El abogado de los yihadistas, PAPEL

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versaciones donde se crean vínculos, no de amistad, pero sí de comprensión. «Intento retomar el contacto con ellos para mantener el diálogo en el mismo plano de igualdad, y funciona», explica. Alguno de ellos, ahora en libertad condicional, ha venido hasta su despacho para seguir discutiendo el avance del caso y traer chocolatinas en forma de agradecimiento. Las mismas que ahora Nogueras ofrece a sus invitados.

menta los sentimientos de rechazo al resto de la sociedad. Su estrategia de defensa se basa en hacer comprender que viajar a Siria no convierte a nadie en terrorista. Por ello, crítica un sistema legal que juzga en función de lo que esas personas podrían hacer en Francia en el futuro, no por haber cometido ningún delito concreto. «Aunque entre la gente que yo defiendo hay algunos que creo que han planeado cometer actos peligrosos», dice. «¿Eso lo nota usted?», le preguntamos. «Ouiiiiiiiii», replica confiado. «Eso se sabe. El dossier habla por sí solo». Nogueras sonríe. Y luego añade sin vacilar: «Pero lo defiendo de cualquier modo, por supuesto». El 2015 ha marcado por siempre su carrera profesional y su concepción personal de los clientes a los que defiende. Ya

“TODOS ME CRITICAN SALVO MIS COLEGAS DE PROFESIÓN... MUCHOS FRANCESES SUEÑAN CON VER MUERTOS A MIS CLIENTES” «Yo les digo enseguida que soy católico y que no comparto sus ideas ni su religión», explica Xavier Nogueras. Este dato supone un shock para muchos de los yihadistas, que al principio muestran reticencias a confiar su futuro penitenciario en un abogado francés. «Nosotros somos los infieles pero hablando y hablando reconocen que somos seres humanos con las mismas condiciones de igualdad», explica. «Yo soy consciente de que si hace seis meses hubiera estado en Siria me habrían decapitado. ¿Se da cuenta? Ahora los abogados somos los únicos que podemos hablar con ellos». Su notoriedad en este mundillo de «abogados de yihadistas» —un sector en alza dadas las abultadas cifras de retorno que se esperan de filiales terroristas en Siria o Irak, donde ya hay unos 30.000 extranjeros—, ha alcanzado también España. Nogueras defiende a un joven francés imputado en Córdoba, vinculado con la filial de Mustafá Maya Amaya, detenido en 2014, que se dedicaba a la captación y envío de yihadistas. Con la colaboración de un abogado franco español, Nogueras pretende «asegurar su defensa» en traslados puntuales durante los juicios, ya que España «no está acostumbrada a este tipo de defensa». Cuando habla de sus clientes, no se refiere únicamente al perfil conocido de joven de banlieu, de entre 20 a 30 años, marginado de la sociedad. Nogueras también defiende a jefes de empresa que se fueron a Siria con su familia a cuestas. Ahora, en prisión, se encuentran extremadamente solos y con menos derechos que el resto de prisioneros, un aislamiento que según Nogueras facilita la frustración, la radicalización y au-

no se atreve a decir que en el 90% de los casos los yihadistas se pueden recuperar, como sostenía antes, aunque sigue convencido de que una estancia corta en Siria, de entre 10 a 20 días, no convierte a nadie en un potencial terrorista. «Cuanto más tiempo permanecen allí, más se radicalizan y más ideas violentas tienen contra Francia», asegura. «Aun así, no sé qué es más peligroso, si un viaje a Siria de tres semanas o una estancia en prisión de dos años». Estos días, los juzgados de Francia se enfrentan a un momento singular. El número de imputados por su vinculación a grupos terroristas ha pasado de 20 en 2013 a 232 en 2015, lo que implica la adaptación de las estructuras judiciales que debe ir acompañado por un aumento de los medios, según Pascal Gastineau, recientemente nombrado presidente de la Asociación Francesa de Magistrados Instructores. Esta asociación espera que un millar de ciudadanos se presenten como parte civil en las denuncias por los atentados del 13-N en las calles de París. Lo cierto es que tras los atentados de noviembre, y especialmente con la proclamación del estado de emergencia, el trabajo de Xavier Nogueras se ha duplicado. Cada día recibe nuevas llamadas de franceses de origen árabe que se encuentran bajo arresto domiciliario. Según aseguran en su bureau, los registros y las detenciones afectan a «todo el que tiene un poco más de barba de lo habitual». ¿Las medidas antiterroristas de Francia van en la dirección adecuada? Lo que el gobierno está haciendo con el Estado de Emergencia es meternos progresivamente en un nuevo sistema de paranoia simplemente por miedo a lo que podría pasar. ¿Cómo se combate el terrorismo entonces? Con más democracia. Hay que inyectar democracia en la sociedad: más libertades, más derechos, más justicia, más, más y más. @mdiazvalderrama S I E M P R E 51


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