos abiertos hasta alcanzar las cotas del nivel de suelo de la mezquita, así como

la propia mezcluita amirí, podemos citar la docu-

nadas con

el arrasamiento con esta misma cota de la mezqui¡a de Abd al-Rahmán I. También se da el arrasamiento de parte de las estructuras preexistentes para proceder a la reutihzación de los materiales constructivos. Hemos de pensar en la necesidad de utilizar Lrna enorme can-

tidad de sillares en los cimientos corridos de las andanadas de Ia ampliación amirí. Encontramos, por ejemplo, un estrato de picadura de piedra arenisca situado en la zona norte de la cata y sobre el suelo de Abd al-Rahman I y sus reparaciones, que debe corresponder a la acumulación de sedimentos resultantes del robo de sillares del andén de alHakam II por parte de la obra de Almanzor. Su existencia nos indica qlre Almanzor extrae dichos sillares y excava el arrecife hasta las cotas de la antigua calle de Abd al-Rahman I. Se documenta también Ia zanja de robo procedente de la extracción de las piedras que formaban el andén de la reforma de al-Hakam II. Afecta a la primera hilada de sillares de dicho andén, y se ubica principalmente en la zona norte de la cata. Los materiales que colmatan dicha interfacies pertenecen a esta cronología. Es destacable asimismo la interfacies vertical que queda en el estrato IJ.E.I93 tras Ia extracción de los sillares, es decir la marca dejada 180

mentación de elementos directamente relacionados con la traviesa de Almanzor, que coincide en línea con el antiguo eje transversal existente entre la primitiva qihl,z de Abd al-Rahman I y la ampliación de Abd al-Rahman II. Hemos denominado como U.E.121 a la cimentación de la traviesa de la mezqr-rita de Almanzor que se encuentra ubicada en el ángr-rlo SE de la cata. Quedaba el registro, señalado por losas de mármol, realizado allí por F. Hernández entre los arcos de Ia catedral para indicar su existencia. Elaborado a base de tizones, su cota lógicamente es superior a la del cimiento corrido de la andanada y su plano sobresale respecto a éste. Se documenta en lo excav¿do solamente la mitad norte de dicho arranque. Por

una parte se enclrentra afectado por la interfacies U.E.18,1 desde un momento original de Ia fábrica, y por otro por el arrasamiento sufrido durante la construcción de la catedral (U.E.124). Se documenta por tanto sólo en una longitud de casi 1,00

mts., y en una altura de 0,41 mts., ya qlre se asienta directamente sobre Ia cimentación de la andanada de Almanzor por lo clue no alcanza cotas

inferiores en su desa¡¡ollo. Se encuentra arrasada

por la U.E.124, arrasamiento a través del cual se eliminó como elemento emergente. Se han documentado tres sillares a tizófi pertenecientes a esta unidad.

También ha sido documentado el sistema constructivo seguido por Almanzor a nivel de diseño de las cimentaciones de las andanadas de columnas. así como a nivel de alzado de las mismas. Con respecto al cimiento, hemos de decir que se organrza por medio de un mluo corrido de sillares dispr-restos a tizón, culminado por una


hilada de sillares dispuestos a tabla (U.E. 1,13) que sirve de asiento a las columnas y las arriostra

a nivel de subsuelo. La U.E.179 consrituye la cimentación de la primera andanada de columnas de la ampliación de Almanzor, en la zona que ocupa la cata investigada. La longitud de la cata es de 34,80 mts., de los cuales prácticamente todo su lado E se encuentra ocupado por esta estrlrctura. F. Hernández aprovechó las características de la

cimentación de Almanzor para qr-re le sirviese como límite claro de la zona excavada. Los empujes laterales que podrían ocasionarse por hallarse el cimiento visto los solventó mediante Ias vigas y el forjado, así como enfoscó de cemento las jr-rntas

de todo el paramento. Se desarrolla el cimienro como muro corrido que arriostra las columnas. P¡ácticamente casi todo el aparejo se coloca a tizón, no estando regularizada su superficie o cara externa. En el primer tramo documentado, entre la col¡-rmna U.E.133 y laIJ.E.I32, es decir hasta el cimiento de los arcos de Ia catedral. se observa la presencia de tres hiladas y el inicio de una cuarta. Se trata de la zona excavada por F. Hernández, quien llegó aquí hasta esa cota. El motivo de no profundizar más en esta zona debió ser conservar en esta mitad el testimonio de la calzada de alHakam II. El módulo de tres hiladas en Ia zona ocupa una profundidad de 1,00 mrs. En el tramo

central de la cata también se documenta esra cimentación, que quedó oculta por el cimiento renacentista del arco transversal de la catedral. En este tramo se continíran, en general, las mismas características observadas en el tramo sllr de la cata, aunqlre en este caso han podido documentarse ,i hiladas. El mr-rro sur de la sala de abiuciorrcs de Hisham I representa un elemento de apoyo del

cimiento y de discontinuidad a la alineación de Ias hiladas en el tramo tercero o norte de la cata. Hay una hilada que continúa a la IJ.E.l43, sirviendo como base del asiento de las cimentaciones de las columnas. Se diferencia de esta hilada en

que mientras que ésta se coloca a tabla, la lJ.E.I19 en esta zona asciende en cotas apareciendo su aparejo a r1zón. Se trata solamente de 10 sillares a tizófi, y ocupa una superficie que va desde el cimiento U.E.149 hasta la línea que marca la discontinuidad de las hiladas de ia U.8.719, coincidente con el muro de la sala de abluciones. Tras pasar hacia el sur a partir del muro meridional de Ia sala de abluciones de His-

ham I, vemos qlre la excavación de la cata alcanza mayor profundidad por 1o que nos permite estudiar el cimiento en toda su potencia. En esta zona sur o tramo 3 de Ia cata alcanza una pote ncia de 8 hiladas y un relleno base . Las clratro primeras hiladas presentan las características ya conocidas en los tramos primero y segllndo de la cata, es decir fábrica de siilería con aparejo a tizón. Las hiladas quinta y sexta presentan ya la inclusión de algr-rnos sillares a soga. Las hiladas séptima y octava, así como el relleno de base de la cimentación, muestran la existencia de sillares reutilizados de mayores dimensiones qr-re los elaborados por Almanzor, y se utilizan también sillares a soga. La presencia del forjado en este tercer tramo de la cata impidió analizar adecuadamente ia posible existencia de algún tipo de estructlrra de nivelación como base de la cimentación de las columnas.

Hemos de destacar qr.re el cimiento se adapta a los elemerrros consrructiros preexisrentes. reu¡ilizando aquellos que presentan la posibilidad de asentar el muro corrido. Así pues, vemos cómo se apoya sobre el muro lateral de Ia fr-rente de abluciones sin romper el desarrollo de1 arquillo que permite el paso del agua de una fuente a otra por medio del canal. También puede verse cómo, al alcanzar cotas de los niveles geológicos de margas,

cambia la técnica utilizándose una zanja simple rellena de piedras de tamaño y forma irregulares. Con respecto al alzado de las columnas ha

podido documentarse la técnica constrlrctiva segr-rida, la cual es sin duda Ia que supera a nivel arquitectónico a cualquiera de las fases anteriores de la Mezquita. En concreto nos referimos a la composición y disposición de los elementos que articulan las andanadas. Los fi-rstes apoyan sobre Éiruesas losas de mármol o piedra caliza micrítica de la sierra cordobesa. las cuales se asientan sobre un potente lecho de argamasa de cal que les sirve para anciarse en el cimiento corrido que arriostra las columnas en cimentación. Este lecho de base se compone de un relleno de argamasa de cal con abundante arefia y gravilla, destacando su menor potencia con respecto a io observado en las colum-

nas renacentistas. Entre el fuste propiamente dicho y la Iosa de asiento aludida, la cual queda a cota de solera, se sitúa una pieza cilíndrica qr-re hace las veces de basa pero que no destaca con res-

pecto al fi-rste en su grosor ni generalmente en la 181


textlrra del material que los forma. Esta pieza de basa cilíndrica apoya directamente sobre la losa por Lrn lado, y por otro tiene Lrn disco de plomo que lo une al fuste. El mismo sistema aparece entre la zona superior del fuste y el capitel, es decir otro disco de plomo los une. Creemos que la utilización del plomo como elemento de unión ha posibilitado una mayor amortiÉiLlación de los empr-rjes, sirviendo como almohadilla entre los elementos rígidos, a Ia vez qlre como regularizador de los asientos de las piezas entre sí. También han aparecido restos arqr-reológicos pertenecientes a esta fase de Almanzor en el sondeo 2, los cuales revisten un especial interés debido a qr-re en este sondeo se conservaban elementos estratigráficos ya perdidos totalmente en la zona excavada por F. Hernández. Encontramos estratos asociados a los rellenos

de nivelación aportados intencionadamente por Almanzor para alcanzar las cotas de suelo del interior del oratorio. como ei estrato U.E. 2009 compuesto por tierra de color gris amarillento, muy suelta y arenosa. Lo mismo ocuffe con el estrato

U.E.2010, integrado por tierra de similares caracte¡ísticas clue llega a tener una potencia de 1,20 mts. Flemos de destacar la presencia en este estrato de cerámica con vedrío melado, con vedrío verde y con decoración de trazos verdes <,r castaños sol¡re melado.

Otro estrato documentado en este sondeo 2 y de la fase de Almanzor es la U.E. 2011: tierra de color gris verdoso, mr-ry suelta, arenosa, que colm¿rta el hundimiento de la calzada en la zona sur dei corte. Se trata de un estrato de nivelación de la calzada, sea o no intencionado, contemporáneo al último momento de uso de la misma. El hundi-

miento de la calzada de al-Hakam II en este punto se debe a que cedieron los rellenos de su base de colocación, mientras que no lo hizo donde apoyaba sobre el muro maestro de Ia sala de abluciones de Hisham I (U.E. 2014). Perteneciente a la fase de arrasamiento de lo

precedente y construcción de la ampliación amirí

U.E. 2020, horizonte constructivo c1r-re se ubica sobre el empedrado de la calzada. Es resules Ia

tado de los trabajos de demolición de la fachada cle la mezquita en esta fase. Íntimamente relacio-

nado con ello está Ia U.E. 2021 correspondiente al derrr-rmbe, resultado de Ia demolición de la antigua fachada y que se sitíra sobre el empedrado de

182

la calzada. Destaca la aparición de restos de decoración arcluitectónica emiral perteneciente posiblemente a la pr-rerta existente en la antigua fachada.

Un elemento estratigráfico que reviste un interés excepcional debido a la naturaleza de su formación y a los materiales en él hallados es ia rJ.8.2022. Es r-rn pozo neélro que corta al emped¡ado de la calzada y a la estratigrafía preexistente hasta ¿rlcanzar la cloaca que discurre bajo la pila de ablución. Su relleno aporta un abundante material cerámico y algunas herramientas de hierro, pertenecientes, probablemente , a elementos relacionados con el trabajo cle la made¡a durante la construcción de la mezquita amirí. lV.4.b, Fase

de

al-Hakarn

II

Las )4 unidades estratigráficas de esta fase pertenecen en su m¿1yor parte a la reorganización de la fachada y aI trazado del arrecife al exterior de ésta en época de al-Hakam. Encontramos Ia existencia de parte del empedrado de la calzada de al-Hakam II, tanto en el tramo sur como en el tramo central de la zona de estr-rdio, así como en el sondeo 2. Su ancho queda interrumpido por el cimiento corrido de la prime-

ra andanada c1e columnas de la ampliación de Almanzor, aunque ha sido documentado también en la se¿¡unda nave de dicha ampliación gracias a la excavación del sondeo 2. Se encuentra elaborado por medio de un empedrado conformado por losas de forma y tamaño irregular. Los materiales empleados son principalmente la piedra denominada ptrdinga o conglomerado, también Ia caltza

micrítica de la sierra de Córdoba o piedra

de

mina, así como cantos rodados de gran tamaño. extensión en anchura se prolonga debajo de Ia siguiente nave de la ampliación de la mezqr-rita Sr-r

por Almanzor. En Ia zona norte de la cata se encuentra perdida, posiblemente a causa de su desmonte por los trabajos llevados a cabo por la excavación de F. Hernández o por su arrasamiento en época de Almanzor, cosa que es imposibie de saber sin excavar en Ia zona cercana de la nave segunda ya que aquí la estratigrafía se encuentra totalmente perdida. Este empedrado se asienta sobre un lecho de colocación y nivelación arcilloso, y bajo él se desarrollan rellenos intencionados de nivelación para alcanzar cotas de sr-relo muy similares a las marcadas por ias reformas de Abd


al-Rahman II, aunque la naturaleza de estos rellenos y la presencia de materiales califales en ellos nos indican que en la zc:na sur y central de la cata se produjo una mejora del terreno, es decir la extracción de los rellenos preexistentes y un posterior aporte de sedimentos.

superior a Ias del encuadre de la calzada, lográndose de esta forma Ia transición hacia la siguiente unidad estratigráfica que alcanza las cotas que permitirían ocultar el antiguo andén ataluzado de

El encuadre de Ia calzada empedrada se realiza con la conformación de un andén. el cr-ral en la zona sur acusa el desmonte de su hilada superior; aLlnque en el tramo nofte se encuentr¿1 totalmente desmontado, en la parte central de la cata está en un relativo buen estado de conservación. Así, encontfamos en esta zona central de 1a cata un andén muy bien organizado qr-re sirve de encuadre al empedrado. La parte del andén que se encuentra a la misma cota que este empedrado presenta fábrica de sillería a soga y tizón: nueve tizones (IJ.E. 273) a partir del muro su¡ de la ttida'a y dos sogas (UU.EE. 272 y 271), separadas por un tizón (U.E. 214) y paralelas al sentido de la calle. Los sillares aparecen bien careados en la zona de contacto con el empedrado, mientras clue en las zonas internas presentan cortes irreguiares que originan huecos rellenos con fragmentos de pie-

mento de sillar a tabla, posiblemente alterado por las labores de construcción del cimiento de 1¿r

Jras y sillercs Jc cliverso tamaño.

En esta zona central de Ia cata se aprecia, pues, cómo estos elementos de encuadre se organizan apoyando sobre Ia hilada base del andén. Se denomina aquí esta base como U.E.278, asociada por tanto a la comentada U.E.230, presentando

Abd al-Rahman II. Se asienta sobre un estrato de relleno. Se documentan de sur a norte un frag-

catedral, tres silla¡es a tabla, varios fragmentos de

sillar que simulan un volumen similar al de los sillares anteriores y se enlaza con el muro sur de la mida'a a través de una pieza de transición clue se

ha denominado como rJ.E. 21 8. Sobre Ia U.E. 219 se dispone la U.E. 281. Se trata de ¡rna hilada de sillares de piedra arenisca dispuestos a tabla, con slr lado menor hacia el exterior. Con ellos se consigue alcanzar cotas para nivelar la zona del antiguo andén ataluzado de Abd al-Rahman IL En origen tendría 5 ó 6 sillares, de los cuales uno o dos se encuentran perdidos. Se asienta esta hilada sobre la hilada de t¿rblas 1J.8.219 y sobre un estrato de relleno. También dentro de la estructr-rra de andén hemos diferenciado la estructura IJ.8.281 , consistente en losas que se sitúran en el extremo norte de la U.E.281, tratándose del elemento de transición entre el andén y el muro de la sala de las abluciones, el cual reurilizan al construir el andén a la vez qr-Le arrasan en altura a la cota que era más adecuada. Se trata de la ntisma

hilada que la IJ.E. 279, pero adaptada al

lu¿¡ar

de

que ocupa en la obra. Encontramos una gran losa

cotas, alrnque no hay dudas de que pertenece a la

dispuesta a tabla con slr lado menor mostrandcr

misma operación de relleno de nivelación y

cara al exterior.

con respecto a ésta una ligera disminución

de

cimentación de la calzada. En esta zona se encllentra en gran parte oculta por la presencia de hiladas superiores del andén hacia el norte, así como se encuentra alterada hacia el sur a causa de la inci-

dencia del cimiento del pilar de la catedral que rompe la estructura del andén. Al encontrarse alterados no se puede observar una disposición con Lrn aparejo claro, si bien parece seguir la tendencia observada en el tramo sur.

La tJ.8..21 9 forma también parte de este andén, tratándose de una hilada de silla¡es de piedra arenisca dispuestos a tabla y colocados a nivel superior al del encuadre del empedrado de la ca1zada en el tramo central de la cata. Se disponen a tabla con su lado mayor presentando cara exterior, y situándose paralelas a la fachada de ia mezquita. Se encuentran niveladas

y a cota Iigeramente

Pertenece a esta fase el desmonte y arrasamiento de Ia sala de abluciones de Hisham I qr-re se produce al amortizarse el pabellón con la construcción del arrecife de al-Hakam II. El andén de Abd al-Rahman I presenta un deterioro en su zona media, estando conservado en slrs extremos, Io que nos induce a pensar que el arrasamiento ncr se debe a una reforma sino a una extracción de materiales, ya qlre de otra forma afectaría a todo el andén y no sólo a Lrna zona de éste. Desconocemos el momento en que se arrasa el andén, aunque posiblemente se mantiene en uso a la vez clue Ia nida'a, por Io que sería al-Hakam II quien lo amortiza, ya sea dejándolo cr-rbierto, ya sea arrasándolo. Por ello creemos qlre esta interfacies se prodr-rce entre al-Hakam II y Almanzor, es decir, en Ia segr-rnda mitad del s. X, aunclue nos 183


inclinamos a pensar qlre es arrasado por parte de al Hakam II, ya que se afecta al núcleo del andén, y sin embargo no se arrasa el zócalo de sillería. Este zócalo es de mayor interés para slr rewttlización c1r-re la argamasa del nírcleo del andén. La I1

.8.291 corresponde al arrasamiento de1 taiud y

su base.

Dado que la sala de abluciones está en uso hasta el momento en que es amortizacla por la calle califal, hemos de suponer que se produjo en este momento, además del arrasamiento, un considerable aporte de relienos de nivelación. La mayor profundización de Ia excavación realizada

lebrillos, jarros y jarritos de borde apuntado y biselado al interior, que pr-reden ir cubiertos de engalba roja monocroma o decorados con diseños en blanco sobre fondo negro. También aparecen ataifores de borde simple y redomas con vidriados

-en su mayotía meiados, pero también castaños y verdes, éstos muy escasos- y con monocromos

decoración de verde y manganeso sobre melado o de trazos de manganeso sobre melado.

IV.5. Período Emiral

por F. Hernández en el tramo norte de la cata, es

Pertenecen a este período 113 unidades estratigráficas, que hemos diferenciado en fase ss. IX-

decir. donde se sitúra 1a sala de abluciones, hace que no tengamos evidencias claras de esa estrati-

II

grafía. Sin embargo, quedan eiementos residuales como son algunos relienos con presencia de mareriales califales que se sitúan sobre la antigua calle de Abd al-Rahman I. Así, por ejemplo, tenemos Ia U.E.185, relleno arcilloso dispuesto sobre Ia ca1le y sus reparaciones, correspondiendo por

X, con siete unidades, en fase de Abd al-Rahmán con 26 r-rnidades. en fase de Hisham I con 68 unidades y en la fase de Abd al-Rahman I con 4) unidades.

IV5,a.

Fase ss.

IX-X

tierra que colmata el agujero existente en el suelo de Abd al-Rahman I, seguramente durante los trabajos de construcción de Ia calzada de alHakam II. Es posible que las cloacas se colmatasen totalmente en este momento. En el sondeo 2 hemos podido excavar la estra-

Pertenecen a esta fase siete unidades. En concreto, la U.E.187 constitlrye las reparaciones realizadas sobre el suelo de Abd al-Rahman I. elaboradas por medio de argamasa de cal y gravillas. Son refecciones producidas durante el uso de dicho pavimento como nivel de suelo de la sala de abluciones de Hisham L Desconocemos exactamente en qué momento se pudo rcallzar dicha labor aunclue sabemos que debe realizarse entre la constrlrcción de dicha sala y Ia amortización de Ia misma, es decir, entre fines del s. VIII y mediados del s. X. La U.E. 215 es el horizonte de construcción o

tigrafía, sin alterar, de esta fase, correspondiendo

a

reparación de la calle, formado por un nivel de

ella la U.E.2012, empedrado de Ia calzada de AlHakam II, que ocupa la totalidad de la superficie del sondeo. Presenta un l-iundimiento en la zona sur de la cata. Er-r su composición se aprecia Ia presencia de losas de pudinga y canros rodados de gran tamaño. Como hemos visto anteriormente, sLr construcción supone la amortización de la mida'a, así como Ia reorganización de la fachada de la mezquita. Sr-r potencia va de Ios 0,20 a Ios 0,30 mts. Se asienta el empedrado sobre el estrato de relleno LJ .8.20131201 1, compuesto por tierra de color castaño rojiza, apelmazada, arcillosa, que sirve de base al empedrado de la calzada y presenta una potencia de 0,30 mts. Por su naturaleza creemos de interés ¡eferirnos a las características generales del material hallado en este relleno. Es muy abr-rndante la cerámica común, integrada por

argamasa de cal que recubre directamente a la calzada de Abd al-Rahman L La L] .8.233 es un hori-

tanto posiblemente al nivel de uso previo a la amortización de dicho sr-relo de al-Hakam II. Rellenos fruto de esta amortización son las unidades U.E. 195 , 209 , 237 , 2)8, 245 , o Ia tJ .E.249 ,

184

zonte de construcción o empedrado formado por una acumulación de piedras de tamaño pequeño y forma irregr-rlar. Se trata de un posible nivel de suelo que repan al pavimento de Abd al-Rahman I. La IJ.E.234 Ia constituye un relleno formado por tierra de color castaño oscuro, de composición

mayoritariamente arcillosa, con presencia de arena. La rJ.8.266 recoge la reparación del sueio de losas de Abd al-Rahman I. Está formada por una capa de argamasa de cal de 0,10 mts. de grosor que cubre algunas zonas del enlosado. De naturaleza diferente pero que hemos creído oportuno situar en esta fase es Ia U.E.343, correspondiente a las concreciones calcáreas que hay en el interior del canal de la firente.


Otro elemento singr-rlar era el correspondiente aIaIJ.F..31 4, graffitis sot,re el enlucido IJ.8.357, que ha sido destruido lamentablemente durante Ios trabajos de construcción del nuevo forjado. IV.5.b. Fase

de

Abtl al-Rabrnan

sr-ideste de esta mocheta.

II

Pertenecen a esta fase 26 unidades, que pueden agrr-rparse en tres conjunros concreros y correIacionables. Por una parte la puerta que se abre en

la fachada este de la primitiva mezquita y qrrc agruparía a 1 1 unidades, por otro la escalera asociada a Ia apertura de dicha puerra y que se compone de 1J unidades, y por último el andén, formado por dos unidades. Se t¡ata de rres actuaciones realizadas durante el gobierno de Abd a1-Rahman II, que sLrponen la ¡eestructuración de la mitad sur de la fachada este y esrán directamente relacionadas con la ampliación realizada por esre emir. Así pues, se observa Ia existencia de estructluas a una cota mucho más alta que la existente en el suelo externo original asociado a la fachada este de Ia Mezquita, por 1o que se deduce que debió elevarse la cota de suelo y, a sll vez, rcalizar la apertura de un acceso directo con puerta y escalera a la sala de oración. La puerta se abre en Io que había sido el espa-

cio entre los contrafuertes primero y

una soga en la cara norte. Se encuenrra imbricada perfectamente con la estructura de la meseta superior de Ia escalera, estando cajeadas las piedras de dicha meseta para que cuadren bien con el ángulo

segr-rndo de

Abd al-Rahman I, desde el sur. facilirándose el acceso a la sala de oración, pero no directamenre a

Ia zona de la qibla, ya que la mezquita había sido ampiiada hacia el sur. Para salvar el desnivel entre la cota de la calle exterior y la cota de suelo del interior del templo, mucho más alra, se construyó una escalera a doble vertiente con mesetas inferiores, meseta sr-rperior y escalón de acceso a la puerta. Se encuadra entre dos conrrafuertes y se asocia Iógicamente a Ia elevación de las cotas de suelo en el exterior de la mezquira en esra zona, ya que la dife¡encia de alturas entre el sueio de Abd al-Rahman I y el interior de la mezquita resultaba excesiva para plantear Lrn acceso por este punto si no se hubiese realizado el cambio de niveles de suelo mencionado. Con respecto a la puerta podemos referirnos a las unidades diferenciadas y que la componen. La U.E. 200, base de la mocheta norte de la puerta

conserva dos hiladas de altura, además de dos hiladas de base. La hilada inferior (U.E.202) presenta su cara este con Lrn apare.jo en el que alternan dos tizones y una soga. El primer ttzón forma

Un fragmento de sillar

hace de calzo en el ángulo de r-rnión. La U.E.200 se carea de forma retranclueada con respecto a la

IJ.E.202, siendo ésta Ia cara qlre presentaría el alzado. Se retranquea 0,10 mts. y su cara este se encuentra enlucida. La U.E.201, base de coiocación de la mocheta norte de la puerta U.E.200,

se

sitúa sobre la estructura de la escalera, en concreto sobre la base de colocación dei tercer peldaño de

la vertiente norte donde apoyan dos hiladas

de base del machón. Se trata de sillarejos colocados a

tabla que sirven de nivelación y asiento de la U.E.200, encontrándose retranqueados respecto a la cara de ésta. lrlo se trara de r-rn elemenro que quedase visto en la obra concluida, pero la pérdida

del peldaño que Ia cubría ha dejado al descubierto su presencia. La 1J.F,.202 es la hilada superior de

la base de la mocheta norte de la puerta. Sobre esta r-rnidad la mocheta I1 .E.200, qlre pre^rraftca senta su cara este con Lln aparejo en el clue alternan dos tizones y Lrna soga. La hilada superior presenta Lrna soga en su cara este, que sirve de rizón de ángulo en la cara norte del machón. La rJ.E.2l9, base de la mocheta norte de la puerta, conserva una hilada de altura, r-rn sillar a tizón y uno a soga. La 11 .E.220, arranqlre de la jamba de la mocheta norte de la puerta, conserva solamente un sillar. La U.E.22l corresponde a una moldu¡a existente en la mocheta norte. Aquí el enlucido crea una moldura convexa con la zona de su extremo aplanada. La U.E.222 es el arranque de la jamba de la mocheta sur y la rJ.8.223 el umbral. La 1J.E.221 pertenece a la segunda capa del enluciclo sobre Ia cara norte del machón septentrional, y Ia IJ .E.226 a Ia primera capa. Con respecto a la escalera podemos referirnos a su diferenciación en unidades estratigráficas, destacando de forma resumida las siguiente unidade

s: U.E.204, cimentación de la escalera;

IJ.E.20t,lecho de colocación de la primera hilada del alzado; U.E.206, primera hilada del alzado; U.8.201 , hilada de siliería que conforma la meseta Norte; U.E.208, hilada de sillería que conforma la meseta sur; U.E.213, relleno de la zanja de

cimentación de la escalera U.8.214, vertiente

norte de la escalera; U.E.215, vertiente Sur; 185


U.E.216, núcleo del alzado; lJ.E.2l7 , meseta superior; IJ.E.218, marca de peldaño; lJ.E.228, enlucido sobre cara este, primera capa; IJ.B'.229, enlr-rcido sobre cara este, segunda capa. De la TJ.E.204, cimentación de la escalera, se clocumenta una hilada de sillares colocados a tizón, ocr-lpando el espacio existente entre dos contrafuertes. La U.E.205 es el lecho de colocación de la primera hilada del alzado de Ia escalera. Se trata de una capa de argamasa de cal que regulariza la superficie en Ia que se asienta la estructura de la escalera. También aparecen calzos de cantos planos en el iecho. La U.E.206 es Ia primera hilada del alzado de la escalera. La hilada se continúa en tres piezas más en la unidad denominada como U.E. 207 hacia el norte, y en tres piezas más hacia el sur en la unidad U.E.208, conformando en ambos casos la meseta y la base del primer peldaño de la escalera. La U.8.207 es la hilada de sillería que conforma la meseta norte de la escalera. Se encuentra formada por tres sillares en el alzado este colocados en la misma hilada que la U.E.206, pero sus dimensiones son menores qlre en dicha unidad. El primer sillar sirve de enlace entre las unidades lJ.E.206 y IJ .E.207 , mientras qr-re los dos siguientes forman la meseta. Se encuentran colocados a tabla. La U.E.208 es la hilada de sillería que conforma ia meseta sur de la escalera. Se encuentra formada por tres sillares en el alzado este colocados en Ia misma hilada que laIJ.F..206, pero slrs dimensiones son menores que en dicha unidad. EI primer siilar sirve de enlace entre ias unidades ll .E.206 y la U.E.208 y los dos siguientes forman la meseta. Se encuentran colocados a tabla. La U.F,.2f4, vertiente norte de Ia escalera, se encuentra formada por tres peldaños completos, parte del cuarto y la huella del quinto, el cual se ha perdido totalmente. Los sillares se encuentran colocados a t¿bla. El segundo peldaño en sLr cara esre permite ver su imbricación con la fábrica de la escalera ya que se forma a partir de un mismo sillat a tabla

que con mayor anchura que el peldañaje entra dentro de dicha íáI>rica. Los peldaños se enclrentran indicados en su cara este mediante una moldura reba jad a. La IJ .8.21 I , vertiente sut de la escalera, se encuentra formada por dos peldaños inferiores completos, la marca de la existencia de un tercero en la fachada de Ia mezquita, la base del cuarto peldaño, parte del quinto y un sexto peldaño que forma parte de la meseta. Los sillares 186

se enclrentran colocados a tabla. Los peldaños se encuentran indicados en su cara este mediante una

moldura rebajada. LatJ.E.2I6 es el núcleo del alzado de la escalera, que presenta un relleno de piedras irregr-rlares, argamasa de cal y algunos sillare s. La tJ.E.211 , meseta superior de la escale -

ra, está elaborada con losas de piedra arenisca (grosor 0,17 mts.) qlre presentan 3 hiladas en anchura y una de transición de losas de menor tamaño. No se traban entre sí, estando colocadas de forma paralela. Como U.E.218 hemos denominado a la marca de peldaño qlre se aprecia en la meseta sr-rperior de Ia escalera y que indica la posición del peldaño de acceso al umbral de la puerta. Se trata de un rebaje qlle acusa la meseta superior de la escalera con disposición paralela a la fachada y que indica Ia existencia de peldaño en ese lugar.

La labra de la mocheta sur de la puerta también acusa la marca del peldaño. La U.E.228 es 1a primera capa del enlucido sobre la cara este de la escalera. Acusa la acción del picado de sr-r sr-rperfi-

cie para la adherencia del segr,rndo enlucido (U.E.229). La superficie de la primera capa presenta un colo¡ ocre pálido, mientras que la segunda tiene un color rojo almagra.

Con respecto al andén que organiza Abd alRahman II en la zona ocupada por la fachada, entre el segundo contrafuerte y el exterior de la sala de abluciones de Hisham I, hemos de referirnos a las dos unidades estratigráficas que lo com-

ponen, consistentes en un talud y su zócaio. La U.E.283 es la zona superior del andén y está elaborada con losas de piedra arenisca colocadas en plano o tabla en disposición araltzada. Sirve como elemento de formación de pendientes y de protección del zócalo de la mezquita. Las tablas se dis-

ponen en hiladas planas perpendiculares a 1a fachada de la mezquita, y muestran al exterior su lado menor. Se documentan un total de t hiladas en plano, la última de las cuales, situada más al norte, presenta un ¡elleno de piedras de menor tamaño como transición al muro de la sala de abl-rciones. Se observa que este elemento ha cedido hacia el este, despegándose de ia fachada primiriva, posiblemente debido a que se encuentra cimentado su zócalo sobre un estrato de relleno, no existiendo un cimiento consistente. Creemos que en el momento de su amortización podía estar

ya alterado en su disposición y que continuó su

hundimiento hacia el este afectando al andén

de


II. La U.E.28,1 es el zócaIo de este nuevo andén ataluzado. Se encuentra dispuesto paralelo a la fachada y ocupanclo el espacio que queda entre el contrafi-rerte Il .E.26f y el mr-rro sur d.e Ia wida'a, en Lrna extensión de 4,t0 mts. de

a todos aqr-Lellos elementos que conforman las dependencias de la sala de abluciones, tanto los

longitud total. Presenra una alrura de dos hiladas, sobre las clue apoya el talud comentado anteriormenre.

El espacio, por tanto, queda bien definido y delimitado en su lado meridional por un potente

al-Hakam

IV5,c.

Fa.¡e de

Hishant

I

De esta fase se han diferenciacio 68 unidades estratiÉlfáficas que pertenecen a la construcción de

la sala de abluciones de la Mezquita bajo esre emir. Esta sala se sitúa en el costado este de la Mezquita primitiva y supone por una parte dotar al edificio de un servicio público de enorme importancia para seguir el ritual del rezo musulmán, y por otro la transformación temprana del entorno de la Mezquita y el trazado viario a ella asociado por Abd al-Rahm¿rn I. Ocupan estas instalaciones un espacio comprendido entre la zona media de los contrafuertes segundo y tercero, hasta Ia puerta de acceso directo al patio de Abd al-Rahman I, extendiéndose unos 20 mts. de norte a sur y ocupando una anchura de al menos 16 mts. de este a oeste. Se han documentado ele-

mentos pertenecientes a la sala de abluciones tanto en el tramo sur de la cata de F. Hernández como en el sondeo 2, excavado por nosotros en la segunda nave de la ampliación de Almanzor.

Las unidades estratiélráficas documentadas

se

¡efieren a tres aspectos fi-rnclamentales. Por una parte la afección causada por la construcción de Ia sala de abluciones sobre las estrlrcturas preexisten-

tes, que sllpone el clesmonte de parte de las construcciones de Abd al-Rahman I. como es el caso de los andenes ataluzados de éste; por otro lado

podemos referirnos también a la creación de una inf¡aestructura de desagiie de las aguas sobrantes de las fuentes, así como de evacuación de las aguas negras de las letrinas; esta afección implica el desmonte del enlosado de la calle de Abd al-Rahman

I

en aquellos lugares en los qlre se ul¡ican estos

elementos, así como la constrr-rcción de dos grandes cloacas unidas entre sí. Una de ellas recorre un

pequeño tramo en ei lado sudoeste con dirección nofte-slrr, acusanclo una gfan pendiente en su interio¡ y uniéndose en ángulo recro con orra que discurre en dirección este-oeste bajo las pilas de fuentes y letrinas. Por úrltimo, hemos de referirnos

espacios existentes en su ángr-rlo noroeste, como slr

muro de límite sur y Ias fuentes y letrinas clue

se

adosan a éste.

muro, el cual puecle subdividirse en varias unidades estratigráficas. Como U.E.290 denominamos a las hiladas superiores de dicho muro. De la hilada superior sólo se conserva un sillar, en concreto el situado junto al muro de fachada de la mezqurta. La segr.rnda hilada conservada de esta unidad presenta r-rn aparejo de sillería en el que alterna la disposición cle sillares a soga con relleno de mam-

puestos. Se conserva de esta segunda hilada su mitad oeste, con relación al ancho de muro acluí docr-rmentado, en una longitud total de 2,16 mts. Como U.E.291 se conoce parte del alzado de I muro, qlre se diferencia de la anterior -a pesar de tratarse del mismo paramento y alzado- a causa de la técnica distinta del aparejo. En esta unidad se constata Lrna mayor irregularidad, no existiendo como en la hilada superior una disposición alternante de sillares y sillarejos. Se da una mayor presencia de sillarejos y se emplean algunos sillares, pero clentro de r,rn aparejo muy irregr-rlar. Se puede estimar que se da una estructura en hilaclas de sillarejos, qlle en la zona este es de 6 hiladas y en lazona oeste es de 8 hiladas, y en las que se insertan algunos sillares. El límite de la unidad viene definido por la presencia de elementos de suelo cie las dependencias de la sala de abluciones, aLrnque en líneas ¿¡enerales no puede hablarse de una diferencia substancial entre la fábrica del cimiento y del alzaclo de este muro. La forma de los sillarejos es irregular, algunos redondeados y algunos rectangr-rlares o cuadrangulares, existiendo también variedad de tamaños. En las t¡es hiladas superiores se dispone en su lado este un sillar con r-rnas dimensiones de I,00 mts. de longitud x 0,50 mts. de altura. En Ias dos hiladas inferiores a éstas y como apoyo del sillar aludido, se encuentra otro sillar cuadrangular, con r-rnas dimensiones de 0,4,1 mts. de longitud x 0,42 mts. de anchura. Entre la segunda y tercera hilada superior también se aprecia un sillarejo cuadran¡¡ular de mayores dimensiones, las cuales son 0,4.1 mts. de longitud y 0,36

mts. de altura. Se da la presencia de ladrillos como calzos de los sillarejos, tanto en posición r87


y pintados a la almagra. Bajo la fuente también se aprecia Ia existencia de rellenos de nivelación y el arrasamiento de las

vertical como horizontal. La hilada octava es Ia base del alzadc¡. Presenta piezas de tamaño menor y no se da una correspondencia clara entre esta

se encuentran enlucidos

hilada en su zona oeste y Ia misma en la zona este del muro. Hemos denominado U.8.2921317 al cimiento del muro, estando su límite superior definido por la presencia de elementos de suelo de las dependencias de Ia sala de abluciones. denominado como U.E.317. Se documentan tres hiladas de cimentación, elaborada con mampuestos y dos sillares. Támbién se ha documentado la presencia de esta estrlrctlrra en su prolongación en la segunda nave de Almanzor al excavar el sondeo 2, denominándose aquí como IJ.E.2014 y conservándose en Llna altura de 1,1,1 mts, siendo su anchura de 0,70 mts. Está elal¡orada con mampuestos traba-

Iosas de la calle.

dos con arélamasa de cal.

Este muro, como hemos indicado, se adosa perpendicularmente a la fachada en la zona intermedia entre dos contrafuertes, quedando de este modo un espacio integrado en el interior de la sala de abluciones. En origen este espacio está ocupado

por el andén ataluzado de Abd al-Rahman I -como así Io confirman las marcas de su contacto con Ia cara sur de dicho contrafuerte-, pero de cara a utilizar este espacio como dependencias de la mi¿la'a se produce el desmonte del andén y el tazado de nuevos muros que subdividen la zona

en habitaciones de pequeñas dimensiones (uu.EE. 29t, 296, 291, 298, 299, 308). En una de ellas ha podido detectarse parte de su pavimen-

to, la denominada como IJ.E.2t2, preparación de suelo de estancias junto al contrafuerte de fachada, conformado por un relleno de tierra apisonada con abundante cal, así como estratos de relleno para Ia nivelación de los espacios (UU.EE.263, 264).

Por otra parte, su construcción también afecta al suelo de la calle de Abd al-Rahman I, desapareciendo éste en Ia zona donde se construyen estas habitaciones y 1as letrinas y fuentes, así como la

infraestructura de desagües. Así por ejemplo se observa claramenre en la existencia de la U.E.309, escalones de acceso a ia fuente y letrina, que se asientan sobre el estrato U.E.310, relleno de arcillas para nivelación y eltJ.E.242, relleno base del escalón, elevando la

cota de suelo de esta zor:'a

con

respecto a la calle reutilizada como plaza o patio de ablución anexo a la Mezclr-rita. Estos escalones 1

¡lu

Una letrina se ubica como dependencia adosada al muro de límite sur de la tnic/a'a: se encuentra

delimitada por muros (UU.EE.312, 313) y conserva perfectamente el agr-rjero de evacuación de residuos (U.E.314) que se abre en un pavimento a

la almagra cuyos ángulos de unión con los muros

forman cuartos de círculo o bocel (U.E.317), siguiendo la tradición clásica de aplicación de técnicas de impermeabiltzación e higiénicas en las obras hidráulicas. También como elemento higiénico e impermeabilizante tenemos el enlucido y pintado a la almagra del interior de los mr-rros que

delimitan la letrina (U.E. 31(r), alrnque en este caso es una innovación respecto a Ia tradición seguida en el diseño del pavimento. En todo caso Ia aplicación del tratamiento de superficies con almagra no se enclrentra en la tradición local cordobesa, por 1o que hemos de interpretar que es una innovación surgida de inflr-rencias islámicas. Anexa a la letrina se sitúa una fuente, separada de ésta por un murete de mampr-restos que presenta también restos de enlucido y revestimiento a la almagra. Se trata de una fuente cuadrangular adosada al muro sur, junto al que discurre un canal con revestimiento a la almagra que sirve de abastecimiento de agua y qlre une todas las fuentes, ya que existen arquillos de descarga que permiten el paso del agua bajo los muretes de separa-

ción como es el caso de Ia U.E.3,i4. En la pared sur de este canal, que es a su vez el muro que delimita la mida'a, y centrada con la fuente se sitúa la rJ.F..33t, hornacina abierta como arco de medio punto y desarrollo de cuarto de esfera en el interior que se encuentra excavada en el muro y sirve de salida del agua por slr zona superior y de desagüe en la inferior. Esta fuente se encuentra orientada al norte, hacia donde se abre una pila con pavimento a la almagra (IJ.8.329) qlre aclrsa un importante deterioro en sLrs muretes delimitadores. El a¿¡ua pasaba del canal a la pila a través de un agujero (U.E.34t) situado en Ia zona central dei murete del canal, que permitía la colocación de una compllerta para regular su abastecimiento. Como dijimos anteriormente las aglras sobrantes y las sucias pasan directamente a las cloacas que discurren bajo Ias letrinas y fuentes. Se


trata de cloacas de forma cuadrangular, adinteladas y con revestim.iento de enlucido impermeabiIizante en el interior. La documentada con disposición este-oeste ha sido detectada también bajo la fuente excavada en el sondeo 2. También está en relación directa con el drena-

je de las agr-ras sobrantes de las abluciones la rJ.8.248, agr.rjero existente en el suelo de Abd alRahman I. Posiblemente se abre en el momento de su uso como patio de la sala de abluciones de Hisham. Su funcionaiidad es la de servir de sumidero de las aguas que se acumulaban en dicho pavimento tanto por la lluvia como por la actividad allí desa¡rollada. Se trata simplemente de un agujero que filtra las aguas al subsuelo y no a la cloaca.

Otro aspecto relacionado con el uso de

este

espacio público es la existencia de reparaciones en la antigua calle de Abd al-Rahman I, consistentes tanto en Ia sustitución de losas de piedra arenisca como en el parcheado de agujeros con argamasa o incluso el revestimiento de las losas con un suelo a la almagra. Como ya hemos referido al analizar otros períodos y fases, la excavación del sondeo 2 ha permitido documentar aspectos estratigráficos perdidos en la cata de Félix Hernández debido a su excavación antigua. En este caso hemos podido excavar la estratigrafía asociada a una fuente clrya estrlrctura es anáIoga a Ia ya comentada. Como ya diji-

mos el muro de límite sur de Ia ntida'a se prolonga en ia nave segunda de Almanzor por Io que ha sido excavado en el sondeo 2 U.F..20I4), estando situado bajo el nivel de arrasamiento producido por la construcción de la calie de al-Hakam II. La fuente es también de planta cuadrangular, delimitada por mllretes de mampuestos con revestimiento a la almagra en sus paramentos. Los muretes laterales alcanzaban una potencia en origen de más de 1,20 mts. de altura, aunque acusan el deterioro causado por su arrasamienro inrentionado. La LJ.E.2024, por ejemplo, es el mlrrete oeste de delimitación; se dispone en dirección

norte-sur y de él se documenta una longitud de 0,96 mts. a partir de la U.E.2027 , y una alrura máxima de 0,70 mts., aunque en origen debía tener posiblemente más de 1,20 mts., que es la altura conservada en Ia U.E.20I4. Se trata de la delimitación lateral de la pila. La interfacies denominada U.E.2038 1o afecta progresivamente de

sur a norte. Por otra parte la U.E. 2025 es el murete este de la pila que se documenta en una longitud de 0,62 mts. y una altura de 0,76 mts. Entre el muro de delimitación de Ia wirla'a y la pila circula el mismo canal que comentamos anteriormente (U.E.2028); presenta una anchura en el lado oeste de 0,32 mts. y en el lado este de 0,36 mts., el hueco en el Iado Oeste tiene una altura de 0,60 mts., y en el Este de 0,36 mts. También se separa de la pila con Lrn pequeño mllrete (UU.EE. 2026, 2027) que se encuentra muy alterado, documentándose en esta zona con una altura de 0,f 2 mts. y un grosor que alcanza los 0,32 mts.

De nuevo la comunicación entre las fuentes se produce por medio de arquillos qlle se abren bajo los muretes divisorios, como el denominado U.E. 2029, correspondiente al arco en la zona este, prolongación del muro divisorio U.E.2O2t sobre el canal, conformando un arco adintelado de una

altura de 0,36 mts. de hueco y 0,54 mts. de muro. El mismo caso es el de la LI.E. 2030, murete del canal que conforma e1 arco adintelado en la zona oeste, siendo Ia prolongación del muro divisorio U.E.202,1 sobre el canal. La altura del hueco es de 0,60 mts. y la de la estrllctlrra es de 0,16 mts, alcanzando una cota de arrasamiento que es igual a la del muro maestro rJ.8.2014.

En esta fuente hemos tenido la suerte de encontrar en unas mejores condiciones de conservación el elemento que sirve de encaje de la compuerta y su rebosadero. La U.E. 2031 es dicho rebosadero, consistente en un canalillo abocinado que se abre en el lado oeste del canal hacia la pila.

Su altura con respecto al fondo del canal es de 0,25 mts., coincidente con Ia cota de la concrección calcárea ubicada a mayor altura dentro de éste. La marca de ia compuerta existente en el rebosadero se ha denominado como IJ.E. 2012. documentándose en Ia zona exterior del canal y en el interior de 1a pila. Se trata de un cajeado rectangular realizadc¡ en el murete de Iímite del canal. Bajo la piia discurre también la cloaca que comentamos anteriormente con dirección EsteOeste.

lV.5.d.

Fase

Abd al-Rahrtan

I

Pertenecen a esta fase 43 unidades estratigrá-

ficas que corresponden a la construcción y plan originario de la construcción de la Mezquita Alja189


ma de Córdoba por el emir Abd al-Rahman I. Podemos agrupar los elementos estudiados por slr pertenencia a determinados espacios o estructuras

de esta fase primitiva de la Mezquita. Por una parte tenemos todos aquellos elementos que conforman la fachada este del oratorio, en la que encontramos contrafuertes, tfamos de muros y andenes entre éstos, así como restos abundantes de revestimientos; por otro lado hemos de hacer referencia al trazadc¡ de la vía urbana que se organiza en el exterior con orientación norte-sur. han documentado los restos de cuat¡o cont¡afuertes de la fachada. Los de los extremos sr-ir y norte están casi totalmente ocultos. embutidos en las cimentaciones posteriores que se les sr-rperponen, el sigr-riente contando desde el de esquina sur Se

se enclrentra oculto en gran parte tanto

por los

rellenos acumulados por las obras califales como por las cimentaciones renacentistas, siendo el tercero el que se encuentra en unas condiciones de estudio más completas.

De sur a norte el primer contrafuerte que encontramos es el de la esquina sudeste de la mezquita de Abd al-Rahman I y se ubica en el extremo sur de la cata. Sobresale 1,80 mts con respecto a Ia línea de fachada de Ia mezquita. De su ancho sólo se documenta una extensión de 0,70 mts. ya que queda cubierto por el cimiento de Ia Catedral.

El siguiente contrafuerte hacia el norte se documenta en una aitura de cinco hiladas, estando 1a superior deteriorada por Ia interfacies de arrasa-

miento de Almanzort su lado meridional acusa también la interfacies de arrasamiento ocasionada por la construcción del cimiento corrido del arco de la catedral, que afecta a la primera, segunda y tercera hiladas, y apoya también sobre la cuarta y quinta. Se evidencia, igualmente, la interfacies del picado del paramento para enlucir la fachada.

Mientras que las tres primeras hiladas, contando desde la supefior conservada, se enclrentran careadas, la cuarta y la quinta van escalonadas. La cara sur está oculta por el cimiento del arco de Ia catedral. A Ia cara norte se Ie adosan el chaflán y el andén. La altura documentada del alzado de este contrafuerte es de 2.50 mts. E1 ancho máximo documentado es de 3,,10 mts.

El siguiente contrafuerte hacia el norte presenta la base del alzado unida estructuralmence con el rebanco del zócalo del andén de la fachada 190

en su último tramo documentado. En su cara este se ha podido ver parte de la unidad, aunque no en su totalidad ya que se encuentra parcialmente en cota inferior al nivel de suelo, y en su lado norte permanece oculta por una acumulación de sillares.

por tanto en esta cara Ia presencia de al menos 5 sillares, el primero de ellos dispuesto a soga y el resto a tizón. Su zócalo se encuenrra Se observa

totalmente unificado a nivel estructural con el zócalo del andén ataluzado de la fachada en su

último t¡amo documentado hacia el norte a parrir de este contrafuerte, diferenciándose entre sí a causa de su distinta funcionalidad dentro de la obra. Pertenecen a esta unidad en su cara este 8 tizones de piedra arenisca, de los cuales el situado más al norte sirve de transición con el zócalo del andén.

En e1 extremo septentrional de la cata se aprecia la presencia de la zona sr-rperior del alzado del contrafuerte situado más al norte de los existentes en la fachada del oratorio, el cual sirve de esquina nordeste de la sala de oración, partiendo de é1 el muro este de límite del patio de Abd ai-Rahman I. Actualmente puede apreciarse parte de Ia zona inferior del alzado que en origen estaba ocr-rlta por el talud.

Entre las fachadas oeste y este del oratorio de Abd al-Rahman I se evidencia una disposición

simétrica de los contrafuertes, aunque puede observarse cómo en la fachada oriental no existe puerta de acceso directo al oratorio hasta el s. IX, por lo que creemos que la Puerta de San Esteban posiblemente cumplía funciones de acceso restringido al oratorio, como es el caso de la entrada del emir. El primer paño fue afectado, como hemos dicho anteriormente, por la apertura de r-rna puerta en momentos posteriores. De los restos conservados a sur y norte de la misma apenas podemos extraer datos más allá de su disposición debido a encontrarse enmascarados por la escalera que se le

IX, acusando además el arrasamiento ocasionado por las obras de la Catedral.

adosa en el s.

El segundo paño

se nos presenta actualmente

en dos zonas diferenciadas. Su mitad meridional queda oculta en gran parte por los rellenos y estructuras posteriores que se situaron al sur de las sala de abluciones de Hisham I, en tanto que su mitad norte puede observarse en toda su amplitr-rd ya que la cota de la excavación es mucho más pro-


funda, llegando hasta los niveles de cimentacrón en al¡¡r,rnos puntos. En este paño se diferencian perfectamente los elementos que 1o componen: del primitivo alzado visto quedan dos hiladas, aunqlre la desaparición del andén en Ia zona permite observar una parte del alzado que permanecía oculto en su origen por el antiguo talud, con una altura de tres hilaclas de sillería apareiadas a soga y tizón (U.E. 302). Esta unidad descansa sobre una hilada de base y de nivelación, la U.E.303, bajo la cual se desarrolla una zanja de cimentación con relleno de piedras de forma irregular y pequeño tamaño, verticlo en fosa simple. E1 siguiente tramo de lienzo mural es Ia U.E.j56, alzado del muro de fachada entre el con-

rrafuerte U.F,.25 1 y el contrafuerte norte U.8..)62. Se conservan dos hiladas de este alzado, en Lrna longitud de 9,82 mts. y una altura de 0,94 mts. La hilada superior se ve afectada por las vigas y el forjado contemporáneo que arrasa la estructlrra en su zona más alta. El paramento estaba enlucido y pintado en su origen con un falso despiece de sillería (U.E..lt7), qlre no tiene relación directa con el aparejo real del muro. La zona oculta por el andén, denominada como U.E.318, consta de tres hiladas de sillería, de la que la inferior queda prácticamente oculta por el zócalo y su relleno, y las dos superiores cluedan ocultas por el taiud del andén en los extremos norte y sur cle Ia unidad. Se documenta est¿r unidad en una iongitud cle 7,00

mts.. si no contamos las zonas ocultas en los extremos por el talud, y una altura de 1,20 mts. Si incluimos las zonas ocultas las dimensiones totales son de 9,68 mts. y r-rna altura hasta el suelo de 1,9.1 mts. El aparejo de las dos hiladas superiores y el de ia hilada inferior de la U.E.l56

pendiente y cotas con los restos del talud conservados junto aIa cara norte del mismo contrafue¡te.

En el espacio comprendido entre los dos contrafr-rertes situados más al norte destaca la presencia de la U.E.35l, zócalo original del andén de la fachada de la mezquita de Abd al-Rahman I. Se trata de la base en la que se apoya el andén ataluzado de la fachada. Sobre el rebanco U.E.3i0 se levanta este zócalo de sillería en el que se asienta el talud. sirviendo a su vez de encofrado o contención del relleno de cal y canto del núrcleo de la estrlrctura del andén. La longitud documentada del zócalo es de 9,64 mts., es decir, la distancia entre los dos contrafuertes. La altura del zócalo con respecto al sr-relo, incluyendo el rebanco, es en su extremo sur de 0,70 mts., en la zc¡na central de

0,76 mts. y en el Iado norte de 0,74 mts. Se encuentra perfectamente imbricado en la fábrica de ia mezquita, ya que este zócalo se continúra bajo el contrafuerte U.E. 2i 1, como zócalo de este elemento (U.8. 376). Así pues hemos de destacar el hecho de que este zócalo del andén se encuentra trabado con el zócalo del contraFr-rerte , compartiendo un sillar que sirve de trabazón entre ambas fábricas.

La U.E.310 es el rebanco que se sitúa en ia base de dicho zócalo del andén de la mezquita de

Abd al-Rahman I. Se documenta en una extensión de 9,46 mts. de norte a sur, estando limitado al norte por el fin de la cata bajo la cimentación de Ia capilla de la Epifanía, mientras que en ei lado sur de este tramo tercefo de la cata se encuentra arrasado. En e1 extremo norte del tramo conservado sobresale con respecto aI zócalc¡ del andén 0,28

mts., y en el extremo sur 0,34 mts. La altura

de

se encuentra perfectamente dispr-resto, alternando

este elemento con respecto a la cota de suelo en su

una soÉla con un tizón, tanto a nivel horizontal como a nivel vertical. La hilada base presenta un aparejo distinto, por 1o clue creemos que se trata de Ia transición hacia el cimiento. Los restos conservados del andén originai se enclrentran en su mayor parte entfe los dos contrafuertes situados más al norte. Además de estos

extremo norte es de 0,20 mts. Las diferentes

restos quedan evidencias de su existencia en otras

zonas, como en la cara sur del contrafuerte ll .E.2t1 donde encontramos la U.E.301, marca del antiguo talLrd del andén. Afecta a la tercera hilada del contrafuerte, contando desde la superior conservada. Coincide perfectamente en su

medidas de Ios sillares del rebanco nos hacen pensar que se trata posiblemente de materiales reutilizados. En general encontramos que se aparejan muy bien las piezas del rebanco con las del zócalo del andén, imbricándose su disposición, siendo excepcionales las juntas que coinciden entre sí. Por otra parte es interesante observar la relación entre el rebanco y el pavimento de Ia calle: las Iosas de ésta se disponen perpendiculares al rebanco y se encuentran perfectamente escuadradas con respecto a éste. El arrasamiento que sufre el rebanco en su lado meridional se relaciona posi191


blemente con las ¡eformas de la zona para

su

adaptación a sala de abiuciones. Se observa que eI pavimento de la calle se encuentra roto en zanja de forma paralela a Ia fachada, justo en Ia zona en la que el rebanco está arrasado. Segr-rramente la causa de esta fotura se encuentfe en la construc-

ción de un sumidero en el pavimento que vierte aglras en la cloaca.

Entre Ia fát¡rica de sillería del. zócalo y la fachada se sitúa un relleno consistente en un vertido de argamasa de cal y abundantes piedras de pequeño y mediano tamaño, así como la inclusión de algunos sillares. Ocupa una anchura que va de un 1,00 mts. a 1,20 mts.

Sobre este zócalo

y núcleo de relleno

del

que se ha realizado un picado de su superficie para garanttzan la adherencia del enlucido. Este es de

colo¡ ocre claro, pintándose la falsa siilería con líneas de almagra roja. Aparecen sillares enmarcados por juntas rectangulares a modo avitolado con

un grosor de 0,06 mts.; en el interior de dichas juntas el color del enlucido es más claro qr-re en la zona del campo inrerno de Ias falsas piezas de sillería. Este falso despiece no se corresponde con el real dei m¡-rro al que recubre, siendo sólo coincidente la disposición de las hiladas. La anchura de los tizones pintados es de 0,26 mrs., y la de las sogas es de 1,10 mts. Se trata de un enlucido que revestía en origen todo el alzado, puesro que las huellas del picado de los paramenros para facilitar

andén se disponía Lrna estructura ataltzada, de la que se consefvan restos en los extremos del entre-

su agarre se aprecia en diversos puntos.

paño, y junto a los contrafuertes de uno y orro iado. Así vemos la U.8.354, zona de enlosado en taiud junto a la cara nome del contrafuerre U.E. 2)I, qte arranca de la segunda hilada conservada contando desde la zona superior y alcanza tna altura de 2,00 mts. con respecto al suelo de Abd al-Rahman I. En el extremo norte se denomina como U.E.360 y se conserva en una anchura de

cos relacionados directamenre con la calle asociada a esta fachada de la Mezquita en época de Abd al-

1,60 mts. Sobre la fábrica original de Ia Mezquita del s. se conservan abundantes ¡esros de enlucido, algunos de los cuales revisten un interés excepcional porque nos aportan datos acerca del aspecto externo de los lienzos de fachada de la mezquita

VIII

primitiva. Se documentan restos de enlucido: en el contrafuerte de esquina, en el ángr-rlo sudeste de la cata; sobre el muro de fachada en el tramo situado entre ei contrafuerte IJ.E. 196 y la mocheta sur de la puerta; sobre 1a fachada tJ.E.224; en la cara esre de LaU.E.267, sobre su primera y rercera hiladas; en Ia U.E.250, en 1a hilada superior y parte de Ia segunda hilada; sobre la cara norre del contrafi-rer-

te U.8.267; sobre el alzado de la cara norte del contrafuerte U.E.251; en Ia zona superior del alzado del contrafuerte situado al norte, U.8.362 y en la U.E.250, junto al muro sur de la sala de abluciones.

Es destacable la denominada como U.8.351 , enlucido sobre el alzado del muro de fachada (LJ.8.356) de la mezquita, entre el contrafuerte IJ.E.251 y el contrafuerte norte U.8.362. Presenta un enfoscado de preparación del enlucido en el 192

Encontramos también elementos esrrarigráfi-

Rahman I que, como hemos visto quedó amorrizada por ia sala de abiuciones de su hijo Hisham. Como U.E.1891236, hemos denominado al pavimento de Abd al-Rahman I. Se documenta la presencia de un enlosado qlre arranca desde la línea de zócalo de la mezquira y ocupa la rotalidad del espacio excavado en anchura, hasta que queda cortado por el cimiento corrido de Ia primera andanada de columnas de ln ampliación de Almanzor. En la zona norte de Ia cata se aprecia perfectamente que se encuentra relacionado de forma directa

con la const¡ucción de la mezquita de Abd alRahmán I, ya que sus losas se adaptan en Iíneas generales al rebanco del zócalo de la mezquira. La disposición predominante del enlosado es perpendicular a la Iínea de fachada, alternando en su arranque losas de diferenres tamaños para lograr una buena imbricación de su aparejo. Sus cotas revelan que existía un progresivo descenso hacia el slrr. En Ia zona Sur de Ia cata este pavimento se ha

podido detectar gracias a la excavación del sondeo estratigráfico n.' 1, junto a la escalera de Abd al-Rahmán II.

IV.6. Período Romano Relacionadas con este período enconrramos 7 unidades estratigráficas de cronología preislámica, que forman parte posiblemente de elementos rardorromanos. Aunque su datación es difícil, dado que no se encontró ningún material fechable en la


excavación, su adscripción a esa época tardía

es

Encontramos estraros de relleno y esrrucruras.

En los rellenos predominan los conformados por tierra de color castaño oscuro, de composición arcillosa. Se denomina como U.E.365 al mu¡o situado en el lado sur del sondeo 2. La dirección que presenta la estructura murari¿ es este-oeste. Presenta un sillar de piedra ¿rrenisca así como dos hiladas de ladrillo trabadas con argamasa de cal sobre dicho sillar. Como lJ.E.766 denominamos a otro muro situado en el sondeo 2, que se dispone con dirección norte-sur y presenra una fábrica de mamplrestos y ladrillos trabados con argamasa de cal muy arenosa. En su base presenra dos ladrillos que sobresalen con respecto a la rasante verrical. Se continíra en

man

I

casi en su totalidad (se han abarcado 36,50

mts. de longitud). Destaca el hallazgo de Ia calle

bastante segura.

la U.E.368, muro qLre conserva

tres hiladas, dos de ladrillo y una de tegulae en Ia base, trabadas con arg¿rmasa de cal.

IV.7. Período geológico A1 período geológico sólo corresponde una unidad estratigráfica qr-re ha sido diferenciada en dos, la IJ.E.2t9, relleno fo¡mado por tierra de color gris oscuro, de composición margosa y apelmazada, arclueológicamente estéril; y la tJ.E.260, relleno formado por margas geológicas con abundancia de piedras y bolos. V. CONCLUSIONES

Durante los meses de febrero a abril de 1998 se ha desarrollado una intervención arqr-reológica en la fachada oriental de la mezquita de Abd alRahman I. Se han rcaliz¿dc: trabajos de documentación de Ia cata exisrenre desde los años 30 resultado de Ias excavaciones llevadas a cabo en IaMez-

quita por el arquitecto D. Félix Hernández. Al estar inéditos sus resultados la actuación se ha centrado en el levantamiento planimétrico, la documentación gúfica y el estudio de Ia estratigrafía muraria de la zona, asimismo se han realizado vatios sondeos puntuales con el objero de acla-

rar problemas esrratigráficos y de funcionalidad de espacios y estructuras.

Como resultados generales podemos apuntar que se ha podido estudiar el exterior de la fachada este del oratorio de la mezquita de Abd al-Rah-

del s. VIII, qlre en este punto se encontraba a más de 3 mts. por debajo del nivel de suelo del interior de la mezqr-rita. Por otra parte, un sondeo realizado bajo la calle islámica ha revelado la existencia de estruct¡-Lras tardorromanas bajo ésta y se ha Ilegado hasta niveles geológicos estériles sin que exista nin¡¡una evidencia de calle romana anterior a la islámica. Por tanto, ha podido documentarse el alzado de Ia fachada y no sólo las cimentaciones.

La fach¿rda de la primitiva mezquita se organiza de la siguiente forma: alzado de los muros, con fábrica de sillería a soga y ttzón, enlucido y pintado con despiece de falsa sillería, contrafi,rertes simétricos a los de la fachada oeste. andén araluzado entre contrafuertes, con núcleo de cal y canto y zócalo de sillería qlre apoya en un rebanco que sirve de transición directa a la calzada. No existe en esta primera fase ninguna puerta de acceso directo al oratorio en esta fachada. Un segundo período constructivo que afecta a esta zona de la mezquita es el adosamiento del pabellón de abluciones de Hisham I a fines del s.

VIII; de esta sala de abluciones se conservan varias pilas unidas por una conducción hidráulica y varias letrinas. La sala de abluciones se extendía a 1o largo de la mitad norte de la fachada del oratorio a la calle, abarcando una anchura de unos 16 mts. y r,rna longitud de unos 20 mts. Se confirma el uso del pabellón hasta al-Hakam II, momento en qlle es derribado y cubierto por el trazado de Lrna nlleva calle perimetral. Ya en el s. IX, durante el emirato de Abd alRahman II, se prodr-rce la elevación del nivel de suelo al exterior del pabellón de abluciones, reformándose el andén ataluzado y realizándose la apertura de una puerta en la zona de la antigua qib/a, de la cual se ha documentado una escalera a doble vertiente centrada entre dos contrafuertes. En época de al-Hakam II se de¡riba la saia de abluciones y se cubre la zona con el trazado de una calle norte-sur, se organizan andenes a los lados de Ia zona empedrada y se ocupa una extensión probable de 20 mts. de ancho. De la ampliación amirí se ha documentado la cimentación corrida de la primera andanada de

columnas, así como un pozo negro utilizado durante los trabajos de dicha ampliación.

194


NOTAS 1.

da del saggio ttratigraficl, Roma, 25-26; PARENTI, R. (1985): "La lettura stratigrafica delle murature in contesti archeologici e di restauro architettonicoo, Restauro e citta, 1,2,55-68 PARENTI, R. (1988a): "Le tecniche di documentazione per una lettura stratigrafica dell'elevato", Archeo/ogia e restailrl dei nonttnenti, Firenze, 249-279; PARENTI, R. (1988b): "Su.lle posibiliti di datazione e di classificazione delle murature", Archelogia e restauro dei monumenti, Firenze, 280-104.

TORRES BALBAS, L. (1941): "Nuevos datos documentales sobre la construcción de la Mezquita de Córdoba en el

II", Al-Andalus, VI, Madrid, 4tt-122; HERNANDEZ JIMENEZ, F. Q.961): El codo reinado de Abd al-Rahman en

2.

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Madrid. HARRIS, E. C. (1991): Principias

de

arratigrafía arclueolígi-

ca, Barcelona; PARISI BADONI, F. & RUGGERI GIOVE, M. (eds.) (7984): Nomte per la redazione della schu

I 194


L¿ht.

l:

lachada

Alzdda energente de /a este

del Oratoria de Al.,t/

¿tl-R¡hntcín I

/a zuna

1,

sa re/acitín con

de a/zctt/o

trierada prtr

/a antpliación anttrí.

*-¿.1,

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Lín. II: Andin le /¿ Alezqrita de Ab¡l dl-Rahn¡an L En pr)nur tlrnina e/ reba.nca. zócalo 1 ntícleo tle/ andíu.

Al fandrt

restos ¿le

Íalud

1'

contafuerte

norte de la fachttda.

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-,,/ Lán. III: Enlt.¡ado Abd ¿/-ll¿bn¡an c/t /a fachada

[-ín¿. IV: Deta//e de/ alzado del Íercer nntr¿rtterte de la facbada

Abd al-Rabnran I 1 st re/acirín con e/ zócala 1 el taltrd del andén. este de

I L)(t

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de /¿ ca/le de

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Lán. Vll: Alzado

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198

VllI:

Frunte de ld ntida'a hdllada (n

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XI: Entpulrada de la anQliaúín

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c¿//e de

a/-Hakan

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en el tandeo

2

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Ob.¡y'nrse e/ poz.a negro tle ipoca de /os traba.f ot

Alil¿trtzar que lo cufa.

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Lán¡.

XII: Vitta

Aln¡¿nzor.

200

gtneral

A l¡ dera'ba

de.¡de e/ oe.¡te.

Alfr,ndo

resto¡ de/ aryecife de

el.¡ondea 2 De.frente el cin¿icnta con"ir/.0 de /a

¿/-H¿kant II. a la izqrierda letrina

1 fuentes

ltrinera an¿/ana¿/a ¿/e crt/unma¡ de dt Hi¡h¡tn¡ I 1 cdlle de Abd ctl Rahnun l.


r07.

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Fig. 1: Pufi/e.r del

sondea

3. rea/izada Ltaja la calle de Abd a/-Rahnan

L

Wrr/,rt

?h,ru. Yh;ti;

=

O

F)g. 5: A/zadr.t del lado sur de /a excauación. Obséruese e/ coutraftterte de e.;quina de la ntezquiÍa de/ del s. lX, ld cota de /a calle del .¡.X y la disposición del cinienta de la Catedra/.

202

05

t.Vlll, la aeseta

1OLi

de /a. escalera


ll

CARA

Fig. 6: Alzados del contrafuerÍe U.E.267.

Fig.7: Alzados

del cantrafaerte

U.E.2t1.

Ob.rítaese

la ú.rprt.rición del andín del s.IX 1 del andín de/ s.X

con

NORTE

raputo al contrafuerte.

Obsíruue la disposición del andín original

20)


7,

tI ,/

@"

L---f

r-

=_*-¿ -__r'r

@*

Fig. 8: Alzado del lada norte la excauaciín. Obséruese e/ contraftterte de quina nordes te

de

e.r

1 su relación con el andón, rebanco 1 ca//e, así cona la

la andanada de A/nanzor y /¿ cintentaciín de la

cirnentación de

capilla de la Epifania.

FiE:-

0 F)g. 9: P/anta y .recciín ¿/e /etrina

la ¡ala

204

1,,

de ¿blrcianes de

c/adcd: ¿e

Hisbant

L

1m


. (]-=-') ^ oo

00

o. 0.

o

o0

0

ó

6D 6E

OESTE

SONDEO

Fig. l0: Petfi/ ae.rte ¿/e/ sandeo 2. Obsín,¿se la Juente 1 el cdndl de Hi¡bant I a/-Hdk¡nt ll I lls Pltteriar$ rellenas de Ahnctnzar.

en sección,

a¡í

crttL¡a

sr relación con la

N!

2

c¿t//e

¿le

20t


I

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I

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H*i*j*-;¡rffiJ,#Fi.ñ\ w;i']

tra

ffi)

ñ¡^ wl:t Y/;

ffij

trT,

Fig. 1: P/dno

de 1t/anta t/c

/a zona excat'rtdrt. Cotas trt¡n¿d¿.¡ con referencia

¿7

/./ clt¿/

de sue/a Je

/¿ C¿tedral tn

¿'ile

p/1ilfl.

V,

'i:, t:...

7

it

I :;;:l. it:l;:::.

Fig. 2: Alzado de /a fachatla

206

e.rte

de/ Ordtario Je Abd ¡t/-lla/tru¿n

l.


107

'.t7zLtrlalv r1d 12

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