La paz

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La Paz comienza con una sonrisa”






DECÁLOGO PARA CRECER EN LA PAZ 1. Eres alguien muy importante. Quiérete. 2. Valora tus amigos. Les dará seguridad. 3. Descubre todo lo que te une a los demás por encima de lo que te separa.

4. Respeta las opiniones. Así contribuirás al diálogo. 5. Aprende a escuchar, comprenderás mejor a los demás. 6. Esfuérzate por terminar bien tus tareas. Disfrutarás con el resultado. 7. Cumple con tus responsabilidades, los demás lo necesitan.

8. Trabaja en grupo. Nadie sabe más que todos juntos. 9. Comparte tus cosas con los demás. Te hará muy feliz. 10. Pon paz dentro de tí, de esta forma estarás poniendo también paz a tu alrededor


Hay gente cuya mirada nos hace mejorar. Son escasos, pero cuando los encontramos no hay que dejarlos pasar.


La belleza no tiene fronteras, Tampoco lenguajes, ni estilos o maneras. No entiende de pobres, Tampoco de ricos, de cánones griegos, De moda o caprichos. La cara de un indio, la flor de azucenas, su color cobrizo, la luz de unos ojos, el sari amarillo, la arruga del rostro, una barba blanca, la colada en el río, las luces de oriente, tu beso amor mío. José Adelardo López Juliá


Si todos fuéramos blancos, muchos enfermarían de la piel. Si todos fuéramos negros, muchos enfermarían de la piel. Si todos habláramos la misma lengua muchas cosas no podrían decirse. Si todos tuviéramos fe en el mismo dios, ese dios no tendría fe en nosotros. Si todos vistiéramos igual no habría algodón suficiente en los campos. Si todos pensáramos lo mismo no habría nada que pensar. Si todos sintiéramos igual no existiría el arte. Si todos comiéramos lo mismo, mañana no tendríamos nada que comer. Si todos creyéramos en lo mismo mañana no tendríamos nada que vivir. Si todos bailáramos igual el aire no querría contenernos. Si todos fuéramos valientes quizá no habría nadie en La Tierra. Si todos fuéramos del mismo equipo no se jugaría el partido. Si todos fuéramos sabios no quedaría nada por descubrir.


Si todos viĂŠramos el mismo programa, no serĂ­amos humanos. Si todos intentĂĄramos comprender las diferencias, el mundo serĂ­a mejor y este poema innecesario.


Solaridad Está será la palabra que yo inventaré Sé que abrirá los ojos que Se están acostumbrando a no querer ver Solaridad Significará luz y calor que impregnará cada ser Como un abrazo de humanidad Que quisiera en torno a mi sentir Solaridad Es esta la idea Si tú la puedes aceptar la esperanza nos dará

Eros Ramazzotti (Solaridad)


El abuelo dice que el mar es azul. Yo nunca lo he visto. Pero lo he dibujado en la arena. Mi mar no es azul. Es del mismo color que las cabras y los camellos: del color de la arena. Dice también el abuelo que el día que yo vea el mar podré pintarlo de azul, y que ese día seremos libres.


Yo no sé cuando veré el mar. Pero me gustaría pintarlo de azul. Tampoco tengo lápices de colores. Antes había una caja en la escuela.

Pero poco a poco los lápices se fueron haciendo chiquitos, hasta que no podíamos cogerlos con nuestros dedos.


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