Revista Cauce Cultural 2013

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El libro su historia y los escritores

El apocalipsis del libro? ¿La desaparición del libro? ¿El colapso del libro? Es lo que afirman algunas voces escritas y orales, que le dan a los medios audiovisuales un poder, poco menos que sobrenatural. Así son presentados como una potencia de infinito poder. Para evidenciar que tales pronósticos son apresurados, basta recordar lo que muchos analistas dijeron con respecto a las radios, cuando se integró a nuestra vida la computación e internet. Nada de lo dicho ocurrió. Las emisoras radiales no sólo se mantuvieron; sino que se fortalecieron con la llegada de las emisoras comunitarias. Por su parte, los medios escritos, diarios y revistas siguieron el mismo camino. La desaparición del libro, lo he sostenido por los mismos medios, que eso no ocurrirá intensamente, ni en el corto ni en el mediano plazo. Tal vez en un plazo remoto, que no estamos en condiciones de ponerle fecha, porque de hacerlo estaríamos, de algún modo, especulando. Creo que el libro virtual, nunca va a superar al libro con hojas de papel. Lo sostengo por las siguientes razones: He recorrido Chile, por lo menos, entre Punta Arenas y Copiapó (no he visitado aún el Norte Grande) y he comprobado el enorme rechazo, que en los ámbitos educacionales y literarios sostengan la idea de la desaparición. Mis contactos, que en diversas circunstancias he tenido con escritores españoles; con varios de los cuales conversé en Madrid, en un encuentro internacional celebrado en 1987, ninguno estuvo de acuerdo con esa posibilidad. Por el aumento de la edición de libros, que en estos últimos años ha crecido considerablemente, no es posible pensar en su desaparición. Otras razones nos dan muchos países latinoamericanos, que periódicamente hacen exposiciones de libros nacionales e internacionales. “Ferias” las llaman. La prueba más cercana la tenemos entre nosotros en nuestro medio, que no obstante ser pequeño, nos muestran un grupo de escritores locales, provinciales

o regionales, que con mucho esfuerzo editan sus libros. Cualquier persona puede comprobar esta afirmación con solo intentarlo. Incluso se están creando sellos particulares para satisfacer tal demanda, superando dificultades no menores. Lo que vitaliza al libro fundamentalmente, no obstante la fuerte competencia de los medios audiovisuales, es su historia. Una de las más completas, la escribió el danés Svend Dahl (1887 – 1963). Director de la Biblioteca Real de Copenhague. Él señala en los comienzos de su ensayo que sobre un período superior a los cinco mil años, se extiende la historia del libro, señalando, sin embargo, que de los dos primeros tercios de este período, hay datos muy menudos y dispersos. Lo que sí conoce, porque hay registros suficientes; es la presencia de los egipcios en esta historia. El libro tuvo siempre la forma de rollo. Se empleaba entonces, el papiro, cuyo uso, data de los 2.400 años antes de Cristo. Prueba el hecho, de que el papiro ha sido usado para la escritura, desde tiempos tan remotos como la misma escritura jeroglífica, al mostrarnos, mediante los signos jeroglíficos, rollos de papiro. Esta historia es larguísima. Situémonos en el siglo XX. La época posterior a 1914, tan próxima a nosotros; a menos de un siglo atrás, ya es posible conocer e incluso describir, cómo ha ido el libro, conquistando todos los espacios, a la par de los diarios y de todos los impresos que manejamos día a día. En este terreno, la marcha triunfal de la técnica, ha sido tan visible, como en tantas otras actividades. La artesanía del libro ha pasado a ser una industria y en muchos casos se ha configurado como una expresión artística. Con la llegada de los medios audiovisuales; se escuchan voces, como anotábamos al comienzo, que dentro de un futuro inmediato el libro habrá terminado su función, derrotado por los diario y semanarios, el cine, la radio y la televisión. A este respecto es clara la visión del historiador danés, Svend Dahl, quien participa de la idea que el libro persistirá a pesar de todos los logros de la tecnología. No es


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