MAXILLARIS número de marzo 2017

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Saga Calatrava_Maquetación 1 23/02/17 17:49 Página 150

M AXILLARIS

El doctor Calatrava Larragán abrió su primera consulta en Aravaca (Madrid) y allí aún desarrolla una Odontología general. Asimismo, en sus primeros años, y durante casi dos décadas, el ejercicio clínico lo compaginó con la docencia en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense. “Cuando falleció mi padre, el doctor Bascones me ofreció trabajar a su lado en el Departamento de Medicina y Cirugía Bucofacial. Llegué incluso a ser profesor del Máster de Periodoncia en calidad de especialista en endoperiodoncia. La docencia me aportó mucho y aún hoy sigo teniéndola presente, aunque ya no esté en la facultad”, explica este reconocido profesional. De su paso por las aulas el doctor Calatrava Larragán guarda gratos recuerdos y grandes amigos, pero hay un nombre que destaca sobre el resto: el doctor Juan Pedro Moreno González, por el que siente una gran devoción. “El doctor Moreno era un visionario y a él se debe la gran reforma que tuvo la facultad en los años 90 para hacer la transición de la Estomatología a la Odontología. Fue un decano espectacular que no ha recibido todo el reconocimiento que se merece”. Precisamente el doctor Moreno fue quien ideó un proyecto que marcaría de algún modo la vida de la familia Calatrava. “Él me pidió que, una vez tuviéramos en marcha la Facultad de Odontología, coordinara un proyecto para integrar una escuela de higienistas en el centro. Era una gran idea y hoy vuelve a estar sobre la mesa”. Con este proyecto en mente, el doctor Luis Calatrava Larragán buscó docentes que pudieran dar clase a higienistas y así apareció en su vida la doctora Beatriz Serrano de Haro, una alumna suya de Odontología que ya era médico, con lo cual cumplía perfectamente con el perfil demandado. El proyecto de la escuela de higienistas se presentó al Ministerio de Educación, pero las autorida-

Sagas de la profesión

Dra. Serrano de Haro: “Cuando formas un matrimonio de dentistas, te parece que lo natural es que los hijos también quieran serlo. En nuestro caso, un alto porcentaje de las conversaciones familiares incluyen de algún modo la Odontología”

des se decantaron por no aprobarlo y crear estas escuelas a través de Formación Profesional. No salió adelante el proyecto profesional, pero aquello fue la excusa para ver nacer una relación personal. A medida que pasaba el tiempo, la evolución clínica del doctor Luis Calatrava siguió adelante y su reconocimiento profesional se fue incrementando, con lo que en el año 2000 decidió abandonar la facultad. “Mi clínica de Aravaca funcionaba muy bien, ya me había casado con Beatriz y ella también tenía su consulta, así que decidí que había llegado el momento de especializarme en lo que más me gustaba: la estética. Dejé la docencia en el año 2000 y dos años más tarde abrí una nueva consulta en el Paseo de la Castellana, ésta también de Odontología general pero especializada en los blanqueamientos dentales, que por aquel entonces eran una auténtica innovación”. El doctor Calatrava Larragán detalla lo que supuso para él especializarse en estética. “En los primeros años de este siglo yo ya tenía un gran bagaje en el manejo de las carillas o los composites, pero decidí apostar también por los blanqueamientos dentales, por el uso del hialurónico en labios o para tratar el bruxismo y la hipertrofia maseterina –al ser médico estoy autorizado a emplearlo– y como complemento a todo esto también hago ortodoncia invisible con Invisalign. Asimismo, colaboro con el doctor Pedro Jaén, que es un reconocido dermatólogo. Gracias a mi especialización, hoy doy la mejor estética posible a mis pacientes”.

Los doctores Luis Calatrava y Beatriz Serrano de Haro acompañados de sus hijos Javier y Beatriz.

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