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HISTORIA DE ÉXITO
Gabo Carrillo
Amor propio y emociones.
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El coach ontológico Gabo Carrillo, participante de la pasada edición de Brilla Mujer, explica sus inicios profesionales y la trascendencia de dicha práctica.
“Cuando tenía 18 años, mientras todo el mundo estaba pensando en qué ponerse para salir el viernes de antro, yo estaba pensando en cómo hacerme responsable de las heridas que había ocasionado el bullying en mi vida”.
En el Coaching, Gabo Carrillo encontró una manera de sanar, una profesión y un modo de vida. A los 18 años tuvo un primer acercamiento; después de haber ido con varios psicólogos, como él dice “Para entender qué onda conmigo”, se acercó a un grupo de entrenamiento de coaching, en el cual había visto que quienes asistían solían tener cambios positivos, vio a esas personas con más ganas de vivir, eso llamó su atención.
Estando allí, descubrió que quería pertenecer a la otra parte, no sólo ser un alumno, sino ser quien dirigiera los entrenamientos. Se juntó el propósito con el corazón y la situación que estaba atravesando, asegura. “Empecé naturalmente a darme cuenta de que era bueno empáticamente (…) Me gustaba escuchar a los demás y me interesaba demasiado cómo funciona la mente”.
Durante cinco años se dedicó a hacer traducciones simultáneas de entrenamientos de coaching del inglés al español. “Era como jugar a ser el coach (…) Fueron cinco años de aprendizaje en la cancha, no en los libros ni en investigaciones, sino con la gente, con sus historias”. Posteriormente, decidió estudiar la certificación de Coaching Ontológico en Santiago de Chile en la escuela de Newfield Network. “Empecé con curiosidad y terminé armando mi propósito de vida”, explica.
¿En qué consiste el Coaching Ontológico?, preguntamos. “La Ontología es la rama de la Filosofía que estudia el Ser (…) Tiene qué ver con analizar el diseño de la realidad; yo acompaño a la gente a que pueda entender cómo es que crea su realidad a partir del lenguaje, de sus emociones, de sus creencias y de su cuerpo”.
El Coaching puede regalarles a las personas, explica Gabo, miradas diferentes de ver la vida y el entendimiento de por qué le ocurren ciertas cosas. Pero, ¿qué tan trascendentales pueden ser los cambios en una persona que acude a la práctica del Coaching? Gabo lo define: “Del cielo a la tierra. Lo que a mí me encanta del Coaching es que se basa en distinciones, en herramientas e información. El Coaching Ontológico les da a las personas las herramientas para que puedan jugar con lo que tienen y decidan entonces qué es lo que harán (…) Las decisiones que toman siempre son muy puntuales y alineadas a lo que su alma les está pidiendo”.
La labor de un coach ontológico es estar junto al “coachee” (o “paciente”) y apoyarlo a reflexionar y a cuestionarse sus creencias, pero si el paciente no tienes el deseo, las ganas o la iniciativa de hacerlo, el cambio no ocurrirá. Por el contrario, explica Gabo: “Cuando las personas tienen ganas (…) ellos solitos vuelan; es darles el poder de que hagan lo que quieran hacer con lo que tienen”.
Recientemente, Gabo Carrillo formó parte de los panelistas de la segunda edición del evento Brilla Mujer, celebrado en La Valenciana – Arquitectura Residencial. Ahí, habló del lenguaje de las emociones y de la importancia de conocer los mensajes que éstas tienen. Al saber escuchar esos mensajes, el especialista afirma que podremos navegar mucho mejor con aquello que nos esté ocurriendo en la vida.