Los Miserables

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Los miserables – Víctor Hugo -No. Mentía. Había mentido dos veces seguidas. Una hora después, un hombre se alejaba de M. a través de los árboles y la bruma en dirección a París. Llevaba un paquete y vestía una chaqueta vieja. ¿De dónde la sacó? Había muerto hacía poco un obrero en la enfermería, que no dejaba más que su chaqueta. Tal vez era ésa. Fantina fue arrojada a la fosa pública del cementerio, que es de todos y de nadie, allí donde se pierden los pobres. Afortunadamente, Dios sabe dónde encontrar el alma. La tumba de Fantina se parecía a lo que había sido su lecho.

SEGUNDA PARTE Cosette

LIBRO PRIMERO Waterloo

I El 18 de junio de 1815 Si no hubiera llovido esa noche del 17 al 18 de junio de 1815, el porvenir de Europa hubiera cambiado. Algunas gotas de agua, una nube que atravesó el cielo fuera de temporada, doblegaron a Napoleón. La batalla de Waterloo estaba planeada, genialmente, para las 6 de la mañana; con la tierra seca la artillería podía desplazarse rápidamente y se habría ganado la contienda en dos o tres horas. Pero llovió toda la noche; la tierra estaba empantanada. El ataque empezó tarde, a las once, cinco horas después de lo previsto. Esto dio tiempo para la llegada de todas las tropas enemigas. ¿Era posible que Napoleón ganara esta batalla? No. ¿A causa de Wellington? No, a causa de Dios. LECTURA INEM

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